Cuando Analía y Silvia se conocieron eran marido y mujer. Gracias a la Ley de Identidad de Género, Analía modificó su documentación y ahora es una mujer trans. Pero el Registro Civil porteño no quiere rectificar el acta de matrimonio. Presentaron una acción de amparo.
Analía Daniela Pasantino y Silvia Mauro son abogadas, tienen 46 años y hace 20 que están casadas. Cuando se conocieron eran marido y mujer, pero gracias a la Ley de Identidad de Género Analía modificó su documentación: ahora es una mujer trans, su identidad autopercibida. El Registro Civil de la ciudad de Buenos Aires no quiere rectificar su acta de matrimonio para que diga “mujer y mujer”. Agotadas las instancias administrativas, decidieron judicializar el caso con una acción de amparo.
“En el Registro Civil nos tienen de un lado para el otro desde hace rato, a pesar de existir una ley de identidad de género que dice que se deben facilitar todos los trámites. El 7 de abril pedimos una entrevista para rever administrativamente el caso nuestro antes de judicializarlo. Nos encontramos con el director en ese momento, Alejandro Lanús, y una abogada de su equipo. Entonces nos manifestó que iba a hacer todo lo posible por dar una pronta solución. Pero nos mintió una y otra vez”, dijo a Infojus Noticias Pasantino.
El Registro rechazó el pedido de rectificación basándose en una lectura arbitraria del artículo 7° de la ley 26743 de identidad de género. El inciso dice que “la rectificación registral no alterará la titularidad de los derechos y obligaciones jurídicas que pudieran corresponder a la persona con anterioridad a la inscripción del cambio registral, ni las provenientes de las relaciones propias del derecho de familia, en todos sus órdenes y grados, las que se mantendrán inmutables incluida a adopción”.
La respuesta del ente de la CABA fue una sentencia breve y burocrática: “Lo expuesto no corresponde ser rectificado en sede administrativa”. Pasantino y Mauro aclararon por escrito al Registro que “jamás pretendieron con su solicitud modificar relación de familia alguna: lo único que se peticionaba era la rectificación del asiento registral, en cuanto nombre y género de pertenencia de uno de los cónyuges, conforme la ley de identidad de género y en concordancia con la ley de matrimonio”.
El mismo artículo que usó el organismo de la Ciudad para denegar la rectificación dice que en todos los casos será relevante el número de documento nacional de identidad de la persona por sobre el nombre de pila o apariencia morfológica de la persona. “Este último párrafo, intencionalmente omitido, es el que derrumba la teoría fútilmente esgrimida por la negativa a lo peticionado. Lo que reclamamos es la rectificación registral por medio de la emisión de una nueva partida y libreta de familia para el matrimonio Pasantino – Mauro”, dijeron las abogadas.
La ley sancionada en 2012 establece que toda norma, reglamentación o procedimiento deberá respetar el derecho humano a la identidad de género de las personas: en ningún caso se podrá limitar, restringir, excluir o suprimir el ejercicio del derecho a la identidad de género de las personas, debiendo interpretarse y aplicarse las normas siempre a favor del acceso al mismo.
El mes pasado, tras varios llamados de la pareja Lanús les repitió que dilataron el tiempo de la nueva acta. “Lo último que nos dijo antes de irse de su cargo fue que en una reunión de directores de registros se resolvió no hacer lugar a pedidos como el nuestro y que de todos modos él nos daría una solución”. Eso no pasó. “Ahora que renunció nos comentaron que una mujer tomará el cargo. Con ella hay esperanzas de arribar a una resolución favorable. Pero la verdad es que ya estamos cansadas de oír promesas que nunca llegan a concretarse. Vamos perdiendo la fe en obtener una solución en la instancia administrativa”, dijo Pasantino.
En Mendoza hubo una situación parecida que las abogadas plantearon al Registro Civil como caso de ejemplo: primero un hombre se casó con la ley de matrimonio igualitario, ya que el documento de su pareja decía “sexo masculino”. Después uno de los dos modificó su partida de nacimiento por la Ley de Identidad de Género y pasó a figurar como ‘sexo femenino’. Entonces fueron al Registro Civil de Mendoza para modificar su acta de matrimonio, ya que ahora éste no era más lo que se conoce como ‘matrimonio igualitario’. El Registro les dio otra acta: ahora son marido y mujer.
“Un empleado nos dijo que nos divorciemos y nos volvamos a casar mientras otro planteó que Analía no era la misma persona y que era lógico que no se permita el cambio. Figura que estoy casada con un nombre que no existe en ninguno de los otros documentos, ni siquiera en su partida de nacimiento, y más allá de lo que puede molestarnos también es una complicación para hacer una cantidad de trámites”, contó Mauro y agregó que “el ex director quiso desmentir el caso que le presentábamos: dijo que llamó a Mendoza y que la directora le notificó que era una mentira. Nosotras sabemos que ese caso es real porque son colegas de abogacía y sabemos que lograron que se rectifique su acta”.
El próximo martes tendrán un nuevo encuentro en el Registro junto a su asesora legal Graciela Pacheco, ya que con la nueva dirección del registro porteño puede haber una solución. Las abogadas aseguraron que van a “insistir hasta que el acta se modifique, porque no se trata solo de nuestro caso, sino de una burocracia innecesaria que hace perder tiempo a muchas personas”.