Está condenado a perpetua por crímenes de lesa humanidad. Como la Corte Suprema dejó firme la sentencia, el Colegio de Abogados de Rosario ratificó la cancelación de su matrícula. “Quien ejerce la profesión de abogado posee los valores éticos que se exigen para la actividad”, había dicho la entidad.
El Colegio de Abogados de Rosario ratificó la cancelación de la matrícula del represor Juan Daniel Amelong, condenado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar. La decisión, que fue unánime, llegó tras la resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que dejó firme la sentencia penal en contra de Amelong.
La entidad rosarina había suspendido provisoriamente la matrícula de Amelong en 2011 ya que consideró que “quien ejerce la profesión de abogado posee los valores éticos que se exigen para la actividad”. Sin embargo la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario le rehabilitó la matrícula, porque las condenas no estaban ratificadas.
En abril de 2010 cuando el Tribunal Oral Federal N° 1 de Rosario se disponía a leer la sentencia en el juicio por delitos de lesa humanidad a todos los miembros del destacamento de Inteligencia 121, Amelong –uno de los imputados-, frente a todos los familiares de detenidos-desaparecidos, jueces y público, sacó de entre sus ropas una vincha y se la puso. “Legalidad”, se leía. La provocación le duró poco: él y los otros cuatro acusados fueron condenados a prisión perpetua y fueron enviados a una cárcel común.
Además de Amelong, en el destacamento 121 estaba el ex teniente Pascual Oscar Guerrieri, al ex mayor del Ejército Jorge Alberto Fariña, al ex personal civil de Inteligencia Eduardo Rodolfo Constanzo, y al ex agente civil Walter Dionisio Salvador Pagano.
En la causa se investigaron delitos cometidos en perjuicio de 28 víctimas, ocurridos entre 1977 y 1978, en los centros clandestinos de detención conocidos como “La Calamita”, la “Quinta de Funes”, la “Escuela Nro. 288 Osvaldo Magnasco”, en la quinta “La Intermedia” -perteneciente a la familia de Amelong -y en la “Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu”.
Durante el debate quedó probado que existió un “plan” sistemático y global con el objetivo de exterminar a quienes denominaban “elementos subversivos”, que fue ejecutado, entre otros, por el Destacamento de Inteligencia 121. Después de ese debate, Amelong también fue condenado a 13 años de prisión por el Tribunal Oral Federal de Paraná por la supresión de identidad y desaparición de los mellizos nacidos en cautiverio de Raquel Negro y Tulio Valenzuela. De los bebés, que nacieron en el Hospital Militar de esa ciudad, sólo apareció la mujer, Sabrina, en 2008, mientras que su hermano permanece desaparecido. Unos meses después lo condenaron por el delito de asociación ilícita en el marco del juicio oral Guerrieri II.
Mientras todos esos procesos penales se desarrollaban, en paralelo se daba la pelea judicial por la situación profesional de Amelong como abogado, que con la resolución del Colegio, tras conocerse la decisión del máximo Tribunal de Justicia del país, llegó a su fin.
Los casos
Entre los casos más resonantes que pasaron por los centros clandestinos de detención en Santa Fe estuvieron los de los cuadros montoneros Raquel Negro y su pareja Edgar Tulio “Tucho” Valenzuela, ambos secuestrados en enero de 1978 en Mar del Plata, y Jaime Dri, secuestrado en Uruguay en diciembre de 1977. A fines de ese mes fue trasladado a Rosario, a la “Quinta de Funes”. En enero de 1978 fue trasladado a la Escuela Industrial “Osvaldo Magnasco” y después, en febrero del mismo año a “La Intermedia”.
En marzo de 1978 fue llevado a la ESMA y recuperó su libertad en julio de ese año. Su testimonio fue considerado “inestimable” ya que “se trata de un testigo víctima que convivió durante tres meses en los diferentes centros clandestinos de detención con sus secuestradores”. “Dri estuvo libre de todo impedimento sensorial, razón por la cual pudo percibir todo lo sucedido de una manera inmejorable, como ninguna otra víctima pudo hacerlo”, explicó la sentencia al darle valor al testimonio y rechazar las presentaciones de los abogados de los represores.
Raquel Negro fue secuestrada en Mar del Plata en enero de 1978 y llevada a Rosario. Estuvo alojada en la “Quinta de Funes”, después la “Escuela Magnasco”, “La Intermedia”. Allí recibió torturas y tormentos de todo tipo. Estaba embarazada. En marzo de 1978 fue llevada al Hospital Militar de Paraná, en Entre Ríos, donde dio a luz a sus mellizos. La llevaron nuevamente a “La Intermedia” adonde llegó muerta. Allí fueron ejecutados 14 personas y sus cuerpos tirados al mar.
Tulio Valenzuela, también secuestrado en enero de 1978 en Mar del Plata, tiene otro contenido. Valenzuela permaneció en el Centro Clandestino de Detención conocido como la “Quinta de Funes”. Una vez secuestrado en el centro clandestino apareció Leopoldo Galtieri “quien mantuvo una conversación con Tucho y éste aceptó colaborar”. Se estaba pergeñando la denominada “Operación México”.
Un operativo en el que un grupo de militares argentinos, entre los que se encontraban Jorge Alberto Fariña ("Sebastián"), Amelong (“Teniente Daniel”), Juan Andrés Cabrera ("Barba), junto a los detenidos Carlos Laluf ("Nacho") y Valenzuela. Todos viajaron a México con el objetivo de secuestrar o matar a los integrantes de la cúpula de la organización Montoneros que se encontraban en ese país. El 18 de enero de 1978 Valenzuela se dio a la fuga y desbarató “la maniobra de inteligencia diagramada por sus captores”. La operación fracasó.