La justicia federal de Rosario investiga el asesinato de cuatro congoleños que viajaban como polizones en un buque con bandera de las Islas Marshall. Los imputados son un capitán y un oficial rumanos y cinco marineros filipinos. La trama de un crimen que involucra seis banderas.
¿Qué trama criminal puede juntar a una empresa griega, un buque con bandera de las Islas Marshall, cuatro marineros filipinos, un capitán rumano y cuatro polizones congoleños? ¿Y cómo puede terminar esa trama en la justicia federal de Rosario? Según un estudio de la antropóloga Marta Maffia de 2010, el 20 por ciento de la población africana en la ciudad de Buenos Aires nació en la República Democrática del Congo. ¿Cómo y en qué condiciones llegan al país?
La República de las Islas Marshall declaró su independencia en 1990, tiene unos 66 mil habitantes y los tres buques de la empresa “W.E.M. Line SA” llevan su bandera. Entre ellos está el “RM Power”. La empresa pertenece a capitales griegos, de hecho la familia Mazarakis lleva un siglo y medio en el negocio del transporte marítimo. El “RM Power” zarpó del Congo 6 de julio con 21 tripulantes. Después de veinte días en altamar llegó al puerto santafecino Dreyfus, en Arroyo Seco. Su misión era cargar cereales. En esas tres semanas que duró el viaje la vida de todos los hombres a borde del “RM Power” cambió para siempre.
A pocos días de zarpar de África, el capitán rumano Florin Filip descubrió siete personas escondidas en el barco. ¿Querían escapar de su país? ¿Sabían el destino del buque? ¿Querían llegar a Latinoamérica? El capitán decidió, de acuerdo a la ley, devolverlos a su territorio de origen. La empresa, de capitales griegos, dio la orden de buscar exhaustivamente en el buque para asegurarse de que no hubiera más personas escondidas. El trabajo se hizo mal. Unos días después aparecieron cuatro nuevos polizones.
Según los mails que revisó la Justicia, cuatro marineros pidieron al capitán desvincularse de la empresa. Las razones iban desde problemas de salud a situaciones familiares. Así lo informó Filip a la empresa. Los directivos sospecharon y presionaron al capitán. El gerente de “W.E.M. Line SA”, Binios Stravos, reclamó una explicación más clara.
-Es que ellos tiraron la basura al mar y ahora quieren volver a sus casas.- Les respondió el rumano.
El primero en hablar fue un rumano. Había pedido irse de la empresa. Hizo falta poco para que contara porqué. Sus compañeros habían atado de pies y manos a los cuatro congoleños, después los amordazaron y antes de tirarlos al mar los golpearon con una herramienta para desmayarlos. La orden la dio el capitán Filip.
El fiscal federal de Rosario Mario Gambacorta imputó a siete personas. Dos rumanos (el capitán y el primer oficial Robert Racovita) y cinco filipinos. Hoy declararían en el juzgado de Carlos Vera Barros. Los filipinos, con intérpretes de la embajada de su país. Los rumanos, con un intérprete inglés, porque no se consiguió un hablante de rumano para la indagatoria.
Hasta el domingo pasado, los otros tripulantes negaban los hechos. Fuentes de la fiscalía explicaron a Infojus Noticias que podía ser a causa del miedo. Todavía no estaban detenidos los sospechosos. Ahora, con los siete imputados detenidos, esperan que el resto de los marineros se animen a contar qué pasó.
Por ahora no hay testigos presenciales. En el barco todos sabían lo que había pasado, pero la Justicia todavía no logró establecer si alguien lo vio. Un quinto marinero involucrado murió el jueves pasado. Cayó al agua desde el barco. La fiscalía investiga si se trató de un accidente, un suicidio u otro homicidio. Prefectura busca el cuerpo.
La fiscalía, además, realizó dos allanamientos al barco. Se secuestraron todas las computadoras de la embarcación y la “caja negra” del buque y los teléfonos celulares de los imputados. Se pidió una pericia de todos los elementos. En un lugar a quince metros bajo cubierta, cerca de la zona de hélices, se encontraron ropa, comida, botellas de agua mineral y excrementos humanos. Desde la fiscalía que todavía no se pudo establecer si los objetos pertenecían a las cuatro víctimas o las siete personas que fueron devueltas a poco de zarpar de África.
Según los medios locales, la expansión del negocio de granos hizo de los puertos del Gran Rosario son cada vez más recurrentes los casos de polizones.
Es un caso difícil desde el punto de vista jurisdiccional, explicaron fuentes de la fiscalía: las víctimas son africanas, el barco es de bandera de las Islas Marshall, hay imputados rumanos y filipinos y la denuncia se hizo en puerto argentino. La etapa de instrucción se va a hacer en Rosario. Se va a mandar un exhorto a la justicia del Congo para que se tome declaración a las siete personas que fueron devueltas al territorio.
Ese testimonio es clave porque puede confirmar si había más personas en el barco viajando ilegalmente cuando ellos bajaron e incluso aportar datos sobre la identidad de las víctimas.