La fuga ocurrió anoche cuando dos personas privadas de su libertad identificadas como Edgardo Vera y Héctor Bahamonde accedieron a un patio interno y saltaron el muro perimetral. El año pasado, en la misma dependencia, se fugaron cinco presos.
La fuga fue sorpresiva: los internos no rompieron ni forzaron nada. Dos internos del Penal III de Bariloche lograron fugarse de dicha unidad penintenciaria tras acceder a un patio interno y luego saltar el muro perimetral sin vistas, informaron fuentes policiales a Télam.
El hecho se registró anoche y los evadidos fueron identificados como Edgardo Vera y Héctor Sebastián Bahamonde. Ambos están vinculados al crimen de Lucas Bascur, cometido en febrero del año pasado en el barrio Vivero, homicidio que formó parte de una serie de ajustes de cuentas entre grupos rivales.
El crimen de Bascur -quien antes de morir había sido acusado y absuelto de un homicidio en 2012- fue antecedido por el de Matías Mendoza, en 2011, y le siguió el de Paula Vera, hermana del evadido ayer, en una trama de enfrentamientos y amenazas investigada sin resultados en distintos juzgados.
La fuga se produjo sin que los prófugos rompieran nada dentro del presidio ni llamaran la atención de sus celadores, lo que generó preocupación en la jefatura policial de la provincia, a cargo de la seguridad de los penales. El año pasado se fugaron cinco presos, episodio que sumado a otras evasiones en Viedma, General Roca y Cipolletti, llevaron al gobierno provincial a nombrar jefes policiales a cargo de los penales, que estaban a cargo del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
La mayor inquietud de la jefatura provincial es que los internos lograron escapar sin que nadie haya notado ni un solo movimiento. Pero eso no fue lo más contundente. Hace unos días, en una requisa de rutina, agentes del penal detectaron que un grupo de internos había abierto un boquete desde una de las celdas al patio interno del edificio. Y abortaron la fuga. Ahora, los investigadores se preguntan cómo fue que el nuevo escape se dio tan silenciosamente cuando personal penitenciario estaba avisado de que podría ocurrir en cualquier momento.