El dibujante llegó de Perú buscando un caso de gatillo fácil para relatarlo en formato de historia y cubrió el juicio por el crimen de Patricio Barrio Cisneros. En su país publicó "Barbarie", sobre el accionar de las fuerzas armadas peruanas y Sendero Luminoso. "Dibujo sobre testimonios. Hago documentación, no investigación. Trato de contar que la historia no termina ahí, de dejar más preguntas que respuestas", contó el artista que trabaja junto a un equipo en el registro de hermanos de víctimas de la violencia institucional.
Entre los familiares y amigos de la víctima, los de los imputados, los integrantes de derechos humanos, los policías que custodian que nadie prenda su celular y los periodistas que toman nota, Jesús Cossio mantiene la mirada fija en su cuaderno. Cada tanto levanta la cabeza, hace paneos, primeros planos y se detiene en detalles. Escribe pero también dibuja la postal que tiene enfrente en el Tribunal Oral en los Criminal 4 de San Martín: seis penitenciarios sentados en el banquillo de los acusados, sus abogados defensores, los tres jueces y los abogados querellantes del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). Cossio es dibujante y vino desde Perú en búsqueda de un caso de gatillo fácil para convertir en comic. Se quedó en Argentina para dar talleres, conformar un equipo de investigación y seguir retratando juicios vinculados a la violencia institucional. Infojus Noticias habló con él sobre su trabajo como historietista de las causas de derechos humanos.
Cossio estuvo sentado entre el público durante todas las audiencias del juicio por la muerte de Patricio Barros Cisneros, torturado y asesinado a golpes en la Unidad 46 de San Martín en enero de 2012. En silencio tomo nota de algunos de los testimonios y congeló en su dibujo un momento clave en el debate oral: el testimonio de Giselle González. Era la novia de Patricio y presenció cómo el grupo de penitenciarios lo pateó, golpeó y torturó después de que pidiera un lugar con sombra para tener su visita. Giselle estaba embarazada y ese día en el que fue a visitarlo hacía mucho calor. Después del asesinato de su novio, ella perdió a su bebé.
“Yo vengo a decir la verdad”, dice el dibujo de Giselle en el cuaderno de Cossio. Lo dijo después de que los abogados querellantes intentaran confundirla y desacreditarla. Cuando contó lo que recordaba los penitenciarios, que habían estado inmutables todo ese tiempo, cambiaron el rictus. Cossio dibujó cada una de sus caras y gestos en ese momento. Cinco de estos agentes terminaron condenados a perpetua en mayo cuando terminó el debate oral.
El juicio de Barros Cisneros fue su primer trabajo en audiencias de este país. En Perú Cossio publicó “Barbarie”, un libro de comic sobre la violencia política en Perú entre 1985 y 1990. En esa oportunidad dibujó con el Informe Final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en la mano y se valió, también, de documentos elaborados por organizaciones de derechos humanos, libros de investigación y material periodístico. “Muchos cuando ven mis dibujos dicen que exagero. Yo trato de documentar”, explica. En el libro las violencias de las fuerzas armadas del Estado peruano y Sendero Luminoso se vuelven comics. Una de sus obras muestra los cuerpos mezclados en una fosa común. Esos cadáveres dibujados en blanco y negro son de campesinos secuestrados por el ejército peruano y ejecutados en Pucayaccu.
-¿Cómo fue tu conexión con Argentina?
En abril de este año me invitaron al Festival de la Palabra en Tecnópolis para dar unas charlas. Yo conocía a la antropóloga María Pita a través de las redes sociales y ella me invitó al CELS. Vine por tres, cuatro días y me terminé quedando por dos semanas. Conocí el trabajo que hacen en el CELS y ahí pregunté por un caso de gatillo fácil. Fue así que llegué al juicio de Patricio Barros Cisneros que, si bien no es puntualmente sobre gatillo fácil, es violencia institucional.
-¿Por qué te interesaba el tema del gatillo fácil?
