Damián Sepúlveda fue hallado ahorcado con una remera en una celda de la comisaría de General Madariaga. Sucedió el 13 de enero de 2013. Una primera autopsia había confirmado un suicidio. Pero la querella apeló y se hizo una segunda, donde se constataron graves lesiones en su cuerpo. Los familiares marcharon pidiendo justicia y, pese a que la investigación está demorada, volvieron a poner el foco en los diez agentes que estaban en la comisaría ese día.
A un año de la muerte de Damián Sepúlveda, un joven que fue hallado ahorcado con una remera en una celda de la comisaría de General Madariaga, familiares y amigos protagonizaron una marcha por el pueblo exigiendo justicia. El caso está paralizado y desde el entorno de Sepúlveda apuntan a la policía: creen que el joven de 27 años fue asesinado y no “suicidado” en una celda de la comisaría local, como había difundido la versión oficial.
¿En qué pruebas se basan los familiares? Primero, en una serie de amenazas previas. Varios testimonios, pruebas plantadas y otras que desaparecieron, demostraron que Sepúlveda era hostigado desde hacía tiempo por un agente porque había piropeado a una chica. La chica era la novia del policía, que tejió una encerrona sobre el joven. Convenció a sus compañeros y así, por el sólo hecho de sentirse ofendido en el plano personal, lo apresó sin ningún motivo. “Seguimos con la postura de que a mi hijo lo mataron en la comisaría, queremos que salga a la luz la verdad”, dijo a un canal local Jorge, el padre de la víctima.
Sepúlveda apareció muerto el 13 de enero de 2013, en una celda de la comisaría local. Ese día, había cerca de diez agentes en la dependencia policial. La muerte desató la reacción de vecinos que apedrearon la seccional. El caso llegó a la fiscalía de Pinamar, con jurisdicción en la zona. Los policías lograron disimular el hecho e informarle a la autoridad judicial 15 minutos después de cerrar el acta donde dijeron que Sepúlveda se había suicidado. Sin embargo, los familiares no creyeron en esta versión y se lo comunicaron a sus abogados.
La Bonaerense fue apartada de la causa, pero la primera autopsia fue realizada en la asesoría pericial de Lomas de Zamora, a cargo de un ex Bonaerense. El primer informe dictaminó que se había suicidado. Pero la querella logró imponer la necesidad de una segunda autopsia. En esta ocasión, y con peritos neutrales y en La Plata, se determinó que existían múltiples lesiones en el cuero cabelludo desde la frente hasta la nuca. Es decir: lo habían golpeado salvajemente. Las pericias dieron cuenta de lesiones en el cuello, una lesión en el tórax realizada con un elemento que podría ser un bastón, una fractura de costilla, lesiones en brazos y espalda y una lesión de un escopetazo ocurrida bastante tiempo antes y que habría sido un signo del hostigamiento al que estaba sometido Sepúlveda.
A partir de allí, el fiscal de Pinamar Juan Pablo Calderón –a cargo de la causa- está planeando una nueva autopsia, aunque no avanzó en la investigación .Se aguardan novedades acerca del cambio de caratula pero todavía no hay ningún detenido. Los familiares denunciaron que las pericias y las pruebas tardaron mucho tiempo en realizarse. Hay dos hipótesis que desterrarían la idea del suicidio. Una de ellas, es que Sepúlveda fue asesinado a golpes. Y la otra, la que convencería a los investigadores, es que el joven perdió el conocimiento por los golpes y habría decidido suicidarse, hostigado por los policías.
En la marcha por el pueblo a un año de la muerte del joven, su hermana Teresa Tisera dijo que la familia no tuvo el apoyo de nadie, “ni del Gobernador, ni del Jefe de Policía. En su momento hice la denuncia en asuntos internos, supuestamente hay una investigación paralela, pero no pasa nada. Tratamos de que esto no se olvide”. Mientras tanto, esperan la aprobación del Concejo Deliberante para la colocación frente a la comisaría de una placa con el texto que grafica su reclamo: “Damián Alejandro Sepúlveda. Asesinado en esta comisaría el 13 de enero de 2013”.