Federico Luciano Duarte, oficial subayudante de la comisaría 11° de Tres de Febrero, está incriminado en un homicidio y tres robos a mano armada. Hace menos de un año y medio que está en la Bonaerense. El viernes, policías lo detuvieron en el medio de una balacera. Tenía pedido de captura.
Con menos de un año y medio en la policía bonaerense, Federico Luciano Duarte, oficial subayudante de la comisaría 11° de Tres de Febrero, está incriminado en un homicidio y tres robos a mano armada. El último ocurrió el viernes y terminó mal: compañeros de otra comisaría lo detuvieron en el medio de una balacera, de la que resultó herido. Con un pedido de captura por una causa de 2012, Duarte está ahora internado en coma.
Duarte tiene 25 años y es hijo de un policía jubilado de la Federal, Benito Duarte. Desde el martes que no iba a la comisaría donde presta servicio en el horario nocturno. Sus jefes no sabían qué le pasaba porque no había reportado el motivo de su ausencia. El viernes a la mañana el segundo jefe de la comisaría 11° recibió un llamado. Querían que fuera a reconocer a un hombre internado en el Hospital Eva Perón de San Martín con un tiro en el abdomen. Habían encontrado en su billetera una credencial de la Policía Bonaerense y llevaba con él su pistola reglamentaria. Querían saber si era policía. Cuando el segundo jefe llegó al lugar, lo confirmó. Era el agente Federico Luciano Duarte.
La cadena de robos del policía bonaerense comenzó el viernes a la madrugada. Primero intentó robar un quiosco, pero la mujer que atendía el negocio se resistió. Duarte salió del lugar y robó un Peugeot 207 color negro a un panadero, en la esquina de San Martín e Hipólito Yrigoyen, en la localidad de Villa Lynch. Muy cerca de donde vivía con su mujer, otra agente de la misma fuerza, y dos hijos de un matrimonio anterior de ella.
Después de robar el auto, Duarte fue hasta una estación de servicio ubicada en ruta 8 y Tres de Febrero, en el centro comercial de San Martín. Le pidió unas pastillas a la empleada del quiosco y después le puso su arma reglamentaria en la cabeza. A punta de pistola le exigió el dinero que había en la caja. Su seguidilla de asaltos no terminó ahí. Después de este robo, Duarte asaltó un puesto de diarios.
El dueño del auto que Duarte había robado había hecho la denuncia a la policía. Cuando la patrulla de la comisaría 1° de San Martín vio un Peugeot transitando por avenida Perón con la misma patente denunciada, comenzó a perseguirlo. Duarte se defendió a los tiros. Hasta que en la esquina de las calles Balcarce y Yapeyú, en Villa Ballester, se bajó del auto y empezó a correr. Los agentes de la comisaría 1° le dispararon. Una bala le alcanzó al abdomen y otra en una de las piernas. Hasta ayer Duarte seguía internado en estado de coma.
No es la primera vez que el joven policía queda involucrado en algún delito. El 18 de noviembre del año pasado fue a la Villa El Tropezón de San Martín con 2800 pesos, una laptop, dos mouses, un teclado inalámbrico y un joystick. Iba a comprar droga. No estaba solo. Lo acompañaba Damián Salto, un joven de 22 años que lo conocía y lo “hacía entrar” a la villa. No se sabe por qué motivo Duarte le disparó a Salto, que murió al instante. Los vecinos del barrio quisieron lincharlo, y él se refugió en una casa en la calle Boulogne Sur Mer. Tuvo que salir esposado y con diez patrulleros custodiándolo. Los vecinos le tiraban piedrazos.
Duarte dijo, después, que ese día caminaba por San Martín cuando lo interceptaron dos hombres y lo llevaron a la Villa Tropezón. Declaró, también, que cuando los asaltantes se dieron cuenta que era policía pensó que iban a dispararle y por eso gatilló contra Damián Salto, en defensa propia. La noticia tuvo cobertura mediática recién dos meses después y los medios divulgaron la versión policial de los hechos: un policía que se defendió de dos ladrones.
La causa por la muerte de Damián Salto fue caratulada como “homicidio”. Está a cargo de Héctor Scebba, de la Unidad Fiscal de Instrucción 1 de San Martín, quien había ordenado la detención de Duarte la semana pasa, aseguraron fuentes judiciales cercanas a la fiscalía a Infojus Noticias.
Sus compañeros de la comisaría 11° de Tres de Febrero lo definen a Duarte como un “tiro al aire”. El oficial Sosa, segundo jefe de esa dependencia, dijo a Infojus Noticias que Duarte iba “tarde o faltaba sin avisar”. Tenía sanciones por llegar tarde al trabajo y no responder a las órdenes de sus jefes. “Pero nunca hubiésemos imaginado esto”, dijo. Hasta el padre del joven agente, un ex policía de la Federal, se había acercado a la comisaría para hablar de la conducta irresponsable de su hijo. Mientras la Justicia lo investiga por un nuevo delito, duarte se encuentra en estado delicado en el Hospital Eva Perón.