Hernán Vaca Narvaja fue condenado por una jueza cordobesa a pagarle medio millón de pesos a la familia Macarrón por "daño moral". "Es una venganza de la familia judicial" dijo el periodista, que apelará la sentencia.
El único condenado por el asesinato de Nora Dalmasso, ocurrido hace más de seis años en un barrio cerrado de Río Cuarto, no es su autor material ni intelectual, ni alguien que haya querido ocultar o borrar pruebas, sino más bien lo contrario: el periodista Hernán Vaca Narvaja, director de la revista El Sur, que siguió el caso al detalle y hasta escribió un libro de investigación (“Las cuatro muertes de Nora Dalmasso”). Vaca Narvaja fue instado a pagar, en los próximos diez días, más de medio millón de pesos por “daño moral” a la familia Macarrón.
La sentencia fue dictada por la jueza Civil y Comercial de Quinta Nominación de Río Cuarto, Rita Freire de Barbero. Vaca Narvaja debe cumplirla en diez días, aunque el periodista adelantó, en diálogo con Infojus Noticias, que apelará a la Cámara de Apelaciones, luego al Tribunal Superior de Justicia, y a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, si fuera necesario. “Es una muestra clara de venganza de la familia judicial. Es un fallo fuera de contexto: ponderó el derecho a la intimidad por debajo de la libertad de expresión, en contra de todos los tratados internacionales”, consideró el periodista.
El fallo pone de resalto que Vaca Narvaja ventiló datos de la vida íntima de dos menores, Valentina y Facundo Macarrón. “Las publicaciones siempre estuvieron relacionadas al caso. Facundo estuvo imputado durante cuatro años como posible autor, y fue la propia familia quien lo expuso. En el caso de Valentina estoy tranquilo porque el fallo reconoce que yo no usé fotos de ella y el supuesto daño tiene que ver con lo que se vinculó a su familia”, explicó el condenado a Infojus Noticias.
El punto más espinoso reside en los testimonios valorados y los descartados por Freire de Barbero para llegar a la decisión: no tuvo en cuenta el testimonio de Tomás Fragueiro, el cronista que recibió los retratos familiares a través de Marcelo Macarrón (que luego se replicaron en todos los medios), y tampoco el del gobernador Manuel De la Sota. Vaca Narvaja publicó además una biografía no autorizada de José De la Sota cuando recién llegaba al gobierno. El libro nunca fue objetado por el político.
En cambio, la magistrada dio por válidos los relatos de Marcelo Macarrón, su novia María Pía Cardoso -procesada por defraudación a la AFIP al utilizar indigentes para evadir impuestos de empresas de granos-, y el de Daniel Lacase, vocero de Macarrón y hombre ligado a Julio César Araoz, el exponente de la derecha peronista.
El periodista condenado, y su revista, reúnen otras condiciones antipáticas para ciertas estructuras del poder provincial. Vaca Narvaja pertenece a una familia acorralada por la dictadura: su abuelo fue asesinado; su padre, Hugo, fusilado en un simulacro de fuga en agosto de 1976; su tío Fernando estuvo en la conducción de Montoneros y debió exiliarse. A pesar de haber sido su biógrafo mordaz, De la Sota declaró durante el juicio. “Dijo que algunas cosas eran inexactas, pero que no era responsabilidad mía sino de mis fuentes, y que jamás iba a denunciar a un periodista porque valoraba la libertad de expresión”, contó. Vaca Narvaja pensó que un testimonio de ese calibre era la mitad del juicio ganado. Pero el Tribunal no lo tuvo en cuenta.
Hace medio año tuvo un pleito con el gobierno de la provincia porque a El Sur, como a otros medios, les habían retirado la pauta oficial. El conflicto, según confió un periodista cordobés, venía de tiempo atrás: Miguel Minardi, el delfín de De la Sota, perdió en las elecciones municipales de Río Cuarto en abril de 2012. La derrota fue interpretada como la consecuencia de algunas coberturas no amigables, y encendió la ira del gobernador, que se había cargado al hombro la campaña eclipsando a su candidato, como si fuera él mismo quien se jugaba el cargo. A eso le siguió un artículo periodístico de El Sur, en la que denunció las prácticas oscuras de Fernando Aimaretto, el jefe de prensa de la Casa de Gobierno, y otros operadores. Luego del cruce, la negociación por la pauta fue encomendada a un ente ad hoc, con el que recuperaron la pauta.
En la Cámara de Apelaciones en lo Civil, la instancia que viene, se prevé que varios jueces se excusen: ya lo hicieron en otra demanda por daños y perjuicios contra el periodista de Pedro Rossi Jaume, ex presidente del Colegio de Abogados de Córdoba y ex socio de Daniel Lacase. Con un detalle adicional: los Rossi Jaume prestaron sus firmas como fiadores para las demandas a otros dos periodistas demandados por investigar el crimen que mostró el rostro más opaco de la burguesía cordobesa.