Después de una denuncia de la defensora de Niños y Adolescentes de la provincia y tras un revés judicial, la Cámara Civil resolvió que se hiciera lugar un amparo y que se discuta en la justicia la presentación de la defensora sobre las falencias en la atención para niños quemados de bajos recursos.
En Neuquén, un médico y una defensora de Niños y Adolescentes presentaron un recurso de amparo para que los niños pobres de la provincia que sufren quemaduras reciban la asistencia adecuada, en tiempo y forma. Tras un primer revés judicial, la Sala II de la Cámara Civil provincial resolvió que se hiciera lugar al amparo y que se discuta el tema en la justicia. “Logramos empezar la discusión para poder conseguir las prendas de presoterapia, la atención kinesiológica necesaria, y el acceso inmediato sin trámites burocráticos, que es lo que se necesita en estos casos”, dijo a Infojus Noticias Nara Osés, la defensora de los Derechos del Niño y Adolescente de Neuquén que lleva adelante la causa.
La resolución de la Cámara, con el voto decisivo de la jueza Patricia Clerici, se conoció ayer, por lo que hoy será notificado el Estado provincial sobre el debate que comenzará en los próximos días. “Estoy llevando todo al gobierno provincial, que hasta ahora no había sido notificado”, detalló Osés.
Laberinto burocrático
La falta, o demora, en la provisión de las prendas de presoterapia, férulas, máscaras termo-maleables, y el adecuado tratamiento kinesiológico, para los niños que se atienden en el Hospital provincial Eduardo Castro Rendón, formaron parte de la denuncia central de la defensoría. Osés presentó el recurso tras entrevistarse, a fines de diciembre pasado, con el médico Hugo Buduba, del servicio de cirugía pediátrica del hospital. Buduba, que trabaja desde hace más de quince años en el centro de salud y ya había realizado decenas de reclamos ante la falta de insumos, le llevó, entre otras cosas, varias fotografías de pacientes. Las imágenes eran demoledoras y mostraban las marcas y cicatrices que dejaban en los nenes y nenas que se habían quemado, la falta de los elementos necesarios para atenderlos. También mostraba el contraste con otros chiquitos con lesiones similares, pero que sí habían recibido los insumos adecuados en tiempo y forma. “La fotografía que más me impactó fue la de una pequeña que sufrió graves quemaduras en su cara. Por la ausencia de una máscara termo-maleable en el momento oportuno el rostro le quedó desfigurado. La máscara debía llegar entre treinta y cuarenta y cinco días después de la intervención, pero nunca llegó. También me mostró la fotografía de una niña que, en circunstancias similares, recibió el tratamiento adecuado en tiempo y forma, con máscara termo- maleable provista por su obra social. En el rostro de esta segunda niña apenas se advierten las cicatrices”, explicó Oses.
“Si no mandan las prendas de presoterapia, o se demoran en enviarlo, las secuelas son irreversibles. Y cuando demoran en enviarlo, el Estado termina gastando en vano, porque ya no sirve y las secuelas no sólo son estéticas sino también funcionales. Otras veces no llegan nunca”, describió Buduba a Infojus Noticias. “Es el amparo más visual que presenté en mi vida. Las obras sociales cubren estos insumos porque no son caros. Eso lo hace más inentendible aún”, explicó Osés. Los insumos no tienen precios exorbitantes. Una prenda de presoterapia puede oscilar entre los 2.000 y los 4.000 y la máscara, como mucho el doble, y deben ser aplicadas entre 30 y 45 días después de la lesión.
“En 2013 pedí 33 prendas y me llegaron 7. En 2014 pedí 25 y me mandaron 3.Y cuando llegan es tarde, porque las mandan 4 a 6 meses después. Llega a destiempo y eso en el mejor de los casos”, explicó Buduba. Más del 60 % de los quemados son chicos menores de tres años. “se queman con agua o líquidos calientes y sin los insumos, no hay forma de que no les queden rastros”, agregó.
Laberinto judicial
Osés había presentado el recurso ante la justicia de primera instancia a comienzos de este mes, pero el rechazo de la magistrada que subroga el Juzgado de Familia N° 2, demoró el inicio del debate que pueda llevar a la solución del conflicto. Osés apeló esa decisión y la Sala II le dio la razón al considerar que la resolución de primera instancia “importaba un desconocimiento de las normales procesales de aplicación”.
En la presentación de Osés también se contemplaba la necesidad de que los chicos recibieran tratamientos kinesiológicos y que el acceso, tanto a los insumos como a esta atención, sea sin trámites burocráticos.
“En tres semanas hábiles podría haber una resolución que esperemos, obviamente, que sea favorable”, concluyó esperanzada la defensora.