Infojus Noticias

Después de seguir durante los últimos meses los pasos de la banda, los sabuesos del Escuadrón 57 de Gendarmería Nacional tenían anoche las coordenadas precisas del lugar en el que iban a aterrizar los narcos. El avión pequeño estaba en una pista improvisada en una estancia cercana a la ruta provincial 40, a la altura de Santo Tomé, a 395 kilómetros de la capital correntina. No se determinó si la avioneta estaba recién aterrizada o a punto de despegar. En ese momento irrumpió el escuadrón especial de Gendarmería con helicópteros. Acondicionados en el avión había más de 300 kilos de cocaína de máxima pureza que fueron incautados.

Hubo un desbande cinematográfico: los tripulantes de la avioneta abandonaron sus puestos e intentaron desaparecer en la espesura del monte. Los helicópteros sobrevolaron la zona señalando las huellas del escape. Diez narcos de distintas nacionalidades –una fuente de fuerzas de seguridad dijo a Infojus Noticias que había paraguayos, bolivianos, peruanos y argentinos- fueron detenidos, y quedaron a disposición de la jueza federal Mabel Borda, de Paso de los Libres, quien los indagará este fin de semana.

El armamento que llevaban encima denota una banda bien equipada: tenían armas largas, fusiles M16 de asalto –armas de guerra que usa el ejército norteamericano- y hasta visores nocturnos, que Gendarmería solo cuenta para sus patrullas o para acciones delicadas. Simultáneamente, y gracias al trabajo de inteligencia con escuchas telefónicas, la jueza Borda ordenó “interdictar” –en la jerga, implica detener sospechosos de un delito aunque no se los encuentre con las manos en la masa- tres aviones más en otras pistas. En este caso, no hallaron drogas. En los diarios correntinos se mencionó una "persecución aérea", que habría obligado a los aviones a aterrizar. Esta versión, sin embargo, no pudo ser confirmada.

La investigación fue llevada a cabo silenciosamente durante varios meses por la justicia federal de Paso de los Libres, ejecutada por la Gendarmería y supervisada por el Ministerio de Seguridad de la Nación. Según pudo saber Infojus Noticias, se manejan dos hipótesis sobre el derrotero de la carga. Una ubica el origen en Bolivia, el cruce por vía terrestre, el acopio y traslado a Santo Tomé y el destino final, Brasil. “Lógicamente, por la zona de movimiento de las avionetas, iban a ser trasladadas para Brasil”, aseguró una fuente de la investigación. La segunda posibilidad es distinta: la droga llegó desde Bolivia por aire, allí iba a ser trasbordada a otros aviones y distribuida en los centros urbanos de capital Federal y Buenos Aires.

El ingreso de drogas por vía aérea, sin embargo, no es el más utilizado en nuestro país. “Es antieconómico: para mover un avión, por chico que sea, se necesita dinero y una mayor logística. Es más sencillo y más económico hacerlo por rutas, ríos, por conteiners en el puerto”, confió un investigador. “Estas bandas se diversifican: pueden entrar la droga por aire, y mandar diez cargamentos por tierra: saben que alguno le van a incautar, pero es un margen de error que tienen amortizado”.

Quienes utilizan las rutas clandestinas del aire, explica la fuente, cuentan con algunas ventajas. “Aterrizan en una pista y ya están en la mitad del país. La mayoría de las pistas clandestina están en Santiago del Estero, el norte de Córdoba, el norte de Entre Ríos. De ahí envainan los cargamentos por tierra a Buenos Aires”.

Muchas veces utilizan los caminos secundarios de chacras, campos vírgenes, y en 60 metros, con una nave maleable y pericia pueden lograr un aterrizaje. Esta vez no imaginaron que estaban por perder.