Mauro López Banegas, de 7 años, murió el sábado después de tres semanas de internación por inhalar purpurina. El médico que lo atendió pidió que se empiece a alertar sobre la peligrosidad de esa sustancia a la hora de su venta.
Mauro López Banegas el nene de 7 años intoxicado en Santiago del Estero por inhalar purpurina, falleció el sábado en el Centro Provincial de Salud Infantil (CePSI), de la capital provincial. Fuentes cercanas a la familia dijeron a Infojus Noticias que en un primer momento “evaluaron hacer la denuncia, pero no tenían fuerzas para encarar algo así”.
El sábado 18 de octubre, Mauro estaba haciendo las tareas de la escuela y, a manera de distracción o como juego, puso purpurina en un silbato y sopló. "Él puso la purpurina en el hueco del pito para soplar y que esta salga. Cuando aspiro para soplar se le metió adentro y lo llevamos al hospital", contó su madre en ese momento.
Ese mismo día, sus padres lo llevaron al CePSI, donde le practicaron primeros auxilios, lo estabilizaron, lo controlaron durante algunas horas por los problemas respiratorios que le ocasionó el producto y le dieron el alta. Pero el domingo 19, a la madrugada, se descompensó.
Desde entonces, estuvo internado por un cuadro clínico de "severa insuficiencia respiratoria" hasta el pasado sábado, cuando falleció en horas del mediodía. El médico del CePSI, Leandro Gamba le dijo a Télam que el fallecimiento se produjo "por un cuadro de edema cerebral" como consecuencia de la hipoxia, es decir: la falta de suministro de oxígeno.
Desde el principio los médicos le habían dicho a la familia que no había esperanzas y que su cuadro era irreversible, pero con el correr de los días implementaron un "lavado y aspirado bronquio alveolar" y el niño empezó a responder, lentamente, de manera favorable. Aunque a pesar de las mejorías que experimentó, su diagnóstico nunca dejó de ser crítico.
Gamba comentó que el fallecimiento de Mauro deja también como enseñanza "que algo que parecía tan inofensivo como la purpurina sea tan agresivo para un chico" y demandó que se empiece a alertar sobre su peligrosidad a la hora de su venta. Los médicos advirtieron en su momento que “este producto (la purpurina), de uso habitual en las tareas manuales, contiene metales pesados, como el plomo y el cobre, que son altamente tóxicos.
Quién controla
Por otra parte, habían recomendado iniciar una campaña para alertar sobre las precauciones a tomar al momento de utilizar este producto, ya que en general en los envases de purpurina los fabricantes no advierten sobre la toxicidad del producto. Por eso, pidieron que los envases promuevan utilizar barbijo en el momento de la manipulación.
La Dirección de Vigilancia de Productos para la Salud de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) informó que “la purpurina suelta que se vende en kioscos, librerías y artísticas no clasifica como producto cosmético”. Es decir: no se ajusta a los parámetros de control fijados para otros productos o cuando forma parte de productos para maquillaje (facial y corporal) con finalidad de uso cosmético, que si requieren autorización.
“Ese tipo de productos deben estar inscriptos como cosméticos, son de uso externo y en las condiciones normales y previsibles de uso no deberían ser de riesgo para la salud. Los productos cosméticos con purpurina deben contener en su rotulado todos los datos legales establecidos por la normativa vigente para esta categoría de productos, entre ellos el modo de uso y composición de ingredientes”, explicaron desde el ANMAT. También hicieron saber que en cosméticos el plomo está prohibido “como ingrediente”.
En caso de dudas, los consumidores pueden comunicarse con ANMAT RESPONDE responde@anmat.gov.ar o al (54-11) 4340-0800 interno 1159.