Triple crimen de Quilmes: los investigadores avanzan en la pista del dinero
América Flores (75), su hijo Eber Buffa (35) y su nuera Mirna Godoy (33) aparecieron muertos ayer, maniatados y con bolsas en la cabeza. La anciana había ido al banco el día anterior. La principal línea de investigación apunta al móvil económico: un conocido de las víctimas que habría intentado llevarse dinero de la casa.
Foto: Leo Vaca.
En la víspera de su muerte, América Flores estuvo en el banco. Fue el miércoles, unas diez horas antes de que una dotación de Bomberos Voluntarios encontrara en su casa de Quilmes su cuerpo junto al de su hijo y su nuera, maniatados y con bolsas en la cabeza. Mientras esperan los resultados de la autopsia que se practicará hoy, los investigadores avanzan en la pista del dinero: el fiscal Andrés Nieva Woodgate pidió a la entidad bancaria que informe todos los movimientos en las cuentas de la mujer –que vivía de rentas- y los datos de las personas que le hicieron transferencias.
El Cuerpo Médico Forense del Cementerio de Ezpeleta intentará develar si América, de 75 años, su hijo Eber Buffa, de 35 años, y Mirna Godoy, de 33, murieron asfixiados por el humo inhalado o si fueron asesinados antes y el incendio tuvo como objetivo borrar las huellas.
El comisario general Juan Domingo Ibarra, a cargo de la Superintendencia de Seguridad Zona Sur 1 de la Policía de Buenos Aires, confirmó a Infojus Noticias que la principal línea de investigación apunta al móvil económico: un conocido de las víctimas que habría intentado llevarse dinero de la casa.
La hipótesis se reforzó a partir de la declaración de un hombre de unos 60 años que hacía arreglos en la casa de América. “Era una persona de confianza de la mujer, todo servicio. Se veían a diario, hacía mantenimientos en la casa y era su remisero. Esta declaración es la llave para abrir la investigación”, explicó Ibarra.
El hombre detalló ante el fiscal Nieva Woodgate que América era dueña de entre 10 y 15 propiedades y que tenía una cuenta en un banco de Bernal, a unas cuarenta cuadras de su casa, donde los inquilinos depositaban los alquileres. Al día siguiente del triple crimen, contó, debía llevarla en su auto a la costa.
A partir de la declaración de esta persona y de los vecinos del barrio, los investigadores lograron reconstruir las últimas horas de las víctimas. “La mujer estuvo en el banco, donde tiene un plazo fijo, pero no hizo ninguna extracción”, explicó elcomisario Ibarra.
La prueba clave
La hipótesis de que él o los asesinos son conocidos fue avalada por los vecinos de la zona. Varios de ellos coincidieron que las víctimas eran “personas muy desconfiadas, que no le abrían la puerta de su casa a nadie que no conocieran”. En el frente de la casa, América había instalado una cámara de seguridad. “Las imágenes registradas se guardaban en una CPU que estaba en el living”, explicó una fuente de la investigación.
La computadora con los videos fueron enviados a la división de Investigaciones Complejas de la Bonaerense. “El disco estaba medio destruido por el fuego, va a llevar un tiempo la pericia”, contó Ibarra.
Los vecinos de Vélez Sarsfield al 2300, en Quilmes Oeste, llamaron a los bomberos pasadas las 4 de la madrugada. “Era un trabajo sencillo, no había demasiado fuego”, contó un bombero a Infojus Noticias. Después de apagar el incendio, los agentes entraron a la casa. En uno de los dormitorios encontraron a la dueña de la casa y a su nuera. En el baño estaba el hijo. Los cuerpos de América y Eber tenían una bolsa en la cabeza y estaban maniatados. Mirna sólo tenía un golpe en la cabeza.
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