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Infojus Noticias

30-10-2014|17:37|Migración Nacionales
Llegó a Buenos Aires con su marido en 1928

Una mujer ucraniana tiene su DNI por primera vez a los 93 años

Está hospitalizada en el Hospital Moyano desde la década del ’50 con un diagnóstico de esquizofrenia y estaba indocumentada porque ni Polonia ni Ucrania contaban con su partida de nacimiento por la quema de iglesias católicas durante la Segunda Guerra Mundial. Gracias a obtener su DNI, podrá tener la obra social.

  • Prensa Defensoría General de la Nación
Por: Milva Benitez

C.R. nació en Wolyn, Ucrania, en 1921, pero dejó su tierra antes de cumplir 17 años, durante la ocupación polaca de la región. En agosto de 1938 ella y su marido llegaron a Buenos Aires en uno de los primeros buques que llegó desde aquel lado del mundo a este. Cuando bajaron, el oficial de migraciones que registró a los pasajeros escribió “permanente” donde tenía que asentar los datos sobre la residencia. Esto le permitió hoy, a esta mujer de ya 93 años, recibir por primera vez su DNI argentino, en el pabellón Bosh II del hospital Braulio Moyano, donde está internada desde 1953.

La mujer que desde hace 60 años está hospitalizada -con un diagnóstico de esquizofrenia, primero en otros centros de internación, desde la década del ‘50 en el Moyano- no podía acceder a su DNI porque ni Polonia ni Ucrania contaban con su partida de nacimiento. Tras las sucesivas ocupaciones y los enfrentamientos durante la segunda Guerra Mundial, “las iglesias católicas fueron quemadas, y allí figuraban los registros de la población: las muertes y los nacimientos, y cuando se casaban”, explicó a Infojus Noticias el curador público de la Defensoría General de la Nación, Alfredo López Bravo, que tuvo a cargo las gestiones para que C.R. tuviera su DNI.

C.R. cuenta con la asistencia de un curador que actúa como su representante “para los actos de la vida civil” y, más de una vez, los designados para representarla iniciaron el trámite para que obtuviera el DNI. “Después de la guerra, cuando la Cortina de Hierro separó al país y Wolyn quedó del lado soviético, las gestiones de la cancillería Argentina ni siquiera tenían respuesta”, dijo López Bravo, con formación además en política internacional.

Esto marcó la vida de C ya que sin la confirmación de su nacimiento no se podía avanzar en el trámite para que obtuviera el DNI en Argentina, lo que hasta ahora le impidió acceder, por ejemplo, a una jubilación y/o a los servicios de la obra social PAMI. La insistencia de la curaduría, llevó finalmente este año a dar con los registros del ingreso de esta mujer al país. Tenía 17 años, cuando dejó de labrar la tierra para llegar hasta la ciudad portuaria de Gdynia, en Polonia. Zarparon en el Kosciuszko, uno de los primeros transatlánticos que llegó a estas costas. El barco tenía capacidad para 110 pasajeros en camarotes, 180 en turista y 500 en tercera clase, donde viajó C.R. con su marido.

Los registros tomados por el oficial de migraciones en el puerto de Buenos Aires fueron claves para concretar el trámite porque “por escrito” dejaban sentado que el 23 de agosto de 1938 C.R. ingresó al país. Atento a los parámetros que fija la Ley de Salud Mental, sancionada en 2010, el  titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 7, Diego Iparraguirre, dispuso “requerir de manera extraordinaria y excepcional” al Registro Nacional de las Personas (RENAPER), a través del Ministerio del Interior, que le otorgue a R.C. la documentación como “extranjera con residencia permanente” en nuestro país.

En los fundamentos, el magistrado recuperó lo fijado en otra sentencia, en la que se inició el trámite para que otra mujer internada en el hospital Moyano, desde hace más de 30 años, obtenga su DNI, pese a que su país de origen no ha respondido a los reiterados pedidos de documentación que certifique su nacimiento. En esa resolución, Iparraguirre explicó que es obligación de los magistrados “percibir, comprender y apreciar la realidad social, evitando que el rigorismo formal” o “a la aplicación mecánica de las normas”. “El rol del juez es interpretar en forma activa y sensible la ley y las necesidades sociales teniendo como fin último la justicia en el caso concreto”, apuntó.

Esta mañana, el encargado de entregarle el DNI a C.R. fue Jorge Abel Arista, el jefe del servicio del pabellón donde vive con otras 56 mujeres, todas con diagnóstico de enfermedades crónicas. A su lado, estuvieron la directora del hospital Norma Derito y la licenciada Beatriz Lescano, una de las profesionales que a diario y, desde hace 8 años, la acompaña. “Es una alegría, ahora va a poder tener la obra social”, dijo Lescano emocionada. Esta mañana, cuando le entregaron el documento y llegó el momento de las fotos haciéndose entender con gestos –porque solo habla en lo que los profesionales describieron como un “dialecto ucraniano”– C.R. pidió un momento para prepararse. Después, con el documento en mano posó para los camarógrafos.

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