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A 18 años del asesinato del estudiante Sebastián Bordón, sus familiares y amigos, Madres de la Lucha, miembros de La Casita de Sebastián y organizaciones de derechos humanos recorrieron caminos de tierra entre las montañas mendocinas cercanas a la localidad de El Nihuil hasta un barranco cerca del río Atuel donde encontraron el cuerpo sin vida del joven estudiante, el 12 de octubre de 1997.

Sebastián se descompuso durante su viaje de egresados, en Mendoza. Los responsables del grupo estudiantil -las profesoras Ana María Bava y Patricia Mabel Landalde, junto con Jacinto Araujo, director de la Escuela Media N° 4 de Moreno- lo dejaron solo en el destacamento policial de El Nihuil, mientras su papá viajaba para buscarlo desde Buenos Aires. Cuando Luis Bordón llegó, su hijo ya no estaba allí.

Junto con la mamá, Miriam Medina, vecinos de Moreno y organizaciones de derechos humanos, empezó una búsqueda intensa que tuvo el peor desenlace en orillas del río Atuel el día en que Sebastián hubiera cumplido 19 años,

El lugar, señalizado con una cruz blanca e inscripciones en las piedras que lo recuerdan con  estrofas de canciones, dibujos y trazos cargados de sentimientos, cobijó al grupo que brindó un homenaje en su memoria.

Miriam Medina, fue distinguida el año pasado como personalidad destacada de los derechos humanos por la legislatura porteña, en reconocimiento de su militancia contra la violencia institucional y policial. Medina comprendió a los pocos días que el asesinato de su hijo era parte de una larga lista de casos de jóvenes víctimas de la violencia policial.

Entonces decidió sumarse a la lucha de otras madres, a luchas colectivas. ”La historia no comienza con el asesinato de un hijo, sino antes, con otros asesinatos y otras luchas. Somos militantes por la memoria, la verdad, la justicia y la vida”, declaró Miriam cuando recibió la distinción.

En Moreno, la casa de la familia Bordón se convirtió en La Casita de Sebastián, un jardín maternal donde concurren un centenar de chicos, vecinos del barrio Tres de Diciembre, de forma gratuita. Lo sostiene la familia con ayuda del municipio de Moreno y del gobierno provincial. A su vez, desde 2013 Medina también coordina acciones vinculadas a la Campaña Nacional contra la Violencia Institucional en la provincia de Mendoza.

El juicio  

En el año 2000 se fueron juzgados siete policías y dos civiles. Medina relató que en el hecho participaron “catorce personas, entre policías y civiles, pero la causa por encubrimiento fue cajoneada y no hubo forma de quebrar la impunidad de algunos”.

Las pericias judiciales y forenses informaron que Sebastián fue torturado en el destacamento policial y que el joven escapó. Tres agentes policiales - Daniel Gómez, Roberto Gualpa y Alejandro Cubillos- lo buscaron hasta encontrarlo, lo golpearon y lo abandonaron inconsciente en una zona deshabitada. El estudiante agonizó durante varios días, hasta que murió de hambre y sed. Ninguna de las heridas era mortal.

En el juicio fueron condenados el comisario Hugo Trentini -que recibió una pena de 15 años-; el policía Gómez, sentenciado a 12 años, los policías Gualpa y Cubillos a diez años. Por encubrimiento fueron condenados el cabo Esteban Merelo -dos años y medio-, y la parasicóloga Amanda Ledesma -dos años-. Por su parte fueron absueltos los comisarios Juan de Dios Atencio y Carlos Escobar, y el camionero Humberto Vega. 

JB/LC