Los distintos trabajos publicados en INFOJUS NOTICIAS hasta el 9/12/2015 expresan la opinión de sus autores y/o en su caso la de los responsables de INFOJUS NOTICIAS hasta esa fecha. Por ello, el contenido de dichas publicaciones es de exclusiva responsabilidad de aquellos, y no refleja necesariamente la posición de las actuales autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos respecto de los temas abordados en tales trabajos.

Infojus Noticias

12-5-2015|16:41|Femicidio Santa FeProvinciales
Etiquetas:
Hoy a las 18:30 habrá una marcha para pedir Justicia

Femicidio en Rufino: "Un chico tímido, una chica buenísima"

Así definen a la pareja de adolescentes los vecinos y amigos de la familia de Chiara, la chica de 14 años asesinada por su novio en Rufino, según la confesión del menor de 16. Chiara vivía junto a su mamá y su hermana Romina en centro, cerca de la Iglesia de la que participaba activamente.

  • La familia de M, el menor acusado Mariano Armagno
Por: Cecilia Devanna, enviada a Rufino

El silencio marca a Rufino. La ciudad, de casi 20 mil habitantes, amaneció hoy todavía conmocionada por la noticia que el domingo a la noche sorprendió a todos. El cuerpo de Chiara Paez, de 14 años, apareció enterrado en el fondo de la casa de la familia de su novio, M. El caso revivió los fantasmas de la ciudad que hace casi 15 años vivió el crimen de Natalia Fraticelli, la adolescente que apareció muerta en su casa y se condenó a perpetua a sus padres, Carlos Fraticelli y Graciela Diesser (ella se suicidó años después y él terminó finalmente absuelto por la Corte santafesina). “Estamos marcados por estos casos, cuando se habla de Rufino se habla de cosas criminales”, dijo a Infojus Noticias Teresa, una vecina de la ciudad que participó de la búsqueda de Chiara, durante todo el domingo. Esta mañana se realizó la despedida de Chiara en el cementerio local.

M y Chiara se conocían del colegio. M iba dos grados más adelante que ella pero cuando el chico cumplió diez años, la madre lo sacó y lo mandó al 171, uno público, y después, al técnico. El cambio de M de escuela, coinciden varias personas que lo conocieron de cerca, fue cuando las bromas por su timidez se hicieron cada vez más fuertes. “Era un chico bueno, muy retraído y tímido. Siempre andaba solo y los compañeritos lo cargaban por eso. Y esas cargadas hacían que él quisiera andar más solo todavía”, dice una amiga de Verónica, la mamá de Chiara. Las mujeres se conocen de la iglesia de la Trinidad, en el centro de la ciudad. Ahí también iba Chiara y participaba de tareas solidarias y de grupos de oración, junto con su mamá.

“Chiara era buenísima, tenía buena predisposición para todo, siempre ayudaba a los demás”, contó una de las mujeres. Bonita y con una sonrisa a la que todos hacen referencia, Chiara vivía junto a su mamá y su hermana Romina, de 18, en pleno centro de la ciudad. De su embarazo se habiá enterado hacía pocos días y a M se lo habría dicho la noche del sábado o madrugada del domingo, poco antes de ser asesinada.

“Nada que ver los lugares. Ella vivía en el centro, él y la familia, más allá. El agua y el aceite”, insiste la mujer que salió, cómo gran parte de la ciudad, en busca de Chiara la mañana del domingo.

La familia de barrio Jardín

La búsqueda de Chiara se organizó a través de las redes sociales, por mensajes de Whatsapp, y de la radio local. El centro de organización fue el cuartel de bomberos local, que coordinó la solidaridad de los vecinos y potenció los lugares por donde se buscaría a la joven. De esa búsqueda participó el novio y su familia. “Él participó de la búsqueda, nadie sospechaba de él, ni Verónica ni nadie. Su familia incluso mandó mensajes. Mucha perversidad”, dijo otra amiga de Verónica, la mamá de Chiara.

“Nosotros fuimos a buscarla, nos enteramos por la radio que había una chica desaparecida la mañana del domingo, que nos íbamos a imaginar que estaba muerta acá nomás”, explicó a Infojus Noticias Mirtha, una vecina de la familia acusada del crimen. La mujer vive a dos cuadras de los acusados y conoce a la familia desde hace casi 25 años, cuando comenzó a lotearse el barrio Jardín y muchas familias se ubicaron allí.

José, el marido de Mirtha, conocía al abuelo postizo de M. El hombre es un herrero conocido de la ciudad, que crió a M. como su propio nieto y al que él ayudaba yendo a cobrar trabajos. “Es un buen hombre, trabajador. La mujer también. A la hija de ella –la mamá de M- no se la veía mucho porque era obesa y no salía casi nunca”, agregó Mirtha. La abuela de M se jubiló el año pasado, tras trabajar toda su vida como ordenanza de los tribunales locales.

CD/AF

Relacionadas