Tenía cáncer y estaba internado hace un mes en un hospital de La Pampa. Había sido condenado en 2013 a 13 años de prisión por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar en el norte de Santa Fe.
El ex policía de Santa Fe, Arnaldo Máximo Neuman, cumplía su condena de 13 años de prisión cuando el 5 de septiembre pasado le diagnosticaron cáncer de pulmón. Había sido condenado en agosto de 2013 por ser parte de la patota que aterró al norte santafesino durante la última dictadura cívico militar. Él es uno de los primeros condenados por delitos sexuales en el marco de causas por delitos de lesa humanidad en Santa Fe. Ayer murió en el hospital Lucio Molas, de Santa Rosa, La Pampa, donde estaba internado desde hace un mes.
Los jueces José María Escobar Cello, María Ivón Vella y Otmar Paulucci condenaron a Neuman en la llamada Causa 50 o Base Aérea, por hallarlo responsable del secuestro, tortura, de al menos cuatro militantes políticos y por violar sistemáticamente junto a otros policías a dos secuestradas, una de ellas menor de edad. Junto a él también fueron condenados el ex oficial de la Fuerza Aérea Danilo Sambuelli a 21 años de prisión; al ex comisario, Carlos Nickisch a 18 años, el ex militar Jorge Benítez a 17 años, y los policías Horacio Machuca a 11; Rubén Molina, 10 y Eduardo Luque 7 años de prisión.
Neuman fue cabo de la Policía de la Provincia de Santa Fe desde enero de 1974 hasta enero de 1979, y prestó servicios en la “División Informaciones y Comunicaciones” de la Unidad Regional IX, de la Policía de Reconquista, entre los años 1972 a 1984.
Los testimonios de las víctimas que pasaron por las manos de Neuman en el centro clandestino de la ciudad de Reconquista durante la última dictadura cívico militar lo recuerdan como uno de los miembros activos de la patota policial. Él participaba en los allanamientos ilegales que derivaban en los secuestros de los militantes. Y después, una de las víctimas de delitos sexuales, lo señaló como uno de los que la violó en reiteradas oportunidades, que le hizo comer materia fecal y que la torturó sin piedad. Incluso, cuando la dejaron en libertad, las violaciones siguieron. También violaron a su hermana embarazada y hasta llegaron a abusar de ella delante de sus hijos.
Según consta en la sentencia, la víctima relató: “Estando ya en la casa, salió a comprar comida para los chicos, Nickisch la seguía, y la violaba donde él quería, Neuman también. Supo sus nombres porque se llamaban entre ellos, cuando la violaban decían, por ejemplo, “Neuman te toca a vos”. No aguantó más, se fue a Buenos Aires y no volvió nunca más”.
El 22 de diciembre de 2008, Neuman se reunió con el abogado defensor de uno de sus compañeros de patota, hoy también condenado. Su hijo lo llamó por teléfono y le dijo que la Gendarmería estaba en su casa buscándolo para detenerlo. Así confirmó Neuman que sobre él pasaba un pedido de captura por su actuación en la llamada “guerra contra la subversión”. A las 10 de la mañana se entregó por sus medios ante la Justicia Federal de Reconquista.
Una vez condenado, fue alojado en la comisaría tercera de Avellaneda junto a Molina y Machuca. Pero en noviembre de 2013, la Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos y los querellantes de la causa le reclamaron a la Justicia que los condenados gozaban de comodidades que no se condecían con la sentencia recibida. Entonces, se dispuso el traslado de los tres al penal federal de Santa Rosa.
El 23 de septiembre de 2014 el abogado y diputado nacional por el Frente Renovador, Alberto Assef, se preocupó por la situación de salud del represor y presentó en la Cámara baja un proyecto de resolución en el que pedía “un trato humanitario” para Neuman y que de confirmarse su diagnóstico de cáncer que se lo traslade a un hospital. Un mes pasó internado hasta que ayer murió.