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"Hijos del sur", editado por la Universidad Nacional de Quilmes,  es un libro que reúne las voces de trece jóvenes a quienes la última dictadura cívico-militar “les arrancó a su padre, a su madre, o a ambos, a través del siniestro método del secuestro y la desaparición”. Se trata de testimonios de quienes, en su infancia, presenciaron los procedimientos brutales en los que sus padres fueron detenidos y luego desparecidos, o directamente asesinados.

Criados mayoritariamente en ambientes de pobreza, amenazas y miedos, crecieron entre silencios y evasivas de quienes los rodeaban. “Entonces la noche se hizo espesa y la violencia y el terror se adueñaron de sus vigilias y de sus sueños. Llegó el silencio, la mordaza, la mentira, la oscuridad y un dolor terco como la propia sombra. Y fue así durante demasiados años”, se lee en el comienzo del libro. Este texto, en efecto, es el retrato de una lucha: de cómo esos hijos se sobrepusieron al olvido de un pasado del que nadie quería hablar.

Contado en primera persona y a través de los ojos de esos niños, que no sólo estaban en su casa con sus padres, sino que a algunos también los balearon, los secuestraron y hasta los torturaron, muestra el funcionamiento cotidiano del horror. De qué forma era la persecución de los grupos de tareas al acecho de los militantes que, a esas alturas intentaban ocultarse, sobrevivir y proteger a sus familias como podían. Los pormenores de estos relatos se adentra en el día a día y da cuenta de lo que estos chicos ahora adultos padecieron y de qué modo las garras del terrorismo de estado perduró en la democracia.

La militancia de Quilmes padeció la violencia asesina de la Triple A y la represión encarnizada de la dictadura. Hubo innumerables desapariciones –aún hoy se siguen recibiendo denuncias- y largos encarcelamientos de sobrevivientes que fueron secuestrados y torturados en los campos de concentración del llamado “Circuito Camps”, que incluía la Comisaría Quinta, la Brigada de Investigaciones y el Departamento de Cuatrerismo Pozo de Arana, todos de La Plata; el Puesto Vasco, en la subcomisaría de Don Bosco, en Quilmes; el Pozo de Quilmes, en la Brigada de Investigaciones de esa localidad; el Centro de Operaciones Tácticas, o COTI, Martínez, en San Isidro; el Pozo de Banfield y la Brigada de San Justo, en La Mataza

"Hoy, tras décadas de búsqueda personal y de sus familias, junto al trabajo de los organismos de derechos humanos y el fortalecimiento de las herramientas democráticas en la Argentina, esos hijos que ya rondan los 40 años saben que sus padres fueron militantes comprometidos con la lucha social, gremial o política", explica la autora. Y este libro cuenta cómo se dio ese cambio, fundamental en la recuperación de la identidad histórica.

Uno de los testimonios del libro es el Nilda Espinoza, hija de Pedro, detenido-desaparecido el 26 de marzo de 1977. "Yo pensaba que ya había asumido todo, que ya no tenía que llorar, que nada más me iba a hacer sentir mal. Porque hasta los 18 años me despertaba todas las noches con la imagen de que rompían la puerta y se metían de golpe en mi casa. Fue así hasta que tuve los nenes...y luego, pensé que ya se me había pasado todo. Pero el día que fui a sacarme sangre para la muestra que pedía Antropólogos, al principio fue todo bien, pero a la salir del hospital tomé conciencia de la situación y me sentía tan mal, porque pensé que es por estos desgraciados que estoy buscando a mi papá ahora, y quién sabe si lo encontraré...", relató.

El libro está escrito por la periodista, Noemí Ciollaro, que es autora de “Pájaros sin luz. Testimonios de mujeres de desaparecidos (2000)”. Además, colabora en la revista Las/12 de Página/12, y fue redactora en los diarios El Día, Diario Popular, La Voz, Tiempo Argentino (1982-1986), El Cronista, y en Editorial Perfil, entre otros medios.