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Infojus Noticias

5-12-2013|8:27|Saqueos CórdobaProvinciales
La vigilia tras el acuerdo

Córdoba: la tensa noche después

Varios comerciantes pasaron la noche en vela y armados, alertas por los rumores de nuevos saqueos. La familia de Javier Rodriguez, muerto a balazos durante el saqueo, velaba al joven de 20 años. "Lo mataron policías de civil", denunciaron.

  • Fotos: Leo Vaca
Por: Sebastián Ortega

La avenida San Jerónimo, en el corazón del barrio San Vicente de Córdoba, estaba prácticamente desierta. Unas pocas luces sobre la calle y una sirena que titilaba a lo lejos apenas alcanzaban a iluminar los autos que pasaban y a un grupo de diez personas atrincheradas alrededor de una Traffic y una camioneta que impedían el acceso a un negocio de venta de colchones. Sobre la caja de uno de los vehículos había cartones de pizza vacíos, gaseosas y dos escopetas calibre dieciséis. A 24 horas del punto más álgido de la oleada de saqueos y violencia que vivió la ciudad tras el acuartelamiento policial, algunos comerciantes temían un nuevo ataque.

A partir de las cuatro de la tarde, luego del acuerdo del gobierno provincial con la Policía, la ciudad había comenzado a recuperar su ritmo habitual. Por la noche, los bares del centro se llenaron de jóvenes cenando o tomando cerveza. En los barrios la cosa era distinta: el rumor sobre nuevos saqueos alertó a algunos comerciantes que eligieron pasar la noche en vela cuidando sus negocios. En grupos y armados. “Dicen que están preparando un nuevo saqueo para las tres de la mañana”, contó el dueño de un local de electrónica a Infojus Noticias. De a ratos, el sonido lejano de disparos quebraba el silencio y mantenía en estado de alerta de los vecinos. “Tensa calma en el condado”, definió uno de ellos, un gordo que recorría las calles del barrio en una moto de alta cilindrada en busca de novedades. 

A unos kilómetros de ahí, en el barrio Ciudad Evita, la familia Rodríguez estaba de velorio: Javier, 20 años, jardinero, hincha de Talleres, había sido asesinado la noche anterior de un disparo que le entró por la espalda y le salió por el tórax. Infojus Noticias habló con amigos y parientes. Según pudieron reconstruir, el chico pasó por la puerta de un supermercado que estaba siendo saqueado, en el barrio Dean Funes. Iba sentado atrás en la moto que manejaba Eduardo Bustamante, dos años mayor, amigo de la infancia y vecino -vive a dos casas de los Rodríguez-. En la cuadra del súper, cientos de personas iban y venían cargando mercadería. “Llegó un Clio cuatro puertas gris o color champagne”, contó un joven. “Eran policías de civil que andan siempre por el barrio. Son los que hacen allanamientos. Algunos dicen que se bajaron, otros que tiraron desde el auto”, agregó.

Javier recibió un disparo en la espalda. La bala calibre 9mm le salió por el torax, entró en el cuerpo de Eduardo y quedó alojada entre la pleura y el pulmón. El conductor de la moto recibió dos balazos más que le atravesaron una de las piernas de lado a lado y le fracturaron el peroné. El tirador siguió gatillando mientras los chicos estaban en el suelo.

Eduardo, con tres heridas de bala, cargó a su amigo en la moto y lo llevó al dispensario. El Hospital de Urgencias estaba colapsado y los trasladaron al San Roque. Javier llegó muerto. Eduardo fue intervenido y dado de alta al día siguiente.

Un arco de un color amarillo-anaranjado da la bienvenida al barrio Ciudad Evita, construido en 2004 por un plan del gobierno provincial. Por la tarde unas pocas personas caminaban por las calles de tierra y barro, repletas de charcos. En la puerta de la casa de los Rodríguez, en la manzana 50 del sector 4, Sandra, la mamá del chico asesinado, estaba sentada en una reposera con la mirada clavada en un punto fijo. En silencio. De a ratos algunas mujeres la abrazaban. Sentado sobre el tapial, rodeado de amigos de Javier, estaba Ricardo, el más grande de los cinco hermanos. Unas horas antes había declarado junto a su padre y un vecino ante la Policía Judicial.

“Hace un rato vinieron unos policías judiciales, querían que mi hijo fuera a declarar”, contó a Infojus Noticias Graciela Peludero, madre del sobreviviente. “Él está en cama, en estado de shock: le mataron a un amigo”, dijo. La declaración se pospuso para esta mañana. Antes, Eduardo tiene una cita en el hospital para hacerse unos chequeos. “Él me alcanzó a contar lo que pasó”, dijo Graciela. Su hijo también identificó a los atacantes como policías de civil. “Salieron a matar”, se quejó la mujer.

El cuerpo de Javier llegó alrededor de las siete de la tarde, después de que se le practicara la autopsia. El velorio comenzó tres horas después, en el living de la casa. A dos casas de ahí, con ayuda de su madre, Eduardo se levantó de la cama y se sentó en una silla de ruedas. Todavía sentía dolores en el pecho y en la pierna enyesada a causa de los tres balazos recibidos la noche anterior. El esfuerzo valía la pena. Quería despedir a su amigo de la infancia. 

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