El Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de Mar del Plata entendió que Ariel Orzán fue el único culpable del femicidio de Patricia Ardiles, ocurrido en agosto de 2013, en la ciudad balnearia. Las muestras de ADN obtenidas del cuerpo de la víctima –y que coincidían con el perfil genético del acusado– fueron clave para la sentencia.
Para el Tribunal Oral en lo Criminal N° 3 de Mar del Plata no hubo dudas: Ariel Orzán es el único culpable de violar, asesinar y abandonar el cadáver de Patricia Ardiles, por eso, la condena a prisión perpetua. La joven, de 23 años, fue hallada en medio de un descampado en el barrio Jorge Newbery, el 31 de agosto de 2013, con una bolsa en la cabeza, las manos atadas en la espalda, sin pantalones ni ropa interior, mezclada entre la basura. Los jueces Eduardo Alemano, Juan Manuel Sueyro y Aldo Carnevale valoraron la prueba expuesta en el debate oral y público y llegaron a la sentencia.
De acuerdo a los magistrados, la prueba irrefutable fue la existencia de material genético no sólo en el cuerpo de la víctima sino también en las sogas que la maniataban. Ese perfil había si compatible en un ciento por ciento con el del acusado. La fiscal María Isabel Sánchez, a cargo de la investigación y de la acusación durante el debate, lo había adelantado: los estudios de ADN confirmaron la existencia de un único perfil masculino en los hisopados, que coincidían con los de Orzán.
La autopsia había confirmado que Ardiles había sido abusada y que su muerte había sido provocada por asfixia mecánica. De ahí, el pedido de pena perpetua de la Fiscalía: “Orzán es culpable del delito de ‘abuso sexual con acceso carnal y homicidio criminis causa’”, expuso Sánchez en su alegato, basándose en la idea de que mató para procurar su impunidad por el abuso sexual a la que la había sometido.
Aquel agosto, poco después del hallazgo del cuerpo de Ardiles, los vecinos señalaron a Orzán como la última persona que había estado con ella. Según dijeron, la joven y el acusado se habían encontrado para ir a la iglesia. A ella no la vieron más, hasta que un grupo de chicos que jugaba en el descampado encontró el cuerpo. La indignación se apoderó del barrio: un grupo de personas fue a la casa del acusado y la prendió fuego. Quisieron lincharlo, pero la policía lo evitó y detuvo al hombre.
Orzán llegó a juicio oral con prisión preventiva. Asistido por el defensor oficial Mauro Giacomaso, siguió el debate sentado en la silla del acusado. Tras conocer la condena, fue trasladado al Complejo Penitenciario de Batán.
JC/LL