El Papa Francisco recibió en la residencia de Santa Marta a Estela de Carlotto, a sus hijos Remo, Claudia y Kibo, y a sus nietos, entre ellos Ignacio Guido. Abuelas pidió colaboración a la Iglesia para encontrar a los 400 nietos que viven con su identidad falseada.
Hace tiempo que Abuelas de Plaza de Mayo viene pidiendo a la Iglesia la apertura de archivos de la dictadura. Antes del encuentro con el Papa, la presidenta de la institución había anticipado a la prensa: "Como Abuela voy a agradecerle al Papa esta deferencia de recibirnos y volveré a solicitar, como hicimos en abril del año pasado, que la iglesia abra los archivos con información sobre los nietos entregados en lugares propios de las instituciones católicas. Por ejemplo, sabemos que el Movimiento Familiar Cristiano entregó nietos que fueron secuestrados y queremos saber quiénes son”.
Romper el silencio
La vicepresidenta de Abuelas habló del spot que realizaron junto al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Monseñor José María Arancedo, titulado “La fe mueve hacia la verdad”. Fue la primera vez que el máximo representante de la jerarquía católica del país asume personal y directamente un pedido de búsqueda sobre los hijos de desaparecidos. “Sabemos que al menos dos nietos restituidos fueron dados en adopción por el Movimiento Familiar Cristiano. Esta campaña intenta sensibilizar a la comunidad e invitarla a que rompa el silencio”, dijo Rosa Tarlovsky de Roisinblit.
El mes pasado, la Comisión Episcopal de Pastoral Social difundió un documento en el que exhorta a los católicos a dar los datos que tengan del robo de bebés durante la dictadura. En un documento inédito, los obispos apoyaron la iniciativa. "Hay cerca de 400 familias que buscan a sus nietos apropiados durante la época del terrorismo de Estado", señaló el presidente de la comisión, el obispo de Gualeguaychú, Jorge Lozano.
La carta firmada por Lozano se titula "Hijos sustraídos de madres desaparecidas" y es un gesto de apoyo a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. "Se nos mantiene escondida una verdad que no nos merecemos como comunidad nacional. No fueron niños abandonados al nacer o sin parientes. Fueron sustraídos, podemos decir arrancados, a su mamá y al resto de la familia", apuntó Lozano y agregó enfáticamente: "Dos vidas robadas, dos aberraciones".
Según Tarlovsky de Roisinblit, el acercamiento de la iglesia fue creciendo en los últimos años. Como antecedente cercano, la Conferencia Episcopal Argentina escribió una solicitud en noviembre de 2012 “para que la sociedad aporte datos” sobre el paradero de niños robados o de lugares de sepultura clandestina. “La Iglesia fue modificando su actitud respecto de su actuación en la última dictadura. Es una estructura muy vertical, pero si el Papa y los Monseñores piden colaboración, los que siguen abajo van a perder el miedo y empezarán a hablar. Estamos seguros que se abrirán nuevos caminos para encontrar a los más de 400 nietos que faltan. Hoy sabemos que tienen entre 35 y 36 años y que pueden estar en cualquier parte del mundo. Hay que encontrarlos”, reflexionó.
Sobre el Movimiento Familiar Cristiano, dijo que conoce que es una organización católica que entrega niños huérfanos, pero “una cosa es la caridad, y otra es la posible complicidad con niños que fueron secuestrados. Eso es lo que queremos develar y el Papa nos será de gran ayuda para investigar el pasado y el presente de este movimiento”.