Es algo que estaba pasando en las zonas urbanas. Y estos casos tienen el potencial que ocurren en todos los países. La impunidad policial pasa en todos los países. Me preocupo por entender bien el contexto. Por eso además de ir a los juicios entrevisté a los abogados, a los especialistas, visité la cárcel, entrevisté a los familiares. Y traté de cubrir todos los documentos sobre la sentencia. Pienso que este caso terminará en un libro corto de unas 70 o 100 páginas.
-En tus charlas decís que intentas escaparle a la idea “hollywoodense” de la violencia, ¿Cómo haces para evidenciar ese esfuerzo en tus trabajos?
Dibujo sobre testimonios. Hago documentación, no investigación. Trato de contar que no termina ahí la historia, de dejar más preguntas que respuestas. En el caso de Patricio Barros Cisneros no pude estar el día de la sentencia y la verdad es que tampoco fue necesario. Me pregunté: ¿es necesario que esté ahí? No termina ahí la historia. Lo dicen los propios familiares. En un modelo hollywoodense de la violencia este sería el clímax y después brindar al espectador un final que alivia.
En Perú estoy cubriendo el juicio oral por la matanza de Accomarca. Los abogados de los procesados van presentando distintos recursos para dilatar y allí se está esperando la sentencia hace 30 años. En ese caso es muy importante para mí poder retratar la sentencia. En Perú, no es como pasa en Argentina. Allí el 95% de los juicios que se hacen por estos crímenes, se pierden. De cada 10 juicios, 7 se pierden o reciben condenas mínimas. Hay una cultura de la impunidad muy fuerte.
Con las investigadoras Marcela Perelman y María Pita están trabajando en el registro de los testimonios de hermanos de víctimas de violencia policial, ¿Cuál es tu rol en ese equipo?
Hemos trabajado con Gonzalo Bugatto, Milton Tapia, Pablo Ferreyra, Vanesa Orieta y los hermanos y hermanas de Patricio. Todos casos distintos sobre violencia institucional. Con cada uno de ellos el vínculo fue distinto. Con Vanesa, la hermana de Luciano Arruga, fue muy emotivo. Después de haberla retratado me invitó a una actividad que se hace en la comisaría donde estuvo detenido Luciano y ahora es un espacio de derechos humanos.
-¿Cómo es tu trabajo con los talleres?
Estuve dando talleres con adolescentes en las villas 31 y en la 1-11-14 del Bajo Flores en el marco del programa ATAJO. Me interesa que sepan cómo hacer un comic y que puedan pensar sobre sus experiencias con la violencia policial. En general eran jóvenes de entre 15 y 17 años.
Violencia(s) y política: imágenes, representaciones y sentidos
Un historiador, un historietista, dos doctoras en ciencias sociales y una antropóloga reunidos alrededor de una mesa para hablar de las representaciones de las violencias y la política. La semana pasada Cossio participó de una charla junto a especialistas. “Violencia (s) y política: imágenes, representaciones y sentidos” fue el título de la jornada que se llevó a cabo en la sede porteña de la Universidad de San Martín (UNSAM). Además del dibujante peruano expusieron Mara Burkart, doctora en Ciencias Sociales UBA CONICET; Nicolás Kwiatkowski, doctor en Historia de UNSAM y CONICET; Marcela Perelman doctora en Ciencias Sociales UBA e investigadora del CELS y María Victoria Pita, doctora en Antropología UBA –CONICET.
El conversatorio se dio en el marco del Proyecto PICT “La movilización de familiares de víctimas y los sentidos de reclamos de Justicia” (UNSAM/IDAES). La intervención de Cossio fue muy aplaudida. Habló con sus trabajos de fondo en una pantalla gigante. “La historia se suspende y lo que hay es un trauma continuo”, describió. Ese dolor punzante que los familiares convierten en lucha y se empoderan como activistas es el que aparece en todos dibujos del dibujante peruano.
MFA/LC