Según los testigos, Daniel Chávez -que también trabaja como remisero-, llevaba al animal atado a su auto y lo abandonó. Dos días después lo encontraron en una zanja, pero a las pocas horas murió por las infecciones que tenía. Los fallos que condenaron a personas por maltrato animal.
Daniel Chávez pasaba con su remís por una calle de tierra de Santiago del Estero y un perro Rottweiller iba al costado, atado a una soga. Cuando unos jóvenes se acercaron a preguntarle por qué lo llevaba así, contestó: “Está enfermo y lo voy a dejar”. Los chicos le pidieron que se los deje a ellos, pero no accedió. Le sacaron una foto al auto y a los 20 minutos lo vieron pasar otras vez ya sin el perro. Los testigos alertaron a una protectora que contactó al abogado Horacio Patto, que identificó a través de la patente quién era la persona que abandonó al perro que finalmente murió. El remisero tiene un trabajo paralelo en su contraturno: es policía. En la denuncia se pide que lo aparten de su cargo mientras dure el proceso y que se lo sancione con la ley 14346 de crueldad animal, que impone penas de prisión 15 días a tres años.
La denuncia fue presentada ante el juzgado de tercera nominación de Santiago del Estero, a cargo de Darío Alarcón. El texto dice que el remís Chevrolet Corsa con habilitación para trabajar en la provincia, “circulaba con un perro Rottweiler que fue abandonado a su suerte, situación que fue captada por una persona que pasaba por el lugar con su cámara de fotos, lo que se agrega como prueba”.
Patto, el representante legal de proteccionistas santiagueños que lleva el caso, dijo a Infojus Noticias que “el hombre dice que lo llevaba a la rastra porque estaba enfermo y a simple vista tenía ambas orejas ‘embichadas’ o sea que tenía larvas de moscas en sus orejas producidas por heridas de mucho tiempo, sin los debidos cuidados ni atención. El hombre no está retirado de la policía, sino que además de su labor como agente policial también tiene este vehículo que manejaba en los horarios que no estaba trabajando como policía. Se trata de un policía remisero”.
Los proteccionistas de Santiago hicieron una cruzada para encontrar donde había quedado tirado “Duke”, y después de 48 horas lo encontraron en una zanja. Un día después, sin soportar las infecciones, murió.
“Tenemos información de que el área de la policía que evalúa la conducta de los efectivos recomendó que sea pasado a disponibilidad, ya que el reglamento establece que cualquier persona imputada por delito doloso debe ser pasado a disponibilidad. Como aún el juez no se expidió sobre la imputación, no se hizo efectivo”, dijo Patto.
Condenado por maltrato
A fines de abril un hombre de 45 años fue condenado en Mendoza a seis meses de prisión en suspenso por maltrato animal y, además, deberá entregar mensualmente seis bolsas de alimento para perros a una asociación protectora durante un año. Según el requerimiento presentado por la fiscalía a cargo de Florencia Díaz Peralta, el testigo denunciante dijo que la camioneta circulaba a unos 50 kilómetros por hora con el perro atado y tirado a la rastra. El fallo fue dictado por la Justicia Correccional de San Martín en un juicio abreviado.
El denunciante dijo que el hombre circulaba en su camioneta Galloper por la Ruta 50 de Palmira de San Martín y que llevaba atada al paragolpes trasero del vehículo una perra mestiza. La “iba arrastrando en el pavimento, causándole un sufrimiento innecesario”. El testigo llamó a la policía y la perra, de unos dos años de edad, fue trasladada a una veterinaria, que confirmó que “presentaba lesiones erosivas en los cuatro miembros”, prueba que se añadió a la causa.
Para el Ministerio Público Fiscal el imputado fue el autor penalmente responsable del delito de crueldad animal, de acuerdo a ley nacional 14346, que establece que será reprimido con prisión de quince días a un año al que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los animales. En este caso, infringió el artículo 3° inciso 7, que penaliza “lastimar y arrollar animales intencionalmente, causarles torturas o sufrimientos innecesarios o matarlos por sólo espíritu de perversidad".
El hombre que fue condenado dijo en su descargo que la perra se mostraba agresiva y había intentado morder a algunas personas. Que incluso el día en que la ató a su camioneta había llegado a darle "un tarascón" a un niño, publicó el diario mendocino Uno. También dijo que para resolver la situación intentó cargar a la perra en su camioneta Galloper y como no lo consiguió le pasó una soga por el cuello y ató el otro extremo al paragolpes de su vehículo, para sacarla del barrio. Recorrió unos mil metros a unos 50 kilómetros por hora y, en ese trayecto, la perra por momentos corría detrás del vehículo y por otros se caía y era arrastrada.
El precedente de la Corte Suprema: once meses de prisión
En septiembre de 2009, en La Pampa, un hombre hizo ingresar por la fuerza a su casa a “una perra de raza indeterminada, mestiza, de pelo largo vagabunda pero afincada en una obra cercana y en ese ámbito de intimidad esquiló el pelo de la misma en la zona genital y en esa misma área del animal, realizó maniobras que la lesionaron y le produjeron un sufrimiento innecesario y con inclinación perversa de la acción”.
Durante la celebración de la audiencia de juicio oral, el imputado (de unos 70 años), no prestó declaración indagatoria y solo lo hicieron los testigos. Al momento de alegar el fiscal Fernando Rivarola dijo que era evidente que el daño a la perra en la zona genital era un acto de crueldad, lo que está penado por la ley 14346, y pidió un año de prisión efectiva.
El juez de Instrucción y Correccional N 5 de Santa Rosa, Daniel Alfredo Sáez Zamora, condenó a Justo Arancel Tobares a la pena de once meses de prisión, por resultar autor material y penalmente responsable del delito de actos de crueldad contra los animales. El caso se apeló y pasó por todas las instancias hasta llegar a la corte Suprema de Justicia en agosto de 2013, que acompañó el fallo de primera instancia y marcó un precedente en los casos de violencia contra los animales.