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“La figura de Rodolfo Walsh refleja lo mejor de la generación de los '70”, dijo el periodista y escritor Eduardo Jozami. “Ese gran intelectual era al mismo tiempo un gran militante”, agregó, parado frente al micrófono en la esquina de San Juan y Entre Ríos, donde hace 38 años un grupo de tareas de la Armada secuestró al autor de Operación Masacre. En una de las paredes, detrás del escenario improvisado sobre las escalinatas del Banco Nación, brillaba el mural de venecita con la cara de Walsh recién inaugurado.

Algunos peatones cruzaban la calle. Otros, curiosos, se detenían a escuchar los poemas o a mirar el mural que hizo el grupo Antiarte. Frente al micrófono un grupo de intelectuales leyó cartas, poemas y otros textos en el homenaje organizado por la agrupación Poetas Peronistas.

“Como periodista, escritor y militante, ha quedado en la historia argentina como un caso desgraciadamente no tan frecuente, de una conjunción entre rigor profesional y compromiso militante”, explicó Jozami, autor del libro “Rodolfo Walsh. La Palabra y la acción”, por el que ganó el premio que lleva el nombre del periodista y escritor desaparecido.

“Él llevó su compromiso militante hasta entregar su vida, y al mismo tiempo, siempre fue un escritor muy cuidadoso de las formas. Alguien que hasta en los menores textos, como folletos de una organización política, cuidaba el estilo”, agregó.

Walsh fue emboscado el 25 de marzo de 1977 por un grupo comandado por Alfredo Astiz y Jorge el “Tigre” Acosta. junto a la estación de subte que hoy lleva su nombre. Intentó escapar y respondió a las balas con su pistola. El cuerpo fue llevado a la ESMA y hoy continúa desaparecido. Ese día, Walsh había enviado por correo las primeras copias de su última obra: “Carta de un escritor a la Junta Militar”. “Ese documento, que es una sintesis del proyecto de la dictadura, ha quedado asociado como un texto fundamental del proceso de memoria”, dijo Jozami.

Unas cuarenta personas, agrupadas en semicírculo en la ochava, seguían con atención la lectura. El fiscal de La Plata y coordinador del Programa de Acceso a la Justicia, Julián Axat, recitó una serie de poemas propios:

   (...) los padres son los huesos / la ausencia del hueso y su busqueda / perdidos o hallados / los padres son los huesos / donde los hijos / afilamos nuestros dientes

Cada uno de los oradores eligió un texto para homenajearlo. El primero en la lista, el psicoanalista y poeta Tom Lupo, leyó la “Semblanza escrita en ocasión de la muerte de Paco Urondo”:

"El problema para un tipo como vos y un tiempo como éste, es que cuando más hondo se mira y más callado se escucha, más se empieza a percibir el sufrimiento de la gente, la miseria, la injusticia, la crueldad de los verdugos. Entonces ya no basta con mirar, ya no basta con escuchar, ya no alcanza con escribir."         

SO/SH