El viernes pasado, mientras el periodista Dante Leguizamón cubría un allanamiento en un barrio de Córdoba, el jefe de la policía lo amenazó: “Yo mismo me voy a encargar de vos”, le dijo. Julio César Suárez lleva ocho meses en el cargo. En ese período se denunciaron siete homicidios por "gatillo fácil".
No fue un fugaz entredicho en una cancha de futbol, ni una “calentura” momentánea lo que empujó al jefe de la Policía de Córdoba, Julio César Suárez, a amenazar e intimidar al periodista Dante Leguizamón, el pasado viernes por la noche. “¡Yo mismo me voy a encargar de vos!”, le bramó el comisario por celular, cuando el periodista cubría un operativo policial en el barrio Los Cortaderos.
En una conferencia de prensa, Leguizamón ratificó que seguirán adelante con la denuncia, que instruye el fiscal Alfredo Villegas, del Distrito 2 Turno 5. Lo acompañaban su abogado Claudio Orosz, y el titular del Circulo Sindical de Prensa de Córdoba (Cispren), Carlos Balduvino. “No puedo rechazar un pedido de disculpas si es sincero", dijo Leguizamón, pero aclaró que "a esta altura hay una denuncia penal y cuando hay una sospecha de delito las personas no pueden zafar pidiendo disculpas”.
“El delito de amenaza tiene una pena leve. Nosotros no creemos en el efecto resocializador de la cárcel ni mucho menos. Pero en este caso, la denuncia penal tiene un efecto simbólico. El jefe de la Policía tiene que saber que cuando comete un hecho que trasciende el límite de lo legal, puede también convertirse en un delincuente, y en consecuencia, debe responder ante la justicia”, dijo Orosz.
Por su parte, Balduvino anunció que el sindicato se presentará como querellante. “Esto le pasó a un trabajador, pero es un ataque contra la libertad de expresión”, dijo y exigió la renuncia de Julio César Suárez.
Leguizamón es periodista del multimedio de la Universidad Nacional de Córdoba. Mañana a las 9 declarará el fiscal. “A lo largo de mi carrera nunca sentí miedo”, contó ayer. “Pero en ese momento sentí que estaba hablando con una persona fuera de sí, enojada, que es además el jefe de una institución que gobierna a 23 mil personas armadas. Entonces si me sentí amedrentado”, agregó.
Derecho a replica
“A lo largo de mi vida siempre he defendido la libertad de prensa, y he informado sobre todos mis actos funcionales cada vez que se me ha requerido”, escribió Suárez en un comunicado oficial, antes de pedir “formales disculpas” al comunicador. El viernes a la noche, en insistentes llamados, le exigió reunirse inmediatamente con él, pidiendo también que elimine los comentarios en las redes sociales, que eran parte de la cobertura periodística. Según contó Leguizamón, él lo invitó a que asistirá el próximo viernes a su programa de televisión para intercambiar miradas. Pero el jefe llegó a decirle: “Vení a verme ya, o yo mismo me voy a encargar de vos”. También usó la cuenta oficial de Twitter de la Policía para tratarlo de mentiroso. Al final, se dirigió “visiblemente molesto” hacia las instalaciones de Canal 10, para buscar a Leguizamón, que ya no estaba en el lugar. Allí quedó filmado por las cámaras de seguridad.
Para Orosz, “esta sucesión de hechos marca que no fue una calentura, sino que actuó con dolo. El tuvo tiempo de pensar y meditar su actitud, pero siguió adelante”. Y agregó: “Mi defendido también le ofreció derecho a réplica, que es lo que indican los tratados internacionales para estos casos. Y sin embargo este hombre elije la vía del apriete, para que el periodista deje de hacer su trabajo”.
El propio gobernador José Manuel de la Sota, dijo que “me extraña mucho, porque (Suárez) es una persona de bien”. El ahora denunciado Suárez, gobierna la fuerza desde los acuartelamientos de diciembre pasado. En ocho meses de gestión, impuso un notable endurecimiento a la ya rígida política de seguridad de De la Sota. Se trata del funcionario de gobierno más convocado por la Legislatura a dar explicaciones, aunque faltó a todas las citas. Ayer, el Gobernador lo ratificó en su cargo. “Yo no soy el centro de la historia”, dijo Leguizamón, “el problema de fondo son todos los chicos que a diario sufren estos aprietes y que por no ser conocidos, quedan librados a la suerte”.
La cuestión de fondo
Hace tres semanas un agente mató por la espalda a Fernando “Gueré” Pellico, de 18 años, la séptima víctima de “gatillo fácil” del año. Desde ese día en el barrio Los Cortaderos hubo cinco allanamientos por drogas. En ninguno, según cuentan los vecinos, hubo disturbios. Pero el del viernes fue distinto. Para requisar un solo domicilio, los uniformados ocuparon todo el barrio, “con verdugueos y prepotencia”, hasta que todo se desmadró. Durante ese tumulto, donde se tiraron centenares de cartuchos anti tumulto contra los vecinos, comenzó a gestarse la amenaza de Suárez a Leguizamón.
Ana María, madre de “Gueré”, siente que tras el operativo hay otro motivo de fondo. “Yo siento que han venido para que nos quedemos callados, para que no hagamos más denuncias y no sigamos con las marchas por lo que pasó con mi hijo”, cuenta la mujer. “Vinieron a provocar ”, agregó. Uno de los Tuit que escribió Dante, y que molestó al jefe, fue: “En Barrio Los Cortaderos hay decenas de testigos que conocen cómo murió Guere. ¿El jefe Suárez de @PoliciaCbaOf quiere silenciarlos?”.
Casualmente, Héctor Plaza, una de las personas que relata cómo los policías buscaban “un fierro para plantar”, tras el crimen de “Gueré”, recibió 13 balas de goma en su cuerpo, esa noche. Por los nervios vividos, Nilda Gómez, su madre, sufrió una parálisis facial. A esta altura, la amenaza de Suárez se convirtió en un hecho político que afecta al gobierno de José Manuel de la Sota y suma rechazos, críticas y pedidos de renuncia para el funcionario policial.