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Las imágenes de una cámara de seguridad de Zárate podrían haber sido las que suelen fascinar a televidentes norteamericanos en los noticieros nocturnos. O, más bien, una escena de la serie “Los Soprano”. En vivo y en directo, la cámara filmó el brutal ataque que recibió una mujer por parte de un hombre en una zona descampada. Enterados de la filmación, unos oficiales fueron hasta el lugar y frenaron la agresión. Sin embargo, ocurrió un hecho insólito: no se lo llevaron preso ni le iniciaron causa judicial. El agresor, identificado como Fabián Budano, sería un hombre de los negocios de la noche. Fue acusado en las redes sociales como un “golpeador”. Los policías, en vez de esposarlo, lo saludaron dándole la mano.

El video es estremecedor: Budano intenta meter de los pelos a la mujer en un auto. Forcejean. Como ella se resiste y grita, le da piñas y empujones. Luego la toma del cuello. El terrible episodio ocurrió el pasado 6 de noviembre en Zárate en inmediaciones de Costanera y Celulosa. Pero no todo terminó allí: cuando intentó escapar, el agresor la persiguió hasta alcanzarla de nuevo. Las cámaras de seguridad siguieron toda la secuencia, hasta que poco después llegó la policía. Las imágenes fueron registradas por la Dirección de Prevención Urbana de la municipalidad, que avisó a la Prefectura y la Policía Bonaerense. Esta última fuerza quedó a cargo del operativo, pero no detuvo al agresor. La mujer agredida tampoco lo denunció.

El municipio reubicó al empleado que filmó la escena. Lo curioso es que el empleado de la DPU que registró la escena, de apellido Carrasco, denunció el caso y habría  sido desplazado de su puesto. La justicia todavía no lo citó a declarar.

Consultada por Infojus Noticias acerca de cómo repercuten las imágenes de violencia de género en los medios de comunicación, Amanda Alma, integrante de la red PAR (Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista), dijo que hay un debate postergado. “La clave es pensar qué significa ese nivel de exposición para la víctima. Hay veces que la justicia no llega y los periodistas creen que hacen justicia mediática. Y eso es un error”, dijo.

También señaló que “no hay una construcción de una conciencia crítica sobre por qué se llega a estos hechos de violencia de género. Se privilegia una construcción mercantilista de las imágenes, como ocurre con las imágenes de las cámaras de seguridad sin poner el contexto de la violencia. Que un hombre le pegue a su compañera no sólo habla de ese varón, hay una construcción paternalista, de “supermacho” que se construye en las telenovelas y en el imaginario social que está como telón de fondo”.

Y concluyó: “No hay un debate en torno a la cuestión simbólica del paternalismo. En el Facebook ocurre lo mismo: hay una lógica de posteo, se banalizan los hechos y no se los chequea. Abogamos por una comunicación menos violenta y sexista. Hay relatos estigmatizantes que sólo contribuyen a revictimizar a las víctimas. Eso ocurre cuando no se profundiza en el contexto de agresión que sufre la víctima y sólo se reproduce una banalización de la violencia. Y no sólo es problema de la derecha reaccionaria: también el discurso progresista sostiene esta práctica”.