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Infojus Noticias

26-9-2013|9:36|Lesa humanidad SaltaProvinciales
Las recibió en su teléfono móvil

Salta: amenazas de muerte a testigo en juicios de lesa

Fue después de que Víctor Manuel Cobos, ex preso político, participara de un programa de televisión donde confirmó sus acusaciones contra un empresario. Cree que se trata de los mismos que lo hostigaron y torturaron en 1976 y 1977.

Por: Elena Corvalán

El ex preso político y testigo Víctor Manuel Cobos denunció que recibió amenazas de muerte el viernes, al día siguiente de participar en un programa de televisión en el que ratificó sus acusaciones contra el empresario salteño Marcos Levín, al que responsabiliza por las detenciones y las torturas que sufrió en 1977, durante la última dictadura cívico-militar.

El denunciante no duda de que los autores de las amenazas, proferidas en medio de insultos, son los mismos que en 1976 y 1977 lo hostigaron con detenciones y torturas, hasta que tuvo que abandonar la provincia. Las amenazas le llegaron entre las 17.03 y las 17.21, a su teléfono móvil. Fueron enviadas vía internet desde un remitente apodado “Tu conciencia”.

Ya en el primer mensaje Cobos encontró similitudes con el lenguaje de sus torturadores: “Sos materia pendiente”, le dijeron. Los otros tres apuntaban en el mismo sentido: “Lo que te hice va a ser poco”, “La conciencia te va a matar”, “Vas a tener la muerte del sapo”.

Cobos recuerda al subcomisario Víctor Hugo Bocos, y al propio Levín, que en 1977 era dueño de la empresa La Veloz del Norte. También recuerda al policía Enrique Víctor Cardozo y al comisario Víctor Hugo Almirón, jefe de la Comisaría 4º, un lugar ya identificado por la CONADEP como un centro clandestino de detención.

Para cuando fue detenido, Cobos era delegado en La Veloz del Norte, donde trabajaba como chofer de larga distancia. Se sindicalizó en 1973, a los 27, cuando comenzó a militar en la Agrupación Peronistas de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). La de enero del 77 fue la última de una sucesión de detenciones que Cobos sufrió en los años 70. “Tuve varias detenciones durante la época de la lucha gremial, fui tiroteado, fui perseguido por la Policía, me acribillaron a balazos el auto”, contó. Eran tiempos de agitación gremial, de huelgas y persecución: “Nos han seguido a todos lados, especialmente a mí. Una de las consecuencias es que no tenía un lugar fijo donde parar, andaba entre la casa de mi tía, la de mi papá y una casita en el barrio San Remo”.

A partir del Golpe las cosas empeoraron. Fue detenido poco después del 24 de marzo de 1976 y llevado a la Central de Policía, recuperó la libertad. En diciembre volvieron a detenerlo, junto a otros cuatro compañeros de trabajo. Estaban en plena medida de fuerza, saliendo de la ciudad con el automóvil del gremio, cuando fueron interceptados por policías en dos vehículos. Los llevaron al galpón de la empresa La Veloz del Norte, donde el auto fue revisado exhaustivamente, en busca de armas. “Marcos Levin iba y venía, y miraba, y Bocos con la Policía empezaron a revisar el auto y no encontraron nada gracias a Dios. Porque yo las armas las tenía en un compartimiento”, recordó. 

Cobos dice que Marcos Levin tenía una estrecha relación con policías de la Comisaría 4º, que el empresario aportaba fondos para sostener la represión a cambio de que se reprimiera a los empleados de su firma. Y que en ese marco les “armaron” una causa a él y a otros trabajadores: Miguel Ángel Rodríguez, Norberto Justiniano, Manuel Eugenio Modad, Carlos Lídoro Aponte, Juan Alberto Alonso, Jorge Arturo Romero y Rubén Héctor Vrh. Bocos estuvo a cargo de las detenciones.

