Eso le dijeron miembros de la comisaria II de La Plata a la familia Gigarán, el 14 de febrero de 2013. Se referían a Omar, un chico de 17 años que era hostigado por policías. Al día siguiente cumplieron: el chico de 17 años fue asesinado de un tiro en el pecho. La fiscal de la causa pidió el sobreseimiento del único acusado. Hoy la familia reclamó justicia.
“Si hoy al guacho no lo entregas a la comisaría, mañana lo tenés muerto”. Esa sentencia de muerte escucharon los padres de Omar Cigarán de parte de un grupo de policías de la comisaria II de La Plata. Mientras los amenazaban, les apuntaban con itakas. Fue durante la tarde del 14 de febrero del año pasado, en el barrio Hipódromo. Al día siguiente, los policías cumplieron con su palabra y asesinaron al chico de 17 años de un tiro en el pecho. Quien efectúo el disparo fue el efectivo Walter Flores. Hoy la familia realizó una sentada para reclamar Justicia.
El sábado se cumplió el primer aniversario del crimen. Unos días antes, tras la reanudación de la feria judicial, la fiscal Ana Medina pidió el sobreseimiento de Flores. Medina es de la UFI N° 1 e intervino desde el primer momento en el caso. El fiscal general Héctor Ernesto Vogliolo resolvió avalar el cierre de la causa en un solo día.
Desde que mataron a Omar, su familia estuvo apenas asistida por una Defensoría que nunca les comunicó el proceso y hace pocos días llamaron para decir que se cerraba la causa. Fue entonces cuando los Cigarán se contactaron con la Asociación Miguel Bru y comenzaron a trabajar con su abogado, Juan Manuel Morente.
Omar murió de un disparo en el tórax que le tiró Flores desde el interior de su auto. El policía volvía a la ciudad tras una jornada de trabajo en una comisaria de Quilmes. Según la versión policial, vio cómo Omar intentaba robarle la moto a otro efectivo de civil, en 122 y 43, en el barrio Hipódromo. Flores justificó su accionar diciendo que el chico tenía un arma.
“Es muy dudoso cómo apareció el arma. Ninguno de los testigos la vio en la escena y el arma recién apareció en la morgue. Por eso hoy presentamos una denuncia para que se investigue el posible encubrimiento de la comisaria II y de la policía científica que fueron los que intervinieron en el proceso”, dijo Morente a Infojus Noticas.
Cuando fue asesinado, Omar había hecho 16 denuncias por hostigamiento policial. Estaba harto de que lo levantaran por levantar, lo golpearan y lo detuvieran para robarle lo poco que tenía.
Morente explicó. “Vamos a presentar una requisitoria para reemplazar a la fiscal y acusar al imputado con prueba suplementaria. Porque en todo esto, la fiscal avaló lo que dijo Flores, le creyó a la policía. Y este caso, como en toda la serie que viene habiendo, son enfrentamientos mentirosos. Todos los chicos que fueron asesinados por la policía en supuestos intentos de robo tenían denuncias, acusaciones, todos estaban amenazados por la policía. Lo que antes hacían en los calabozos, ahora lo hacen en las calles. Se tiene que ver como un hecho serial”.
Tras recibir el disparo, Omar apenas pudo caminar un paso y cayó muerto. Una amiga le avisó por teléfono a su mamá que recorrió las cuatro cuadras que separan su casa de la esquina donde él quedó tendido. Flores fue aprehendido y liberado apenas unas horas después. A Sandra recién le devolvieron el cuerpo de su hijo cinco días más tarde. El 20 de febrero, cuando él hubiera cumplido 18.
“Entre otras irregularidades del proceso estuvo que, en contra de lo que establece la Resolución N° 1390 de la Suprema Corte de Justicia provincial, la investigación fue llevada adelante por los propios policías de la bonaerense”, explicó Morente. La resolución establece que cuando en un hecho está implicado un funcionario de una determinada fuerza, esta no tiene que intervenir en la investigación ni recolectar pruebas.
En el caso de Omar lo hicieron los propios efectivos de la comisaria II, que el día anterior habían irrumpido en la casa de los Cigarán.
“Fue a eso de las 19 del 14 de febrero que escuché un ruido y cuando me asomé había un policía con una itaka apuntándome”, dijo a Infojus Noticias Sandra Gómez, la mamá de Omar. “Eran varios. Me preguntaban dónde estaba ‘el guacho’. Ahí me dijeron que si no se entregaba al día siguiente me lo devolvían muerto. Omar sufría persecución policial y por eso habíamos puesto un recurso de habeas corpus. Al día siguiente le pedí que no saliera, pero no me hizo caso”.
Sentada por Justicia
Esta mañana Sandra participó de una sentada en el hall de tribunales para que el titular del Juzgado de Garantías N° 6 de La Plata, Fernando Mateos, la atienda. “Nos recibió y nos pidió una semana para revisar la causa. Dijo que él no decidió cerrar la causa, que lo dejemos ver y en una semana nos dice”, dijo Sandra.
A un año del crimen del segundo de sus cinco hijos se siente más esperanzada. En la lucha para conseguir justicia está acompañada por Rosa Bru, miembros de la asociación, de La Olla, una organización que trabaja con chicos en situación de calle, la Universidad de La Plata y la CORREPI.
En ese entorno recuerda la última charla con su hijo. “Yo no quería que él saliera porque sabía que lo iban a matar. Me quedó una sensación horrible. Él no me escuchó y se fue. Y fue otro de esos casos, que son casi todos iguales, que mueren igual que Omar. Y todos dicen: ‘bueno, era un chorro’ y no investigan la muerte del menor. Así con todos los pibes que matan”.