Se trata de Mario Hugo Encalada, que regenteaba a las mujeres y les cobraba entre 500 y 1500 pesos para difundir sus fotografías por internet . En los allanamientos de La Plata se secuestró material fotográfico y audiovisual, discos rígidos y computadoras.
La justicia detuvo en La Plata a un hombre acusado de armar sitios web para promocionar la prostitución. Se trata de Mario Hugo Encalada, que regenteaba a las mujeres y les cobraba entre 500 y 1500 pesos para difundir sus fotografías por internet. Después de casi cuatro meses de investigación de la fiscalía de Fernando Cartasegna, anoche se realizaron cuatro allanamientos, y Encalada quedó detenido.
El hombre de 62 años quedó acusado por los delitos de “promoción y facilitación de la prostitución” y “explotación económica del ejercicio de la prostitución”. Se enfrenta a una pena de entre 4 y 6 años de prisión. En los allanamientos se secuestró material fotográfico y audiovisual, discos rígidos y computadoras que Encalada utilizaba para montar los sitios de Internet. También se detuvo a otras dos personas, pero fueron liberados mientras continúe la investigación.
“Una vez que se realicen las pericias que demuestren que él tenía acceso a estas páginas desde esas computadoras, elevamos la causa inmediatamente a juicio”, anticipó Cartasegna a Infojus Noticias. En la fiscalía Nº4 de La Plata trabaja un equipo de seis personas para detectar estas redes. Desde 2008 realizaron cerca de 300 allanamientos a prostíbulos y departamentos para perseguir delitos conexos con el de trata de personas.
“He visto cerrar sitios y revistas por la persecución de la fiscalía, pero nunca vimos un accionar tan evidente, tan impune”, relató el fiscal. Encalada había montado muchos sitios web bajo los seudónimos de “Baarman”, “Barmario” y otros. Sitios como “Cexita” o el “Rubro 25 de La Plata” le permitían difundir fotos y teléfonos de un centenar de mujeres que ejercían la prostitución.
Encalada alquilaba un departamento a una de las víctimas, y a todas les cobraba un monto fijo por difundir sus fotos. “En muchos casos se presentaban como particulares, pero tenían el mismo celular”, explicó Cartasegna, en referencia a que las mujeres eran regenteadas por un proxeneta. Este hombre llegaba a duplicar la tarifa o hasta cobrar “multas” a las mujeres que se atrasaban en el pago mensual para mantener sus fotos en internet.
La investigación se realizó desde distintas computadoras y puntos de la ciudad, para que los operadores de la fiscalía no fueran detectados. El allanamiento llegó en un momento en que Encalada estaba administrando uno de los sitios. Esa era la única forma de dar con el responsable, porque los mismos sitios también iban variando en su fisonomía y dominio para no ser encontrados. “Lo agarramos con las manos en la masa”, dijo el fiscal.
“Estuvimos buscando jurisprudencia y no encontramos”, contó el fiscal. Este fue el primer caso que se logró compaginar de esta forma desde esa fiscalía. Hasta ahora habían allanado prostíbulos y departamentos, y habían rescatado mujeres de la prostitución al encontrarlas en esos lugares. Pero en La Plata nunca se había logrado rastrear a los sitios web para detectar desde dónde eran montados. Para eso, Cartasegna contó con ayuda de los especialistas de la oficina de Cibercrimen de la Policía Bonaerense.
Explotación
En la puerta del departamento donde fue encontrado Encalada, había una placa que decía “Profesor”. Lo ubicaron en la calle 19, entre 54 y 55 de la ciudad de las diagonales. Desde hace cinco años había información de Encalada en la fiscalía. Primero en los testimonios de mujeres que se quejaban de él como “cliente”. Después, rumores de que buscaba regentearlas. Y al final, como la mayoría de las mujeres se negaba, se ofrecía a difundir sus datos por esta vía.
A las que decidían prescindir de su “gerencia” no las borraba de sus sitios: escribía malas referencias, en nombre de supuestos “clientes”, para afectarlas en su trabajo. Cuando declaraban no se animaban a señalarlo ni ir contra él. “Ahí se ve la vulnerabilidad de ellas y la explotación de parte de Encalada”, explicó Cartasegna. “Le temían mucho”, agregó. Y consideró claro que el hombre “estaba en contacto con redes de prostitución”.
“No sabíamos si ejercía violencia física, porque en algunos casos hasta se produce el síndrome de Estocolmo. Les hacía creer que las iba a proteger, pero después les decía que ante cualquier problema llamaran a 911”, informó el investigador. Y contó que con el accionar de la fiscalía, los proxenetas fueron mutando en su manera de actuar en La Plata. “Pero la fiscalía seguirá investigando”, prometió.