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Anoche, durante la presentación de su libro Tratado Internacional de Derechos Humanos en el Salón Azul de la Facultad de Derecho, Daniel Herrendorf fue el único panelista que se puso de pie. Saludó sin tomar el micrófono y en tono serio y cordial pronunció las últimas palabras de la noche, “Los invito a que nos callemos un poco y nos pongamos a trabajar”. Su libro es la primera iniciativa mundial de código sobre Derechos Humanos. Lo acompañaban en la mesa principal, Raúl Zaffaroni, la senadora de Córdoba Norma Morandini; el diplomático y Doctor de la Sorbonne Archibaldo Lanús, y el ex camarista y profesor de la Universidad de Buenos Aires Julio Virgolini. Todos coincidieron en que el Tratado de Herrendorf es una herramienta afilada para defender los Derechos Humanos.

Se trata del primer proyecto a nivel mundial de un Código de Derechos Humanos elaborado por  el jurista y experto en Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Daniel Herrendorf, que contó con el apoyo de y la participación de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Fayt  y de Eugenio Zaffaroni.

“Es un proyecto de código que se propone la empresa de cercar el poder para ponerse al lado de la libertad. Establece un catálogo de derechos entendidos como barreras al poder del Estado”, dijo Julio Virgolini, que habló con desparpajo luego de advertirle al público que era informal y desordenado en el discurso. “Como un moderno David, Daniel Herrendorf prepara una honda contra Goliat. No lo va a derribar, pero esperamos que lo magulle”, continuó Virgolini y Herrendorf sonrió desde su silla.

En uno de los extremos de la mesa, Zaffaroni elogió la estructura rigurosa del libro y se dirigió al centro del debate, los Derechos Humanos. “Uno piensa que ésta área se desarrolla en la vida y no en la facultad, pero necesitamos comprender que los Derechos Humanos no son una rama del derecho sino algo que permea y cambia el sentido de todo el saber jurídico”.

La senadora Norma Morandini opinó que la obra de Herrendorf es fundamental para los debates que vienen sobre la naturaleza de estos derechos. “La Declaración de los Derechos Humanos, la más bella de las utopías, no es consecuencia de la naturaleza sagrada de lo humano sino de su crueldad. No surgieron por la piedad y la solidaridad sino por Auschwitz y la ESMA, porque los hombres somos capaces de lo peor”.

De acuerdo con ella, Zaffaroni dijo que cada avance en los Derechos Humanos responde a una agresión de carácter inhumano. “Los Derechos Humanos no aparecen porque hayamos ido meditando a los autores que cita Herrendorf, o porque fuimos madurando, reflexionando y profundizando la razón, no, esto avanzó por el pánico, nosotros avanzamos a propulsión de pánico”. Y aceleró el ritmo de su intervención con un recorrido por los orígenes de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. “¿Por qué aparecen en 1948? Porque a las potencias neocolonialistas  no les habían importado los genocidios de América Latina y África hasta que alguien hizo un genocidio en Europa. Y si levantamos la mano los constituyentes del 94 que incorporamos el 22 del 75, lo hicimos por el pánico de que había gente desaparecida”.

Morandini lo resumió en una frase, “Llegamos a los Derechos Humanos por la historia, no por la filosofía”. Había iniciado su intervención aclarando que las suyas serían reflexiones personales, amparada por las feministas que consideraban todo hecho personal un acto político.

–Mi inhibición es porque no soy abogada –dijo la senadora Morandini.

–Una persona respetable –opinó con ironía Archibaldo Lanús–. Y todos en la sala rieron a carcajadas.

“Hemos ido más lejos que todos en el continente, pero por qué no hubo desaparecidos en Brazil y Chile, por ejemplo”, se preguntó Morandini. “Este proyecto de código es un instrumento poderoso para mirarnos con respeto y hacer de los Derechos Humanos el lenguaje de la liberación”.

En los próximos meses, Herrendorf presentará su proyecto ante todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso de la Nación, y luego comenzará a un recorrido internacional que lo llevará ante ante organismos internacionales como Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA), y otros países.

La primera escala será en México, donde fue invitado por su Procuraduría General de la República (PGR), que tiene competencia para enviar proyectos al parlamento mexicano, para presentar el Código de Derechos Humanos a mediados de septiembre.