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Una banda que usaba gallos para pelear en riñas fue desbaratada en la localidad de Rosario de la Frontera, a 180 kilómetros al sur de la capital salteña. En el lugar no solo se cometía el delito de riña, penado por la ley federal de crueldad animal, sino que también se comprobaron apuestas ilegales y comercio de alcohol sin habilitación.

“Se hallaron bebidas alcohólicas, tres bretes o ringsides de pelea con tribunas laterales y piletas para agua en el medio, grandes relojes y pizarras con datos sobre ‘número del animal’ y ‘nombre del propietario’”, dice el comunicado que difundió la subcomisaría El Mirador de Rosario de la Frontera, que estuvo a cargo del operativo. El predio está sobre avenida Los Españoles -la ex ruta provincial 25- y en el momento del allanamiento además de los gallos preparados para pelear había otros en jaulas a los costados de la entrada.

En el predio de Rosario de la Frontera había que pagar un ticket de 20 pesos para entrar a ver las peleas. Una vez adentro se podía comprar una copa de vino y apostar cuál de los gallos aguantaría más antes de caer desangrado. Una veterinaria que acompañó a la policía certificó las lesiones producidas por los punzantes que se ponen en los picos y las patas de los gallos para potenciar los ataques. Además de jaulas y cajas de madera para el transporte de los gallos, también se secuestraron 42 piqueras de acero inoxidable y botiquines con medicamentos para la curación y el doping de las aves.

La ley nacional 14346 prohíbe las riñas de gallos y ese es el delito que se le imputó a los que asistían al evento salteño. En Tucumán y Santiago del Estero consideran que la pelea de gallos es un deporte y tienen leyes provinciales que contradicen a la federal, por eso a pesar de que la policía conoce los encuentros de riña las fiscalías tienen dificultades para actuar.

En Misiones no hay una ley que las habilite pero varios municipios la autorizan por considerarlas un “juego criollo”. En San Luis la ley provincial de riñas fue declarada inconstitucional en 2009 y ese es el objetivo de los proteccionistas en Tucumán.

“Esta semana estuvimos preparando el proyecto para que la ley provincial se declare inconstitucional por contradecir a la ley 14346. Mientras tanto, como estamos en temporada de riñas, vamos denunciando una por una. La policía colabora, pero muchas veces el caso queda trabado en las fiscalías y no se profundiza.  Las riñas encierran varios delitos no solo de crueldad animal porque también se hacen apuestas ilegales” dijo a Infojus Noticias Ivana Acevedo, representante de Libera Tucumán, una asociación que tiene representantes en varios países de Latinoamérica y Europa.

Los que defienden las riñas hablan de tradición nacional: “Las riñas e hacen desde mayo-junio todos los años porque es la temporada en que a los gallos les aflora el plumaje. Hay gente que dice que es cruel. Pero el caballo árabe y el purasangre son para correr carreras, y el gallo de riña es para combatir. Si uno cría en su casa los gallos chiquititos verá que a cierta edad empiezan a pelearse, porque tienen en el alma eso de reñir”, dijo a este portal Tomás Paliza, coordinador de riñas en Tucumán, cuando empezó la temporada de peleas.

La ley tucumana 6.048 autoriza en todo el territorio de la provincia la realización de las denominadas riñas de gallos y propone que los ingresos de los derechos de autorización y de percepción de entradas para realizar y presenciar las luchas serán destinadas “a entidades de beneficencia, deportivas y reequipamiento de las escuelas dependientes del Ministerio de Educación y reequipamiento de la policía provincial, en las proporciones y modalidades que establezca la reglamentación”.