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Habían pasado 18 horas del disparo mortal que recibió Ayelén cuando su hermana y su cuñado fueron detenidos. Fue durante el velatorio de la chica. A Alejandra Gauna, de 19 años, se le imputa la figura de “homicidio agravado” y a ella la de “encubrimiento agravado”. La pareja había dicho que a Ayelén la había matado un ladrón por resistirse a un robo de celular.  Interviene la fiscalía N° 5 de menores de Lomas de Zamora.

Fue Gauna quien llevó a la menor a la Unidad de Primeros Auxilios de donde murió. Lo hizo a bordo de su moto y se retiró antes de que llegara la policía de la comisaría de Monte Chingolo, que intervenía en la jurisdicción. Su salida apresurada fue un punto que llamó la atención de los investigadores.

Durante el correr de la tarde, la madre de las jóvenes fue alertada por vecinos y familiares sobre lo que realmente había sucedido. “La madre llamó a la comisaría y explicó lo que sabía. En paralelo ya se estaba trabajando sobre esa línea. Así que se decidió dejar que los dos llegaran al velatorio y cuando llegaron, efectivos policiales les pidieron que los acompañaran a la seccional”, dijo una fuente policial a Infojus Noticias.

En la comisaria escucharon una pregunta que los desmoronó: “¿Dónde está el arma?”. “Se largaron a llorar y no decían nada. Después él dijo que había sido un accidente y que fue cuando se le cayó el arma que se le disparó y le dio a Ayelén, que fue sin querer. La chica lo defendía”, agregó la misma fuente.

Los investigadores no creyeron esta versión, porque el tipo de arma utilizada no se dispara sola al caer y se inclinan a pensar que fue durante algún juego que se produjo el disparo.

Gauna quedó detenido en la comisaria mientras que la chica fue liberada la noche del domingo. En un principio, como era menor, su madre debía firmar para poder llevársela, pero no quería hacerlo. “Fue un drama. La mujer le gritaba a la hija, al yerno y no podía entender cómo su hija defendía al asesino de su hermana. Cuando le avisaron que se la podía llevar no quería hacerlo, decía que tenía que quedarse encerrada. Recién se la llevó bien entrada la madrugada”.

En medio de su declaración, el joven habría confesado que escondió el arma en la casa de un cuñado. La policía fue hasta el lugar y la encontró donde Gauna había dicho. El familiar quedó acusado por tenencia ilegal de arma.