El policía habría actuado como intermediario. Por la menor de las chicas, un matrimonio pagó 3000 pesos. Los compradores también están detenidos. La justicia todavía no definió que rol jugó cada uno.
La investigación empezó el martes, cuando una madre denunció que no encontraba a sus hijos. Ocurrió en un barrio del norte de la capital de Santa Fe. La Justicia dio con los chicos ese mismo día: los habían secuestrado para venderlos y el intermediario había sido un policía. El juez ordenó la detención de todos los que intervinieron, incluidos los padres biológicos de los chicos.
La madre había hecho la denuncia el lunes por la tarde. La mujer llamó desde una estación de servicio a la Subcomisaría 8° del Barrio La Esmeralda, Santa Fe. Pedía la presencia de un patrullero. La explicación era confusa: primero dijo que creía que habían secuestrado a sus hijos. Después, que los habían vendido. Su argumento era que los había dejado con la abuela materna y que ahora no sabía dónde estaban.
El relato de la mujer involucraba a un hombre de 40 años, agente de la Agrupación Unidades de Orden Público de la Policía de Santa Fe. El caso quedó a cargo de la División Judicial de la Unidad Regional I, que llevó a los investigadores primero al domicilio del policía sospechado y después al de otro matrimonio de la ciudad. En esas viviendas dieron con tres de los chicos, que estaban al cuidado de distintas personas. Faltaba la menor: una nena de tres años.
Fue cuestión de horas: por el relato del policía, llegaron a una casa de la zona norte de la ciudad. Ahí estaba la nena buscada, al cuidado de una pareja santafesina. Habían comprado a la nena por el precio de 3.000 pesos al agente de policía, que se las había entregado frente a la iglesia de Guadalupe. Los “padres adoptivos” ya habían iniciado los trámites en el Registro Civil para anotarla como propia.
En el caso intervino el juez de instrucción de la 8° nominación, Diego de la Torre, que dispuso la detención de todas las personas involucradas. El magistrado descreyó de los distintos relatos, que brindaban versiones cruzadas, y así quedaron bajo arresto ocho personas: los padres biológicos, la abuela que debía cuidar a los chicos, el policía involucrado, el matrimonio que “compró” a la nena y la pareja que tenía a los otros menores.
Con todos los adultos responsables detenidos, los chicos quedaron al resguardo de la Subsecretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia de la provincia. Todavía permanecen en esa dependencia, donde se informó que los menores estaban en buen estado de salud.
Por su parte, el policía detenido pasó a disponibilidad por orden del jefe de la Unidad Rregional I, comisario mayor Rafael Grau.
La investigación está en manos de la Fiscalía N° 2, según confirmaron a Infojus Noticias fuentes de la División Judicial de la Unidad I. Allí explicaron que por el momento no pudieron deslindar responsabilidades, y que la causa está bajo estricto secreto de sumario.