El fiscal federal Alejandro Cantaro adelantó que pedirá que se investigue a la vedette por proteger a su pareja Juan Suris, acusado de liderar una banda dedicada a la comercialización de drogas.
El fiscal federal de Bahía Blanca Alejandro Cantaro, que lleva adelante la investigación judicial por narcotráfico en la que está procesado con prisión preventiva Juan Suris, adelantó que se va a abrir una causa penal contra la vedette Mónica Farro, pareja del empresario, por encubrimiento.
Para el fiscal, la vedette encubrió a su novio cuando este tenía pedido de captura y estaba prófugo de la Justicia. "No tengo problemas en visitar al juez Martínez. Todavía no tengo una causa abierta. Si me hubieran querido detener lo hubieran hecho el día del allanamiento, soy es eslabón menos importante en esta causa", contestó la vedette uruguaya al ser consultada sobre la causa.
Hace algunos días, el fiscal elevó un pedido ante el juez Federal de la causa, Santiago Ulpiano Martínez, para que se impute a cinco jefes de la Policía bonaerense sospechados de haber facilitado el accionar de la banda liderada por Juan Ignacio Suris. “La protección policial a un delito tan grave y condenado mundialmente por quien debiera ser el custodio de nuestra seguridad y el garante está protegiendo la comisión de este delito", dijo Cantaro.
Suris fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria el 14 de enero cuando circulaba a bordo de un taxi por la avenida Santa Fe al 2000, en Recoleta, después de abandonar el departamento de la vedette en la avenida Cabildo al 2500, en Belgrano. Unos minutos más tarde la policía allanó el departamento de Farro: secuestraron dos valijas con la ropa de Suris, un teléfono celular, facturas de distintos celulares y al menos seis tarjetas porta chips vacías. Esas pruebas, para el fiscal, confirman que Suris estaba viviendo en la casa de su novia.
El empresario tenía pedido de captura nacional e internacional desde el 15 de diciembre de 2013, sospechado de ser el líder de una organización que traía drogas desde Buenos Aires y las distribuía en Bahía Blanca y alrededores a través de un sistema de deliverys, que vendían puerta a puerta, y venta en boliches y otros locales nocturnos.