Según comentarios recogidos por la pesquisa, el ex policía Marcos Juárez estaba enamorado de la mujer y le enviaba mensajes de texto a uno de sus celulares, pero su amor no habría sido correspondido.
La Fiscalía de Instrucción de Marcos Juárez ordenó la detención de un ex policía por la desaparición de Mariela Bortot. Se trata de Jorge Orellano, de 58 años, quien trabaja como jefe de seguridad del campo del intendente de Inriville, Marcos Rodrigué. Fuentes de la investigación revelaron que habría un video de la madrugada siguiente a la desaparición de Mariela y un testimonio que lo comprometerían. En este sentido, se sospecha que el ex policía habría intentado algún tipo de acercamiento sentimental con la mujer.
Mariela Viviana Bortot tiene 40 años, es separada y madre de dos hijas adolescentes. Salió a caminar por las afueras del pueblo el sábado 25 de enero alrededor de las 18, y desapareció sin dejar rastros. Tras la detención de Orellano, la Policía Científica comenzó un peritaje a su arma y al auto que utilizaba para desarrollar sus tareas de vigilancia, un Peugeot 206 gris propiedad de Rodrigué.
Según comentarios recogidos por la pesquisa, el ex policía estaba enamorado de esta mujer y le enviaba mensajes de texto a uno de sus celulares, pero su amor no habría sido correspondido. Los primeros indicios que apuntaron a Orellano fueron esos mismos mensajes de texto que intercambió con Mariela el mismo día de su desaparición. Algunos días después, una fuente de la causa le había dicho a Infojus Noticias que los mensajes eran “todos muy buena onda, nada que hiciera sospechar algo malo”. El contenido de los SMS daba cuenta de un vínculo armonioso, y la implicación de Orellano parecía quedar descartada. Incluso el expolicía (fue dado de baja años atrás) fue una de las personas que encabezó las primeras búsquedas de la mujer apenas se tuvo certeza de su desaparición. Pero ahora la investigación recolectó otras pruebas y lo comprometió.
Orellano vive en Leones, una localidad cercana a Inriville. “Es un hombre tranquilo, sin antecedentes, divorciado y que vive con sus padres”, lo describieron sus vecinos. Su auto fue secuestrado para realizar peritajes al tiempo que analizaban los SMS. Esas pericias podrían haber sido claves para complicar la situación del ex policía. Un testigo dijo haber visto a Mariela el día de su desaparición, hablando con alguien que estaba a bordo de un auto gris. La coincidencia, creen los investigadores, no es casual: el vehículo en el que se movilizaba el sospechoso es un Peugeot 206 gris.
Por otra parte, el intendente de Inriville se manifestó sorprendido por el arresto de su encargado de seguridad y contó que ayer estuvo con el exuniformado. "(Orellano) Sabía de la investigación porque le quitaron el arma, el teléfono y el auto. Estaba muy mal", indicó a un diario local.
Mariela nació y se crió en Inriville, un pueblo construido en forma de damero. Allí trabaja como empleada del bar de la estación de servicio YPF de Inriville, donde hay otra de Shell. De la investigación trascendió que la cámara de seguridad de la estación de Shell muestra que en la madrugada siguiente a la desaparición de Mariela se observa en tres oportunidades al expolicía: se ve supuestamente que está todo embarrado y luego se lo observa con otra ropa. Además, trascendió que el hombre habría entablado un diálogo con Mariela en esa estación, situación por la cual la pesquisa encendió las sospechas.
Una ojota fucsia, que Mariela llevaba puesta cuando salió a caminar, era hasta ahora el único elemento que los investigadores encontraron cuando realizaban los rastrillajes para dar con su paradero. Estaba enganchada en la rama de un árbol cercana a la orilla del río Carcarañá. “Lo más llamativo es que no habría estado ahí cuando se realizó el primer rastrillaje en la zona, por lo que no se descarta que pueda haber sido “plantada” para desviar el curso de la investigación. Para que se crea que fue arrojada al río cuando en realidad no lo fue”, había dicho una fuente de la investigación.