Edgardo Novello trabajaba como remisero y estaba en pareja con Luisa L. Engañaban a mujeres con ofertas de trabajo en casas de familia y después las obligaban a prostituirse. También explotaban sexualmente a su propia hija y a su sobrina.
Edgardo “el Gordo” Novello trabajaba como remisero en la ciudad de Córdoba. Así fue que en 2008 conoció a Luisa, una mujer paraguaya que ejercía la prostitución. Rápidamente, comenzaron una relación amorosa. Y comenzaron a delinquir juntos. Él puso un prostíbulo, ella lo regenteaba. Traían mujeres engañadas desde Paraguay y el norte del país y las obligaban a ejercer la prostitución. Lo hicieron con su propia hija, que entonces tenía quince años. Ayer, el Tribunal Oral Federal N° 2 de Córdoba los condenó a once años de prisión por el delito de trata de personas agravado, en el caso de Novello, y a cinco años y seis meses en el caso de Luisa, por considerarla partícipe secundaria.
El prostíbulo quedaba en la zona céntrica de Córdoba capital, cerca del Hospital de Urgencias, y de la Guardia de Infantería de la Policía. Allí eran explotadas sexualmente la hija y la sobrina de Luisa. Las otras mujeres eran traídas con la promesa de un trabajo en una casa de familia, como empleadas domésticas o niñeras.
La investigación comenzó hace unos años: Novello y Luisa eran los únicos imputados. Están detenidos desde hace dos años. En uno de los allanamientos realizados al prostíbulo, se encontraron folletos donde se ofrecía trabajo en casas particulares a chicas de entre catorce y veinte años. En un operativo, fuerzas policiales hallaron a la adolescente ejerciendo la prostitución. Se dirigía a los hombres que pasaban por allí y los invitaba a entrar al establecimiento. En esa oportunidad, se encontraron también varias cajas con miles de preservativos, que habían sido enviadas al Hospital Rawson.
Durante el juicio, Novello se defendió diciendo que todo era una “confabulación” en su contra y que la única víctima era él. Habló de un plan conjunto de la Policía, los vecinos y las prostitutas para incriminarlo. Sostuvo además que era víctima de violencia doméstica y que su pareja Luisa L. le pegaba. El fiscal Maximiliano Hairabedian le respondió que era “todo una mentira”, que esas personas ni siquiera se conocían entre sí y que, por el tamaño, la mujer no podría haberle pegado a él. La hija, que hoy ya tiene dieciocho años, y la sobrina de Luisa L. también declararon y negaron todos los hechos.
El fiscal había caracterizado a Novello como una persona violenta. “Infundía miedo, el típico perfil del hombre malvado”, dijo, y aseguró que el acusado le pegaba a la madre y al padre y que quiso prender fuego a su mujer y a su hija echándoles nafta. “Recuerdo que declaró una vecina que en una noche de mucho frío echó a Luisa y a su hija, una bebé, dejándolas a la intemperie”, contó. Tanto la defensa de Novello como la de su pareja pidieron la absolución.
Ayer, el TOF N° 2 de la provincia oyó las últimas declaraciones de los acusados. Los jueces José María Pérez Villalobo, José Fabián Asís y Carlos Lascano dictaron las penas de once y cinco años y medio de prisión para Novello y Luisa L. respectivamente por el delito de trata de personas agravado y resolvieron también multas de 20.000 pesos a casa uno, así como el secuestro de una camioneta, por infracción a la Ley de Profilaxis.
Fuentes judiciales explicaron a Infojus Noticias que se trata de penas cercanas a la mínima, ya que el Código Penal prevé de diez a quince años de prisión cuando el autor del delito de trata es el padre o madre de la víctima. Respecto de las multas, son las previstas por la Ley de Profilaxis para los casos en que no haya antecedentes.
La causa originalmente estuvo a cargo de un juzgado provincial, y pasó a la justicia federal en julio del año pasado por orden de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, por tratarse de un delito de trata de personas.