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En tres horas, policías de la comisaría 1° de Pergamino detuvieron a diez pibes menores de edad, dispararon balas de goma para dispersar a sus amigos en la puerta de la seccional y adentro los esposaron, golpearon y amenazaron. Según los uniformados, detuvieron a los chicos porque estaban haciendo disturbios en la vía pública, se resistieron a la autoridad y, en al menos un caso, golpearon a una mujer policía. El relato de los chicos es diferente: dijeron  que sólo estaban andando en skate. Los testimonios de las madres, amigos y otras constancias de la causa los avalan.

La plaza Merced, en pleno centro, es uno de los puntos de reunión obligada de la juventud pergaminense. El domingo 26 de mayo estaba llena. A las seis y media de la tarde paró un patrullero frente a la sucursal del Banco Credicoop. Bajaron dos efectivos que metieron al móvil, a los empujones, a dos pibes de 12 años que aprovechaban la rampa del banco como circuito de skate. Los chicos lloraban. Un amigo, de 15, quiso saber por qué se los llevaba. También lo subieron.

No hubo ningún llamado al 101 denunciando disturbios. Sólo una advertencia general hacia sus subordinados del jefe de la policía distrital, Javier Villalba, de que podían producirse daños en la plaza. “Suponemos que se presentaron en base a esa orden genérica”, relató a Infojus Noticias una fuente del Cuerpo de Instrucción de la Fiscalía General de Pergamino, que instruye la causa bajo la coordinación de la fiscal Karina Pollice.

Al rato, la puerta de la comisaría 1 se pobló con algunos pibes de la plaza que habían visto como detenían a los chicos. Querían saber la razón. Dos oficiales salieron a la puerta y dispararon al aire postas de goma. El subcomisario Mauricio Ginocchio salió a la vereda y empezó a señalar con el dedo a quienes debían ser detenidos. Fueron siete chicos más, todos menores. Llevados a las oficinas de contraventores.

“Por lo que pudimos constatar hasta ahora, allí no hubo violencia física. Habría sido durante el traslado hasta ahí”, agregó la fuente de la investigación. Las pericias médicas constataron los golpes que contaron los chicos: uno de ellos tiene un golpe en el hombro, otro chico en el pecho y una chica golpes en la cabeza. Dos horas después –a pesar de que notificaron enseguida al fiscal de menores Horacio Oldani-, los uniformados dieron aviso a los padres y madres. A una de ellas le pidieron DNI de su hijo y partida de nacimiento. Según relató a la Comisión Provincial por la Memoria, en ese momento se asomó su hijo:

-Mami nos están pegando.-

-¿Por qué lo están golpeando?- le preguntó al policía.-

-Querida, ¿qué pruebas tenes que a tu hijo se le está golpeando?-

-La palabra de mi hijo, y es suficiente para mí.-

-Hacéme el favor –respondió el guardia-, si no querés quedar detenida andá a buscar las fotocopias que te pedí.

-Para llevarse a su hijo, la mujer tuvo que firmar un acta en el que admitía el delito que ahora investiga Oldani: disturbios en la vía pública y resistencia a la autoridad.

Las causas

Avanzan, paralelamente, dos tipos de pesquisas en la justicia local. Una es la que instruye Oldani en el fuero de Responsabilidad Juvenil para saber si los menores estaban cometiendo delitos. Las otras, son las denuncias de los padres por violencia institucional. El 29 de mayo, el padre de uno de los chicos detenidos presentó la primera. El 3 de junio se sumaron otras cinco. La fiscal Pollice dirige esa investigación, pero es instruida por el Cuerpo de Instrucción de Fiscalía General de Pergamino.

Cuando pidieron copias de la causa que investiga a los menores, los funcionarios obtuvieron dos pruebas vitales. El acta de procedimientos de la policía, y la filmación de la plaza: no se aprecia en ella que los chicos detenidos hayan cometido ningún desmán. “Tenemos identificados seis policías que estaban esa tarde en la comisaría, con sus legajos, y a un subcomisario que estaba al mando”, dijo a Infojus Noticias un instructor de ese cuerpo. Los investigadores tomaron declaración a víctimas y testigos, y todos coinciden en la detención ilegal.

“La semana que viene, haremos un reconocimiento fotográfico de las víctimas para unir las descripciones físicas de los policías que actuaron, y los legajos”, agregó. Los policías que sean señalados por los chicos serán imputados e indagados. Hasta entonces seguirían en funciones. El Consejo Deliberante local consideró –en una declaración del 12 de junio- el suceso como “detención arbitraria, trato degradante” en “uno de los episodios más graves y repudiables de la acción policial violenta y desproporcionada que actúa sin protocolos”.

El subcomisario Ginocchio, a cargo de la dependencia ese día, fue salvado por el Ministerio de Seguridad del ojo del huracán: seguirá su carrera en Junín.