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La llegada de la policía y la Gendarmería al barrio La Granada, en la zona sur de Rosario, pareció una invasión. Más de 150 efectivos coordinados por el juez de Instrucción Juan Carlos Vienna hicieron más de 15 allanamientos en el marco de un megaoperativo por la guerra narco que vive la ciudad. Se trata de una “causa vieja” contra la banda de Los Monos por asociación ilícita que el magistrado habría reactivado luego de la seguidilla de asesinatos. Hubo varios detenidos, autos de alta gama secuestrados y una cantidad no precisada de armas y drogas incautadas.

 

Los barrios La Granada –detrás del Casino City Center- y Las Flores son territorio de Los Monos, el clan liderado por la familia Cantero. La banda consolidó su poder en la década pasado luego de una serie de enfrentamientos con Los Garompa. El domingo pasado a la madrugada, el nuevo líder de la banda, el Pájaro Claudio Cantero fue asesinado frente a un boliche en Villa Gobernador Gálvez, en el límite con Rosario. El homicidio del jefe desató una guerra narco que parece no tener fin: ya hubo cuatro muertos, un joven –supuesto asesino- por el que piden 500 mil pesos que tuvo que irse de la ciudad y la amenaza latente de que habría nuevas muertes.

 

Esta mañana la zona sur amaneció copada por el operativo policial. El juez de Instrucción Nº4, Juan Carlos Vienna, que no tiene a su cargo ninguna de las causas por los homicidios recientes –que recayeron en los juzgados de Hernán Postma y Gustavo Pérez Errechu-, coordinó personalmente el procedimiento. En el marco de una causa por el asesinato del Fantasma Martín Paz, el magistrado investiga una posible “asociación ilícita” en la que estarían involucrados varios miembros de la familia Cantero. 

 

El sábado 8 de septiembre, a la hora de la siesta, el Fantasma esperaba al volante de su BMW blanco que el semáforo diera el verde. Estaba con su mujer y su hijo de dos años. Un joven en moto se detuvo junto a la ventanilla del conductor, sacó una pistola 9mm y gatilló varias veces. El BM arrancó y el sicario vació su cargador contra el auto en movimiento. A las tres cuadras, el auto se chocó contra otro que estaba estacionada. Cuando la ambulancia llegó el Fantasma ya estaba muerto. El lugar se llenó de gente. Policías, periodistas, curiosos y allegados al muerto. Uno de ellos era el Pájaro Cantero, hermano de la exmujer de la víctima. 

 

El crimen del Fantasma tuvo un claro sello mafioso, desde una moto, a plena luz del día, en una zona céntrica. Antes de irse, el asesino le puso la firma a su trabajo: golpeó dos veces la pistola contra el pecho a la altura del corazón y extendió su brazo derecho hacia el cielo. Fuentes judiciales sospechan que la víctima era un integrante de Los Monos, el encargado de manejar las finanzas de la banda, aunque esto nunca pudo comprobarse.

 

La causa judicial por el homicidio del Fantasma no había tenido grandes avances. Después de la seguidilla de muertes por la guerra narco, el expediente se reactivó. El juez organizó un megaoperativo en el que participaron Gendarmería y diferentes brigadas de la policía provincial: la Guarida Rural Los Pumas, la Tropa de Operaciones Especiales, miembros de la Unidad Regional I de la ciudad de Santa Fe. El fiscal de Cámara Guillermo Camporini confirmó a Infojus Noticias que se hicieron más de 15 allanamientos. “Hubo secuestro de vehículos de alta gama, elementos de valor, armas y droga. Y se detuvo a seis o siete personas de ambos sexos”, dijo Camporini.