Infojus Noticias

Se publicaron de David Vivas -obrero metalúrgico, 24 años, padre de tres hijos pequeños- dos fotos. En la primera está vivo: se lo ve sentado en una silla plástica azul, delante de una pared celeste pastel, de jean y blusa negra, con una sonrisa ancha y un mate en la mano. En la segunda no: sólo se ve su torso, de lejos, tirado sobre el asfalto de la avenida. Sus pies permanecen en la pedalera de su Ford Taunus amarillo, que todavía tiene la puerta del conductor abierta y las luces delanteras encendidas. El domingo apenas despunta y la imagen -captada por un curioso con su celular- muestra el centro de la localidad de Villa Constitución, en Santa Fe, bañado por una luz azul, submarina.

Entre una foto y la otra no pasó mucho tiempo: tal vez unos meses. Pero medió una muerte inesperada. Ocurrió el último domingo en un confuso episodio cuando David dobló en U y embistió a un Fiat Punto de color rojo, que terminó yéndose del lugar. Un patrullero con dos efectivos quiso detenerlo. Según la versión policial, el sargento Víctor Hugo Giometti –vestido de civil- forcejeó con él, David quiso escapar y el policía terminó disparándole con su arma reglamentaria “involuntariamente” en la cabeza. “Yo estoy convencido de que fue un accidente lamentable, pero eso lo va a determinar la justicia”, le dijo el comisario Santos Aranda, jefe de la Unidad Regional VI, a Infojus Noticias. Giometti está detenido hasta que declare, y su compañero –cuyo nombre la policía ni la justicia dejaron trascender- está preventivamente fuera de funciones.

“David no molestaba a nadie, salía de la fábrica y se iba a su tallercito, volvía como a las 10 de la noche. Era una excelente persona, no merecía que lo mataran así”, lo describió entre sollozos su madre, Laura Vivas, en diálogo con Infojus Noticias.

David era joven pero ya tenía tres hijos: 2, 4 y 6 años. Trabajaba en la fábrica metalúrgica Acindar de Villa Constitución, en la construcción de camiones, y además tenía su propia gomería. Trabajaba de sol a sol. A pesar de que había levantado una casita, vivía con sus padres: se había peleado con la madre de sus hijos.

El último sábado David tuvo franco en la fábrica y aprovechó para irse a pescar a la Isla del Sol, una reserva natural a pocos kilómetros de Villa Constitución. Regresó por la noche y se puso a descargar en la computadora los botines que había sacado del Río Paraná. Una semana antes, su hermana menor había cumplido quince años. En la fiesta, había bailado hasta el cansancio. Esa noche estaban tres amigas recordando los momentos más lindos de la ceremonia. David se había reído con ellas. A las 3.45, a pesar de que Laura le dijo que se iban en taxi, David se ofreció a llevar a una de ellas. Después volvió a dejar a su hermana, y le dijo a Laura la frase final:

-Voy a cargar gas y vuelvo.

Pero no lo hizo. David no sospechaba que iba a tener un final parecido al padre de su madre, Julio Palacios: en 1975 fue uno de los primeros en la zona en caer bajo las balas de la Triple A.

Dudas en la versión policial

El mismo domingo de la muerte, la familia Vivas logró entrevistarse con el comisario de Villa Constitución:

-Quédese tranquila que vamos a hacer lo necesario para que haya justicia. No vamos a protegerlo. Haya luchado, haya hecho lo que haya hecho, su hijo no merecía el tiro- les dijo el policía, de apellido Gómez.

Esa misma tarde, salió el parte oficial de la Unidad Regional VI de Policía, el único relato de los hechos que hay hasta el momento. En un tramo, dice:

“Un automóvil amarillo (Ford Taunus) sin dominio en la parte trasera, gira en “U” a gran velocidad y colisiona a un automóvil de color rojo (posiblemente un Fiat Punto) que se encontraba estacionado por calle San Martín hacia el Sur, realizando luego del impacto, una maniobra de retroceso e impactándolo nuevamente en, al menos, dos oportunidades más, por lo que detienen la marcha y al tratar de identificarlo, el sargento abre la puerta del lado del conductor y el vehículo se mueve marcha atrás, enganchándolo con la puerta y arrastrándolo unos diez metros aproximadamente; al parecer originándose un forcejeo, circunstancia ésta en que se produce una detonación con la consecuencia de que el conductor del automóvil Ford Taunus resultó con una herida de arma de fuego en la cabeza, lado derecho que le produce la muerte”.

Anoche, en un programa televisivo local, el comisario volvió a plantear la teoría del forcejeo y la bala perdida. Laura Vivas se queja de la versión policial. “Lo ensuciaron. Dijeron que él había forcejeado con el policía. Yo lo conozco, él era incapaz de hacer eso, él era un chico bueno”, dijo. La mujer se hunde en un llanto sin consuelo. “Ayer, me dijo mi abogado, estaba casi todo encaminado. Faltaba que declarara el policía y nada más”, dice. Y vuelve a llorar.

Santos Aranda dijo a Infojus Noticias que Giometti golpeó el vidrio polarizado del Taunus y que luego se aprestó a sacar su reglamentaria. El comunicado señala que “al parecer” se originó “un forcejeo” que terminó con un balazo en el “lado derecho” de la cabeza. Es extraño que si el policía abrió su puerta izquierda, y Vivas lo llevó a la rastra en la marcha atrás, la bala entró por el parietal derecho y su cuerpo, ya inerte, cayó hacia su izquierda. “Lo que uno puede conjeturar, aunque hay que esperar a las pericias, es que lo haya estado tomando del cuello para bajarlo del auto, y en esas circunstancias se puede haber efectuado el disparo”, fue la explicación del jefe de la Regional.

La segunda cuestión es que el vidrio del acompañante estaba roto. Su madre aseguró que “hubo un chico que vio como uno de los policías rompía el vidrio donde había quedado el orificio”. Santos Aranda, aunque aconsejó esperar las pericias, lo negó: “El disparo no ingresó por ahí. El vidrio del acompañante lo rompió el otro efectivo para intentar apagar el motor, porque lo arrastraba de atrás hacia adelante. Como no lo logró volvió al patrullero y ahí se produjo el disparo”. Esa circunstancia no está en el comunicado de la Regional.

El levantamiento de pruebas, las pericias balísticas, están a cargo de la División Policía Científica de la Unidad Regional VI y la Sección Balística de la Unidad Regional II-Rosario. También se espera la autopsia. La causa estará, durante los próximos diez días, en secreto de sumario.Infojus Noticias se comunicó con el fiscal Osvaldo Chiappello, y el juez Rubén Bissio. No respondieron.