Hoy comenzó el juicio oral por el asesinato del obispo Enrique Angelelli, cometido el 4 de agosto de 1976 durante la última dictadura. En el banquillo de acusados sólo están dos represores, otros tres fallecieron.
Con el bastón y aferrado a su rosario de madera color marrón, el ex comodoro Luis Fernando Estrella entró este mediodía a la sala de audiencia con traje gris. El otro imputado, Luciano Benjamín Menéndez, se excusó por razones de salud desde Córdoba. Ambos están acusados por asociación ilícita agravada y por el homicidio del sacerdote tercermundista Enrique Angelelli, en agosto de 1976. Después de 37 años del asesinato, el Tribunal Oral en lo Correccional Federal comenzó el juicio, en la capital riojana.
Los otros tres acusados en la causa fallecieron: Albano Harguindeguy, Jorge Rafael Videla y el ex policía Juan Carlos Romero. Por eso se les declaró la extinción de la acción penal.
"Ha llegado con dramática urgencia la hora de la acción", expresaron en un escrito los fiscales Michel Horacio Salman y Darío Illanes en la fundamentación del Ministerio Público, que duró más de cuatro horas.
Entre el público había sacerdotes y monjas de la época de Angelelli. Una curiosidad es que los policías provinciales que hacían de guardias no dejaron entrar al flamante obispo Marcelo Colombo porque no lo reconocieron. También estuvieron el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Domingo Bordón y el diputado oficialista Délfor Brizuela, un ex sacerdote. Además de la sobrina de Angelelli, Elena Coseano.
Los hechos que se juzgan ocurrieron el 4 de agosto de 1976. Angelelli, entonces obispo de La Rioja, regresaba desde la ciudad de Chamical, donde había participado de una misa en memoria de los sacerdotes asesinados Carlos Murias y Gabriel Longueville. Ambos pertenecían a su diócesis.
Angelelli viajaba en una camioneta Fiat 125 Multicarga junto al ex sacerdote y amigo personal Arturo Pinto. A la altura de Punta de Los Llanos, unos cien kilómetros al sur de la capital riojana, según testigos y el mismo Pinto, un automóvil de color blanco se cruzó por delante de la camioneta.
Producto del vuelco, Angelelli salió despedido y falleció prácticamente en el acto, en tanto que Pinto quedó inconsciente dentro del vehículo. Según testigos, los ocupantes del automóvil blanco bajaron y le habrían disparado en la nuca al obispo.
La teoría del accidente, que no prosperó
Los dos imputados que llegaron vivos al juicio están acusados por el asesinato de Angelelli y el intento de asesinato del sacerdote Pinto, testigo clave del caso para desbaratar la versión oficial de la dictadura de que la muerte del obispo riojano se produjo en un accidente automovilístico.
Esa versión dictatorial, aceptada durante años por la jerarquía eclesiástica, pretendía que Angelelli y Pinto se accidentaron. No obstante, Pinto declaró que después del vuelco, tras haber permanecido inconsciente en el lugar, vio el cuerpo de Angelelli a poca distancia con signos de lesiones graves en la nuca.
La autopsia confirmó que Angelelli murió a consecuencia de un golpe de elemento contundente en el hueso occipital, además de haber sufrido otras heridas y lesiones, incluida la fractura de varias costillas.
Durante la instrucción de la causa, se estableció que Angelelli fue asesinado porque, desde julio de 1976, investigó por cuenta propia los homicidios de Murias y Longueville.
Cuando fue asesinado, el obispo llevaba una carpeta con importante información sobre el asesinato de los dos sacerdotes, que responsabilizaba por el crimen a represores de la dictadura, en especial militares de la base de la Fuerza Aérea en Chamical. El juicio por el homicidio de Murias y Longueville concluyó en diciembre de 2012 con la condena a prisión perpetua de Menéndez, Estrella y el policía Domingo Benito Vera.
Archivada durante la dictadura, la causa por el asesinato de Angelelli fue reabierta en 1986 en La Rioja, pero se frustró a raíz de las leyes de impunidad, derogadas recién en 2005, durante la presidencia de Néstor Kirchner y reabierta en 2009.
Una demora de tres horas
Los querellantes son Miguel Ángel Morales por la Organización Tiempo Latinoamericano; Pedro Goyochea y Mirta Sánchez por el Obispado de La Rioja y Guillermo Díaz Martínez por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
El Tribunal está integrado por José Camilo Quiroga Uriburu como presidente y los jueces de Cámara Subrogantes Carlos Julio Lascano del Tribunal Federal 1 de Córdoba y Juan Carlos Reynaga del Tribunal Federal de Catamarca. Al final de la audiencia nombraron como cuarto juez a Mario Garzón, que se incorporará en la siguiente audiencia, el lunes próximo.
La audiencia en la sede del Correo Argentino estaba prevista para las nueve de la mañana pero se demoró casi tres horas y media por problemas de conexión con Córdoba, provincia donde estaba el multicondenado Menéndez. El ex general también está siendo juzgado en la megacausa La Perla. El juez Quiroga Uriburu se refirió a la empresa responsable, pero tuvo un lapsus y dijo Entel en lugar de Telecom, lo que provocó risas en la audiencia.