Poco después de las 13 horas el presidente de la Cámara Criminal Primera de Neuquén, Mario Rodríguez Gómez, arrancó la lectura de la sentencia. El odontólogo David Narváez fue condenado a seis de prisión por “abuso sexual gravemente ultrajante” de una nena que atendía en su consultorio. La lectura del fallo se hizo a puertas cerradas. Afuera del Tribunal, un centenar de personas acompañaron a la familia de la niña con pancartas y muñecas de trapo. El odontólogo, que estuvo en libertad hasta ahora, seguirá así hasta que se confirme la sentencia.
En uno de los extremos de la sala de audiencias, sentado detrás de un escritorio ancho, Rodríguez Gómez leyó el veredicto. Lo acompañaban los jueces Andrés Repetto y Alfredo Elosu Larumbe. Cuando el presidente del tribunal leyó la condena, Graciela Marín, la mamá de la nena abusada –que hoy tiene nueve años-, sintió que la sentencia había tomado en cuenta las declaraciones de su hija en la Cámara Gesell. “Se hizo Justicia”, dijo Marín a Infojus Noticias.
Afuera del tribunal la espera de la sentencia fue tensa. Cientos de personas convocadas por el colectivo de mujeres La Revuelta acompañaron a la familia de la nena. “Narváez, Narváez, te venimos a buscar, se te cierra el consultorio ya no vas a abusar más”. La canción que tantas veces habían repetido en los escraches frente al consultorio del dentista se trasladó al Palacio de Justicia. Muchas mujeres llevaban en sus manos las “muñecas combativas”, hechas de tela y alambre. “La idea de las muñecas es decirle al odontólogo y a todos los hombres ‘no soy tu juguete’”, explicó Ruth Zurbriggen, de La Revuelta. “Son combativas porque se animan a denunciar. Además, se corren del estereotipo de las Barbies”, explicó.
La causa judicial comenzó en noviembre 2010. Poco tiempo antes la niña -en ese entonces de siete años- había contado a una amiguita que en el consultorio su dentista le hacía cosas que ella creía que no eran normales. Desde hacía un año concurría una vez por semana para un tratamiento de ortodoncia. La amiga le contó a su madre y ésta habló con Graciela Marín, la madre de la niña, quien presentó la denuncia en tribunales.
La instrucción de la causa penal duró casi dos años. Desde febrero de 2011 el colectivo La Revuelta se involucró en la causa. Organizó escraches frente al consultorio de Narváez y reclamó al Ministerio de Salud Pública para que se prohíba al dentista atender pacientes menores de edad mientras durara el proceso judicial. “Nuestros reclamos no fueron escuchados”, dijo RuthZurbriggen.
En uno de los escraches una joven de 25 años -que pasaba por allí en colectivo- leyó uno de los carteles. En su mente apareció un recuerdo de la infancia. “Cuidado, a 100 metros odontólogo abusador”, decía la pancarta. A los pocos días la chica se puso en contacto con las organizadoras. Les contó que cuando ella era una niña había sido atendida por Narváez y había sufrido la misma situación.
-Yo soy un albañil y él es un profesional -le había dicho su padre hace varios años, cuando ella le contó de los abusos-. ¿Quién nos va a creer?
En agosto de 2012 la causa fue elevada a juicio oral. Las audiencias comenzaron a principios de este mes. A través de una Cámara Gesell –una habitación cerrada con vidrios espejados que permite la observación externa-la nena relató ante una psicóloga los abusos sufridos. El miércoles pasado declaró la joven de 25 años. A la fiscal la sorprendió la similitud del relato de las dos víctimas y ordenó un allanamiento en el consultorio del dentista. Allí se encontraron las fichas que corroboraban que la joven había sido atendida por Narváez más de 15 años.
El juicio oral duró menos de un mes. Después de tres audiencias -siempre a puertas cerradas-, los jueces dela Cámara Criminal Primera de Neuquén condenaron a Narváez a seis años de prisión.