En la octava jornada del juicio por el asesinato de Daniel Migone en la comisaría 9ª de la ciudad de La Plata, declararon la jefa del Servicio de Guardia del Hospital San Martin Beatriz Galindo, el comisario a cargo Claudio Jaidar, un efectivo policial que prestaba servicios en la departamental la noche de la detención y un ex detenido. Hay cinco ex policías imputados en el juicio.
Daniel Oscar Migone fue detenido la noche del 9 de noviembre del 2005 por presunto robo de un estéreo y un celular. Horas más tarde fue encontrado por efectivos policiales que se disponían a llevarlo a cuerpo médico, tirado en la celda de contraventores de la comisaría 9º. La versión de los oficiales fue que el detenido había intentado ahorcarse con una campera de jean, atada a un camastro a 30 centímetros del suelo. La autopsia y las declaraciones de los testigos hasta el momento confirman que es imposible que haya podido causarse él mismo estas lesiones.
Beatriz Galindo era la jefa de guardia del Hospital San Martín la madrugada del 10 de noviembre del 2005. Declaró hoy que Migone fue ingresado muerto al hospital. “Se supone que no recibimos gente muerta, antes se constata afuera el estado de los pacientes, pero los policías lo ingresaron igual”, dijo. Sostuvo que cuando el detenido llegó a la guardia no respiraba ni tenía pulso. "Tenía unas marcas en el cuello. Me contaron que lo levantaron de una cervecería, que estaba borracho y que se había ahorcado". "No parece que se hubiera ahorcado", recordó que pensó en ese momento. "Parece que lo hubieran ahorcado".
Las declaraciones de Galindo confirman el testimonio de los peritos que realizaron la autopsia al cuerpo. Los especialistas resaltaron que en caso de que se hubiese ahorcado, hubiera tenido lesiones en la parte externa del cuello. Migone murió por lesiones internas.
Claudio Jaidar se había hecho cargo de la seccional 9ª en febrero del año 2005. La madrugada del 10 de noviembre lo despertó un llamado a su celular. Del otro lado, Marcelo Falcón, jefe de turno de la comisaría y uno de los imputados, le dijo que tenía “novedades” para contarle. Habían detenido a una persona, y había querido ahorcarse. Otro llamado le confirmó la muerte del detenido
Jaidar realizó tres llamadas: al inspector Inda, a la fiscal Leila Aguilar y al jefe del servicio de calle de la comisaría, Maximiliano Martínez. Cuando llegó a la comisaría Valeria Maciel, oficial de servicio, lloraba adentro de su oficina.
Minutos después la fiscal Aguilar se hizo presente en la departamental. “Lo que constató la fiscal fue que ninguno de los libros estaba actualizado, tampoco estaba al tanto de la situación. En los procedimientos habituales los detenidos deben ser registrados y se debe dar aviso a la fiscalía”. Migone no figuraba en ninguno de los registros de la comisaría 9ª la noche de su detención.
Al ser indagado sobre el por qué del llamado a Martínez, el testigo declaró que como no sabía qué iba a hacer la fiscal con el personal que prestaba servicio esa noche en la comisaría, lo llamó para que cumpliera sus funciones. “Yo no lo pude transmitir, pero a mí me afectó mucho este hecho”. Jaidar, luego de lo ocurrido en su comisaría con Migone, fue ascendido a la jefatura de la División Departamental de Investigaciones.
En las hipótesis de la querella, Martínez es la persona con quien la novia de Migone mantenía una relación.
Fuertes era parte del servicio de patrullas de la 9ª. La noche del 9 de noviembre de 2005 se acercó a un domicilio particular por una denuncia de disturbios. Cuando llegó encontró un móvil de infantería y a Migone. Conversó con él: “Nos dijo que quería hablar con una mujer que estaba adentro de un domicilio. Cuando entrevistamos a la mujer, nos dijo que no quería hablar con él en ese momento, que al otro día sí iba a hablar, pero en ese momento no quería”.
El oficial se retiró y más tarde fue convocado para que trasladaran a un detenido a cuerpo médico. Cuando llegó a la comisaría se dirigió hacia la zona de los calabozos, a la cocina en donde le dijo al oficial Daniel Espósito, también imputado en la causa, que fuese a buscar al detenido para trasladarlo. Espósito entró a la celda de contraventores y gritó: “Se ahorcó, el hijo de puta se ahorcó”.
Fuertes fue el encargado de trasladar a Migone a la guardia del hospital San Martín, pero dice que sólo lo reconoció al otro día, cuando se enteró de lo sucedido y le dijeron el apellido del hombre que había muerto.