Julián Ramón (25), cuñado del nene asesinado, estuvo acusado de ser el autor material. Para la Fiscalía existen pruebas de que estuvo en la escena del crimen. Pero la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata lo sobreseyó. Casación Penal bonaerense debe resolver.
La Sala I del Tribunal de Casación Penal bonaerense será quien debe resolver si confirma el sobreseimiento del único imputado del crimen del niño Gastón Bustamante, cometido en 2011 en Miramar. O si ordena que la causa se eleve a juicio oral. El expediente quedó en manos de los jueces Benjamín Sal Llargues y Daniel Carral, que deberán revisar todo lo actuado.
Julián Ramón (25), cuñado del nene asesinado, estuvo acusado de ser el autor material del hecho. Para la Fiscalía existen pruebas de que estuvo en la escena del crimen. Sin embargo, la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata entendió que la investigación realizada no llegó a colectar las pruebas suficientes para llegar a juicio oral, entonces, en diciembre falló a favor de Ramón al dictar su sobreseimiento, poco después de que la jueza de Garantías, Rosa Frende, elevara la causa a juicio.
Una vez conocido el fallo de la Cámara, el fiscal Rodolfo Moure y la abogada Adelina Martorella, representante de la madre de Gastón, apelaron ante Casación. “Sigo convencida de que fue él por todas las pruebas que hay, porque nunca intentó hablar con nosotros y porque le tenía celos a Gastón”, dijo a la agencia Télam Verónica González, madre de la víctima, en referencia a Ramón, pareja de su hija Rocío.
El crimen de Gastón (12) ocurrió la mañana del 21 de noviembre de 2011, en su casa de calle 27, entre 46 y 48 de Miramar, cuando el chico se encontraba durmiendo, solo, ya que la madre había salido de compras. El niño estaba en su dormitorio cuando fue atacado por un hombre. Aparentemente había ingresado al inmueble con fines de robo y se cree fue reconocido por la víctima, a quien le dio golpes en el cráneo, estranguló con una media y asfixió con un almohadón. En la casa faltaron 300 pesos que estaban a la vista, pero otros 13.000 -escondidos para ser depositados ese mediodía- estaban en el mismo lugar. Quince días después del crimen, Ramón fue detenido acusado de “homicidio criminis causa y robo” luego de que se encontraran sus huellas dactilares en un televisor 14 pulgadas que había sido cambiado de lugar por el asesino, presuntamente para simular un intento de robo o buscar si había dinero allí adentro.
Por su parte, Verónica González, madre de Gastón Bustamante, expresó su “doble dolor”: al crimen de Gastón se sumó que su hija Rocío siempre defendió a su novio, se fue de su casa. No le habla y desde hace un tiempo vive con Ramón en Mar del Plata. “Todo fue por una cuestión de celos, porque Gastón y Rocío se llevaban muy bien, y eso a él (por Julián) le molestaba”, indicó Verónica sobre por qué cree que Ramón mató a su hijo y recordó que el imputado buscaba direccionar la investigación hacia ella. La mujer afirmó que le “dolió” que “la Cámara dijera que toda la acusación era un capricho del fiscal Moure, que por suerte sigue investigando”.
Además de las huellas halladas en el televisor, uno de los indicios más importantes contra Ramón, fue que, además de Rocío y el padre de Gastón, él era el único que sabía que en la casa se guardaba dinero para ser depositado en un plazo fijo. Por otro lado, varios vecinos coincidieron en que en el horario del crimen el perro de la familia Bustamante no ladró (por lo que se cree que a la casa entró alguien conocido) y el desmedido interés del imputado en el avance de la causa (iba todos los días a preguntar si iban a hacer algún allanamiento o si había novedades).
Durante la instrucción de la causa, Ramón explicó que tocó el mencionado televisor el día previo al crimen, cuando festejaron en la casa el cumpleaños de Gastón, pero para la Fiscalía las huellas eran compatibles con el traslado del aparato que hizo el asesino. La clave para que la Cámara dictara el sobreseimiento fue que ninguno de los pelos hallados en el cuerpo de Gastón pertenecían a Ramón y eran de familiares del chico, y que su ADN tampoco se halló en la media con la que estrangularon al niño.