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Infojus Noticias

7-5-2014|16:14|Investigación Nacionales
Etiquetas:
Familiares, vecinos y testigos reconstruyen las últimas horas de la víctima

Una alpargata y un hombre corriendo, las pistas del crimen de Gesell

Junto con el análisis de las cámaras de seguridad y un llamado al 911 son los principales elementos con los que cuenta la Fiscalía para avanzar en la investigación.

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Por: Juan Carrá

Una alpargata hallada en la escena del crimen. Un hombre que salió corriendo de la casa de víctima. Un llamado al 911 que alertó sobre una fuerte discusión y el análisis de unas cinco cámaras de seguridad de distintos comercios. Estos son los principales indicios que la Fiscalía tiene para avanzar en la investigación por el asesinato de Cyntia Beatriz Filippone, ocurrido el lunes en la ciudad balnearia de Villa Gesell. La principal hipótesis del Ministerio Público sigue apuntando al móvil de la venganza.

Poco se ha avanzado por el momento en la pesquisa, o por lo menos poco es lo que se comunica de forma oficial sobre los pasos que dan los pesquisas para tratar de desentrañar qué ocurrió el martes en la casa del pasaje 111 y avenida 6. El fiscal Eduardo Elizarraga, en diálogo con Infojus Noticias, expresó que los indicios hallados en la escena del crimen y la mecánica del hecho le llevan a inferir con seguridad que no se trató de un robo y que aguarda avanzar en tratar de determinar dónde y quién compró el calzado hallado en el lugar del hecho.

Apenas ocurrido el crimen de Cyntia, los primeros rumores hablaban que el asesino estaba dentro de su círculo íntimo, e incluso, por el testimonio de familiares de la mujer, se supo de una relación conflictiva con el hijo de su pareja. El chico, de 22 años, pasó a ser el eje de las elucubraciones extrajudiciales, pero en el expediente nunca estuvo imputado. Tanto él, como su padre –Daniel Hernández, pareja de Cyntia– declararon ante el fiscal y según trascendió hubo algunas contradicciones en el relato de qué estaban haciendo en el momento del hecho. Sin embargo, para la Fiscalía, hay una prueba que hasta el momento se muestra contundente para descartar la participación de padre e hijo en el hecho: una cámara de seguridad de un hotel costero, ubicado en 111 y la costa, a 7 cuadras del lugar del crimen, los muestra saliendo de la playa.

Esto verifica la coartada de ambos, pero para el fiscal aún queda corroborar el buen funcionamiento de la cámara. Es central ese dato ya que entre el horario que muestra el video y el horario de crimen –se estima que el hecho ocurrió entre las 18,55 y las 18,05– hay muy poco tiempo como para cometer el hecho. “Hay que ser precavido con esto de las cámaras”, manifestó Elizarraga al a vez que recordó un caso que le tocó investigar en Pinamar en el que se detectó que el horario de las cámaras de seguridad utilizadas como prueba estaba desfasado con el real.

De lo que no hay dudas es que el asesino actuó solo. Al menos una testigo vio salir a un hombre corriendo de la escena del crimen, pero no llegó a reconocerlo. Por otro lado, el fiscal afirmó que existió un llamado al 911 minutos previos al hecho en el que se denunciaba una fuerte discusión en la vivienda de 111 y avenida 6 que aún permanece preservada para los investigadores.

“Fueron a matarla”

Son varios los elementos que el fiscal une para armar el rompecabezas de los hechos. Para Eduardo Elizarraga, Cyntia fue sorprendida mientras tendía la ropa en el tender de pie que se ve desde la calle, en la parte lateral de la casa de ladrillo a la vista bautizada “La Jardinera”. Aún está el balde azul junto al tender y la ropa retorcida sobre un banco de madera. La hipótesis de la mecánica del hecho dice que el asesino saltó una puerta de madera que da a paseo 111 y que atacó a Cyntia de sorpresa. La autopsia reveló que ella intentó defenderse. Incluso, se hallaron algunos cabellos debajo de sus uñas, pero aún no se confirmó si corresponden a ella o a otra persona.

Para los investigadores el asesino es alguien que sabe manejar cuchillos u otro elemento punzocortante. La herida de muerte en su cuello no se correspondería con un neófito. Tampoco el accionar decidido. Lo llamativo es que en la huida, luego de que Cyntia se guareciera en su casa mientras se desangraba, el asesino perdió una alpargata.

“No se trata de un calzado muy común”, describió el fiscal a la vez que aseguró que seguirán la pista para tratar de determinar dónde fue comprado y así tratar de obtener algún elemento más sobre el asesino.

Paralelamente, vecinos de Cynta y otros testigos desfilan por la Fiscalía de Villa Gesell para tratar reconstruir las últimas horas del barrio en el que ocurrió el sangriento asesinato.

Los hijos de la víctima –una nena de 5 años y un nene de 9– que presenciaron el asesinato de su madre aún permanecen en estado shock y por el momento no se les ha tomado ningún tipo de entrevista.

A casi 48 horas del crimen otra de las esperanzas de los investigadores está en hallar alguna imagen en las cámaras de seguridad de algunos comercios ubicados en la zona del asesinato.

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