Así lo dijo el policía David Raúl Quijano, que rescató y tiene la tutela provisoria de las tres chicas cautivas en la casa de Montechingolo. La Justicia de Garantías confirmó la detención de Jorge Ruso, de 54 años, y Graciela Ledesma, de 47, ambos imputados en la causa.
Jorge Grieco, a cargo de la Fiscalía 4 de Lomas de Zamora, confirmó a Infojus Noticias que Jorge Ruso, de 54 años, y Graciela Ledesma, de 47, los imputados por el secuestro, explotación y maltrato de tres niñas de 12, 13 y 4 años, en Montechingolo, seguirán detenidos mientras se evalúa la prueba para pedir la prisión preventiva. Para esto, el fiscal tiente 15 días, que cuentan a partir del domingo, más otras 15 de prórroga si lo considera necesario. La causa está caratulada “lesiones graves, abuso sexual agravado, corrupción de menores, reducción a la servidumbre y trata”
Las pruebas con las que cuenta el fiscal surgen de las declaraciones de las tres nenas en cámara Gesell y de otros elementos surgidos del allanamiento a la casa de Bouchard al 2000, de Monte Chingolo. Entre las cosas secuestradas, está el altar de unas 50 estatuillas del rito umbanda. Por el momento esto es solo un dato de color. El fiscal Grieco busca determinar si existe algún tipo de conexión entre los sometimientos ejercidos sobre las nenas y la práctica religiosa. “De ser probado es un agravante”, explicó el fiscal.
En el operativo también secuestraron documentación de las nenas que ayudará a contactar a los familiares. Y, además, hicieron un relevo de las condiciones de la casa en donde las nenas estaban secuestradas. “Es un lugar paupérrimo para vivir”, dijo el fiscal. En el lugar estaban un hijo y yerno de Graciela Ledesma. La policía, por pedido del fiscal, trasladó a los hombres a la comisaría para constatar su identidad. Luego fueron liberados. “Solo fue para identificarlos, no tienen relación con la causa”, explicó.
Según informó el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, dos de las tres niñas recibieron controles clínicos generales y psicológicos en el Hospital de Niños "Sor María Ludovica" de La Plata. Los controles médicos fueron ayer para la mayor y la menor de las nenas.
La directora asociada del Hospital de Niños, Silvana Bencini, confirmó que "presentan características de maltrato infantil". “La más pequeña presenta lesiones leves que no son de gravedad, pero fundamentalmente tiene un cuadro severo de calcificación distrófica, característica de una persona malnutrida", dijo Bencini. Mientras que la mayor, tiene lesiones más graves como “hematomas múltiples y quemaduras cicatrizadas, con un aspecto general que da cuenta del maltrato recibido".
Las nenas al resguardo
David Raúl Quijano es policía y cumple funciones en el Comando Radioeléctrico. Él fue uno de los primeros en ver a las tres nenas cuando fueron llevadas a la policía de Lanús. Él fue uno de los primeros, también, en escuchar la aberrante historia que las chicas –sobre todo las dos mayores– tenían para contar.
Según supo entonces, la adolescente de 12 años y la de 4 son hermanas, mientras que la chica de 13 es la tía de las otras dos. Ni bien se terminaron la revisión médica y los trámites periciales, se buscó un hogar para que las chicas pudieran pasar la noche. No había lugar en ninguno. Entonces Quijano pidió la guarda provisoria. “Rompí con todo protocolo”, contó el policía en la televisión.
Las tres nenas fueron a la casa de Quijano y apenas pasaron la puerta de entrada se quedaron paradas, petrificadas. “Esperaban órdenes para moverse”, contó el oficial en declaraciones periodísticas. “Ellas estaban asustadas, al apresto de un reto o un insulto o un golpe”, explicó Quijano que se mostró conmovido y prefirió guardar silencio ante las cosas que las nenas le contaron sobre su cautiverio. “Son tan fuertes que prefiero no repetirlas”, dijo.
En la casa del policía comieron y se bañaron. Hacía tres días que no ingerían ningún alimento y la de 4 años no conocía el agua caliente. “Me bañé con shampoo de princesa”, le dijo sorprendida la más chica a Quijano, mientras le mostraba su pelo. El policía también se sorprendió cuando quiso levantar y ordenar la mesa en la que habían comido.
Los abusos y maltratos a los que eran sometidas estaban a la vista: las tres tenían el cabello cortado, la del medio tenía el ojo hinchado y la más grande tenía marcas en su rostro, según contó el policía. “Quemaban tenedores y se lo ponían en la cara”, dijo.
Quijano tiene dos hijas de 4 y 5 años. Enseguida se las presentó a las nenas y la sorpresa fue mayor cuando vio que no sabían jugar a las muñecas. “Mi nena de 4 le enseña a jugar a las muñecas. No sabían jugar, no sabían usar las muñecas. No sabía hacerle upa a la muñeca”, contó.
La justicia investiga cómo llegaron las criaturas a manos de sus captores. Los documentos incautados en el allanamiento dieron la pista para poder dar con la madre de las menores, pero aún no se pudo hallar a nadie de la familia.