Un tribunal salteño se trasladará a más de 2500 metros sobre el nivel del mar para juzgar a tres acusados de asesinar a otra en medio de un festejo por el marcado de ganado. El escenario del crimen es un paraje perdido entre los cerros.
El paraje San Juancito queda a unos 60 kilómetros de Santa Victoria Oeste, en la provincia de Salta. Perdido entre los cerros, a sus tierras solo se puede llegar en burro. El 30 de abril de 2012, en medio de una “marcada”, alguien cometió un crimen. Para juzgar a los sospechosos, la justicia deberá trasladarse allí donde mandan los cerros y el aire es un bien escaso.
Según las costumbres, en vísperas de la fiesta cada familia reúne su ganado. El principal objetivo es marcar a los animales nuevos que nacieron durante el año. Después, se invita a los vecinos que viven entre los cerros a festejar juntos. Así sucedió en San Juancito.
En la fiesta de San Juancito, a 2500 metros sobre el nivel del mar, hubo veinte invitados. Los preparativos empezaron desde temprano. Se eligieron lazos, maneas, y flores de colores que fueron hechas los días previos con hilos de lana. La chicha de maíz, servida en jarrones de barro, no podía faltar, aunque no era la única bebida disponible. Una “bandera” blanca puesta en el corral hecho de piedra dio el aviso: la fiesta estaba inaugurada.
Allí llegaron, entre otros, Eugenio Cussi, Horacio Peloc -conocido como Valentín Chauque-, Ramón Anco, Miguel Anco, Pedro Vilte, Lorenza Camino, Soledad Yuegra, Sergia Quispe, Severiano Maidana, Claudia Anco y René Matienzo.
A media mañana comenzó la marcada. Primero se realizan pequeños cortes en las orejas de los animales que luego se entierran. Esto permite que animal crezca con salud y se multiplique. “Es un reconocimiento popular a la generosidad de la tierra y de la Pachamama”, explicó una fuente consultada por Infojus Noticias.
La Pachamama es un concepto casi incomprensible para las sociedades occidentales como la nuestra. La relación con la tierra o la naturaleza es muy distinta. Mucho de esto saben los pueblos originarios. Para los “occidentales” la tierra es mercancía, se compra se vende, es un objeto más. Para los pueblos originarios la tierra es territorio: forman parte de ella. No pueden vivir sin ella porque son ella. La relación es íntima, es tiempo y espacio. No es mercantil.
En muchas prácticas de pueblos originarios puede verse esta relación. En los pueblos kollas, aymaras u omauacas, al beber algo (sea agua, vino, etc) previo a tomar se deja caer un chorrito hacia la tierra, el objetivo, agradecer a la Pachamama, honrarla. Igual sentido tiene la ceremonia de la “marcada”.
Luego del corte de las orejas la fiesta no terminó. Comenzó a compartirse la comida, el vino y la chicha. Las coplas y el baile se hicieron espacio en el festejo. Las horas pasaron y los asistentes se acomodaban donde podían cuando el cansancio y el festejo los vencía. A eso de las 8, la fiesta ya había terminado. Algunos de los invitados salieron y encontraron a uno de los asistentes en una zanja muy golpeado. Era Eugenio Cussi . Estaba vivo y se quejaba de dolor.
Lo cubrieron con cueros de ovejas. No pensaron que era tan grave. Murió a las cuatro horas por “traumatismo toráxico y encéfalocraneano grave”. Mientras agonizaba le preguntaron qué había pasado: “Valentín me pegó, con Ramón y Miguel Anco”, alcanzó a decir Eugenio.
Valentín Horacio Peloc observaba todo. Una de las mujeres le pidió a Valentín que mostrara las manos. Había sangre pero él decía que era de los animales marcados el día anterior.
La causa llegó a la justicia provincial. Los tres acusados fueron procesados y ahora afrontarán un juicio oral por el delito de homicidio simple. Debido a que todos los testigos de la causa viven el paraje, el tribunal a cargo de las audiencias - la sala Segunda del Tribunal de Juicio de Salta- se trasladará hacia Santa Victoria Oeste, el poblado más cercano.
Según los testigos, esa madrugada Eugenio discutió con Valentín. Algunas de las personas que estuvieron en el lugar, y que estaban despiertos, lo vieron salir junto con los presuntos agresores. Y después vieron volver sólo a Valentín. Según las pericias, Eugenio sufrió la fisura de cráneo, cuatro costillas rotas y una clavícula quebrada que lo llevaron a la muerte.
Los jueces Ángel Longarte, Carlos Pucheta y Martín Pérez escucharán a los testigos la semana que viene. También estarán presentes los defensores Irma Jovanovich y Marcelo Arancibia; el fiscal Justo Vaca, y los profesionales médicos y personal de la Policía de Salta que intervino en la causa.
Todavía nadie dijo si el tribunal tiene pensado inspeccionar el lugar del crimen. Para hacerlo, quizás deban repetir lo que ya hizo el juez de primera instancia: viajar a lomo de burro. La única forma de llegar hasta los confines de la Pachamama.