Una ley nacional las prohíbe, pero se realizan en varias provincias. Quienes las defienden, apelan a cuestiones tradicionales y culturales; y los que las condenan consideran que se maltratan a los animales.
La ley nacional 14.346 de crueldad animal prohíbe “realizar actos públicos o privados de riñas de animales”, pero las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Misiones tienen sus excepciones a la regla. El próximo domingo se lanzará la temporada de riñas tucumanas, y a pesar de ser legales, generan el repudio de muchos. Como pasa en las jineteadas, las carreras de galgos y las de caballos: ¿Se las puede llamar tradición?
“La riña es un deporte tradicional y viene desde nuestros ancestros. Se hacen desde mayo-junio todos los años porque es la temporada en que a los gallos les aflora el plumaje. Hay gente que dice que es cruel. Pero el caballo árabe y el purasangre son para correr carreras, y el gallo de riña es para combatir. Si uno cría en su casa los gallos chiquititos verá que a cierta edad empiezan a pelearse, porque tienen en el alma eso de reñir”, dijo a Infojus Noticias Tomás Paliza, coordinador de las riñas que se harán el domingo en el club Ranchillos de Tucumán.
El dueño del gallo que aguante más se llevará un premio de 10 mil pesos, y se pagará hasta el octavo puesto con mil. “Acá vienen de todos los estratos sociales a ver las competencias y pasar el día. Una señora de La Plata me mandó un mensaje diciendo que ellos lo ven como un acto criminal. Yo le dije que la entendía y me comparecía pero aquí, hay más crueldad con los chicos que se drogan. Ella dice que los animales no pueden elegir. Señora: ¿y el jubilado que se muere porque no le alcanza la plata para los remedios?”, dijo Paliza.
La ley tucumana 6.048 “autoriza en todo el territorio de la provincia la realización de las denominadas riñas de gallos” y propone que los ingresos de los derechos de autorización y de percepción de entradas para realizar y presenciar las luchas serán destinadas “a entidades de beneficencia, deportivas y reequipamiento de las escuelas dependientes del Ministerio de Educación y reequipamiento de la policía provincial, en las proporciones y modalidades que establezca la reglamentación”.
Para Paliza los animales no son maltratados: “De cien gallos se puede morir uno, pero en la riña hay veterinarios que los curan con coagulantes y cremas para que a la semana ya estén curados. Están bien alimentados, masajeados y se les dan sus medicamentos”.
El mes pasado el diputado radical tucumano Ariel García –que presentó un proyecto para que las peleas sean ilegales- acusó en el diario Ámbito Financiero que el presupuesto 2014 tucumano destinaba 300 mil pesos a la promoción de las riñas, pero desde la cartera de Presupuesto provincial negaron a esta agencia, la denuncia mediática. “Nosotros alquilamos esta semana el local pero la semana pasada lo alquiló un grupo de testigos de jehová. No tenemos vinculación con el gobierno para promocionar nuestra competencia y si nos va bien o mal es parte nuestra”, dijo Paliza.
Las leyes y la tradición
En Misiones “no hay una ley que las habilite pero con autorizaciones municipales se legaliza la realización. Esto viene de un mandato del Código de Faltas de 1931, que refería a juegos criollos y entre ellos a la riña de gallos. Lo quisieron prohibir pero lo atribuyen a mandatos culturales, algo parecido a decir que la esclavitud humana debiera seguir porque era una tradición”, dijo a Infojus Noticias María Antúnez, presidenta Fundación por los Derechos de los Animales no Humanos.
“Los que avalan las riñas en Misiones dicen que hay un fuerte arraigo de todas la poblaciones que se dan sobre la ruta nacional 14 y que la prohibición no tendría asidero, que por eso no lo prohíben. Hubo muertes de personas, porque las apuestas son realmente fuertes. El hogar de mascotas ‘El refugio’ hace denuncias constantes que prácticamente no tienen eficacia porque hay connivencias por la plata que esto mueve”, contó Antúnez.
En Santiago del Estero la ley provincial 5.574 permite las peleas desde 1986 y las regula a través de la Dirección de Deportes, que extiende los permisos y administra los ingresos generados por la recaudación. Este año en Misiones el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) decomisó un camión que traía gallos de Brasil y los llevaba a Salta, lo que desprende que las “peleas tradicionales” no solo se hacen en las provincias habilitadas.