En la causa judicial iniciada en 2008, para investigar estos hechos otros ex trabajadores de La Veloz confirmaron las afirmaciones de Cobos. Coincidieron en que el subcomisario visitaba asiduamente la empresa, que solían verlo " hablando con Marcos Levín como si fuese dueño de la empresa, (…) que entraba y salía como quería, actuaba como dueño". Sobre la última, y más extensa detención, Cobos ha testificado que Bocos fue acompañado por otros dos policías, Cardozo y Figueroa. Lo llevaron a la Comisaría 4º, donde lo mantuvieron encapuchado y esposado y fue torturado con golpes y la aplicación de picana. En medio de la tortura se les unió otro policía, el "Sapo" Toranzos (ya fallecido).  Tras una semana de tormentos fue obligado a firmar, con una pistola en la cabeza, una declaración en la que reconocía que había cometido una estafa contra La Veloz.

Cobos obtuvo la libertad en marzo de 1977. En la causa sostuvo que cuando salió supo que también "abusaron de las azafatas de la empresa a quienes sometieron a vejámenes", y que hubo otros "detenidos torturados" a los que dejaron en libertad, "a pedido de Levin, porque si no se quedaban sin choferes". Después de intentar conseguir trabajo en Salta, Cobos pasó por el Ingenio Ledesma, en Libertador General San Martín, Jujuy, donde fue camionero; luego por Tucumán y terminó en Buenos Aires, donde residió hasta que en 1983 creyó llegada la hora de regresar a su provincia y a la militancia en el PJ: “Estaba colaborando en la campaña (preelectoral) de Roberto Romero (gobernador de Salta entre 1983 y 1987) y cuál fue mi sorpresa más grande: estaba Bocos en la custodia de Roberto Romero”.

Me fui del Partido y me fui a Buenos Aires, porque no tenía seguridad dentro de la provincia”, contó. Antes de partir dejó asentada su denuncia en contra del subcomisario y Levin. Volvió recién en 1995 y 13 años después, acompañado por su hermana Cristina Cobos, pudo contar ante un juez los tormentos que había sufrido, al dar testimonio en otra causa por delitos de lesa humanidad.

Cobos viene de una familia peronista, que en la última dictadura sufrió el ensañamiento del terrorismo del Estado: el 8 de enero de 1976 su cuñado Víctor Brizzi fue desaparecido del Regimiento 5º de Caballería, con asiento en Salta, cuando cumplía el servicio militar obligatorio. El 25 de septiembre de 1976 un grupo de tareas que buscaba a su hermano Enrique Cobos, mató a tiros al hermano menor, Martín Miguel Cobos, de 18 años. Esa misma madrugada fueron secuestrados los jóvenes Silvia Aramayo, Carlos Figueroa Rojas, Daniel Loto Zurita, Gemma Fernández Arcieri de Gamboa y Héctor Gamboa, todos militantes políticos.Víctor estaba de viaje esa noche, manejando un colectivo de La Veloz. Cuando regresó, le tocó colaborar con la huida de su hermano Enrique, que junto a su cuñada, Mabel Franzone, escaparon primero a Formosa y luego hacia el sur, hasta que pudieron salir del país.

El viernes último cuando recibió las amenazas informó a su hermana Cristina, reconocida militante de los derechos humanos en la provincia. Juntos decidieron convocar a los organismos de derechos humanos para denunciar públicamente este hecho en una conferencia de prensa. Es que el nombre de Bocos resuena como el de alguien que todavía mantiene cierto poder. El subcomisario fue exonerado de la Policía en 1979, cuando era jefe de la fuerza el teniente coronel Luis Yago de Gracia, pero, igual que otros policías involucrados en violaciones a los derechos humanos, trabajó en la seguridad de la empresa Horizontes SA, editora del diario El Tribuno, de propiedad de la familia Romero.

En sus testimonios en las causas por delitos de lesa humanidad que se tramitan en Salta, Cristina Cobos reiteró que durante las gobernaciones de Juan Carlos Romero (1995-2007) y aún después, Bocos era un habitué de la casa de Gobierno de Salta. Dijo que no era empleado estatal, pero lo vio siempre “con un portafolio negro”, en el área de Seguridad. La misma noche que recibió las amenazas Cobos fue contactado por el abogado Pedro García Castiella, del Programa Verdad y Justicia, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, con el que ya acordó los términos de la protección que se le brindará.

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