El mismo tribunal que absolvió a los acusados del secuestro de Marita Verón condenaron a una adolescente de 19 años que parió en el monte.
Desde pequeña, Mirtha C. fue víctima de abusos. De adolescente, se juntó con un hombre violento. A los 19 quedó embarazada y no supo que hacer. Logró ocultarlo hasta el día del parto, cuando la beba nació en medio del monte. Entonces fue a la comisaría e inventó una historia: que la habían secuestrado, que por eso tanta sangre. La criatura murió. El mismo tribunal que absolvíó a los acusados por el secuestro de Marita Verón la condenó a siete años. La corte ordenó que la juzgaran otra vez. La semana pasada, la justicia volvió a condenarla.
Mirta C. vivía en Taco Ralo al este de Tucumán, con dos hermanas, la mamá y un abuelo que abusaba de ellas. El padre las había abandonado cuando tenía tres años. Hasta el momento del parto, Mirtha C. había ocultado que estaba embarazada. "¿Cómo le iba a decir a mi abuelo que estaba embarazada? Le tenía muchísimo miedo”, dirá tiempo después. Esa tarde Mirtha C. cortó el cordón umbilical de su beba y en estado de shock corrió hasta la comisaría más cercana. Con miedo, inventó una historia. Denunció que había sido secuestrada y habían abusado de ella.
Cuando los médicos la revisaron se dieron cuenta que había parido recientemente. Ella les dijo dónde había dejado a la hija. La bebé fue rescatada con vida, pero al día siguiente falleció en el Hospital. “Ruptura hepática traumática”, determinó el diagnóstico. Mirtha C. fue acusada de abandono agravado por el vínculo seguido de muerte. Quedó presa dos años y medio preventivamente.
Cinco años después de la muerte de la bebé, el 13 de octubre de 2011, la mujer fue condenada a 8 años de prisión. Los camaristas que firmaron ese fallo fueron Emilio Herrera Molina, Alberto Piedrabuena y Eduardo Antonio Romero Lascano. El mismo Tribunal que dictó la controvertida sentencia del caso de Marita Verón.
En enero de este año la Corte Suprema de Justicia tucumana anuló el fallo de Mirtha C. por irregularidades y pidió que el juicio se realice otra vez. Hoy la mujer tiene 27 años, una hija de dos y vive con la pareja. Hasta hace poco trabajaba como moza en un bar de San Miguel de Tucumán.
El viernes pasado la Sala V de la Cámara Penal, integrada por Alfredo Barrionuevo, Emilio Páez de la Torre y Diana Juárez, falló nuevamente contra la mujer. La condenaron a 7 años de prisión domiciliaria, por la condición de madre de una nena de dos años.
“La condenaron por la muerte y ni siquiera se determinó como fue esa muerte” explicó a Infojus, Carolina Epelbaum, la defensora de la mujer.
“El juicio fue muy agresivo. Fue revictimizarla, fue tremendo para ella. Nunca ví un juicio en el que la fiscal, en el interrogatorio, haya sido tan violenta. La fiscal le preguntaba si su nueva hija está reconocida, si había sido un bebé deseado. Le preguntaba eso porque es pobre” dijo Epelbaum.
Vicky es psicóloga e integrante de “La casa de la mujer-Norma Nassiff”, una organización tucumana que trabaja con mujeres. Para ella “el acceso a la justicia para las mujeres de Tucumán es pésimo”. Además opina que el caso se entiende a partir de legislaciones que no se cumplen en la provincia del norte argentino. “Tucumán no adhirió a la Ley Nacional de Salud, sexual y reproductiva. Tampoco tenemos Protocolo para el aborto no punible”, dijo Vicky a Infojus.
La actitud discriminatoria de la fiscal en el juicio de Mirtha C. será denunciada por la abogada en la delegación local del INADI. “Decían cosas como “Tan pobrecita no es porque está gordita”. Cuando entró la doctora que hizo la autopsia de la bebé yo pedí que Mirtha se retirara de la sala. La fiscal me pidió que explicara por qué. El Tribunal hizo lugar a mi pedido porque el código procesal da lugar a ese derecho”, relató Epelbaum.
“Nuevamente se culpabilizó a una mujer por algo que tuvo que ver con un stress post traumático, como el caso de Romina Tejerina. Además de lo que la han hecho padecer de juicio en juicio”, dijo la integrante de “La casa de la mujer-Norma Nassiff”.
La sentencia todavía no está firme pero la abogada busca lograr la plena absolución. “Estamos esperando a ver los fundamentos, que se conocerán el 3 de mayo, para ver cómo seguimos. Una de las opciones es apelar. Pero también evaluamos pedirle al gobernador que pida el indulto”, dijo la abogada de la mujer. “Sin negar la responsabilidad de ella quiero que la absuelvan porque en este caso hay responsabilidades compartidas: médicos que no hicieron diagnóstico a tiempo, la policía que la acusó desde un principio, la autoridad judicial que demoró seis años en llevar la causa a juicio, el Estado ausente, que no provee la anticoncepción”.
El viernes 19, antes de la sentencia, Mirtha C. tuvo la posibilidad de decir sus últimas palabras. La mujer miró al Tribunal y les dijo: “A mí no me importa si la fiscal no me cree. Mis amigos y mi hija me creen. Me podrán dar cien años. Pero nadie me va a quitar el cariño cotidiano que me da mi hija cuando me dice te amo por las mañanas.”