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Infojus Noticias

25-11-2013|13:11|Cuádruple Crimen Buenos AiresProvinciales
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El juicio oral y público podría realizarse durante 2014

Siguen sumando pruebas a dos años del cuádruple crimen de La Plata

La causa fue elevada a juicio y las acusaciones y testimonios siguen llegando en un caso donde hay imputados en prisión y muchas dudas. Para los investigadores una sola persona no podría haber controlado y asesinado a las cuatro mujeres. “Yo no quiero perejiles en la cárcel, quiero a los culpables”, dijo el padre de Marisol, una de las víctimas.

  • Fotos: Télam
Por: Cecilia Devanna

Los ruidos y los gritos que sacudieron el domingo 27 de noviembre el ph de la calle 28 del barrio La Loma en La Plata no alarmaron a los vecinos que vivían ahí. Pensaron que otra vez se había metido una rata en el departamento donde vivía Susana de Bártole (63), su hija Bárbara Santos (29) y la hija de esta, Micaela Galle (11) y la estaban matando a palazos. A la mañana siguiente el pasillo estaba lleno de pisadas de sangre y ahí sí, llamaron a la policía. Encontraron muertas a las tres mujeres y a  Marisol Pereyra (35), una amiga de la familia. A punto de cumplirse el segundo aniversario del “cuádruple crimen de La Plata”, como se lo conoció en los medios, la causa fue elevada en agosto pasado a juicio oral pero aún no está cerrada y sigue acumulando testimonios y acusaciones cruzadas.

La decisión de elevarla fue tomada por unanimidad por la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de La Plata, conformada por los jueces Carlos Silva Acevedo, Javier Guzmán y Alejandro Villordo. Fue luego de rechazar el pedido de sobreseimiento presentado por las defensas de los dos acusados por el crimen: Javier “la hiena” Quiroga y Osvaldo “Alito” Martínez, novio de Bárbara y a quien por su afición a las artes marciales se lo denominó “el karateca”. Quiroga llegará al debate preso, Martínez en libertad.

Saña

El cuerpo de Bárbara fue con el que más se ensañó el asesino. Le dio 40 golpes y la degolló. Eso hizo que los investigadores empezaran a pensar que ella fue el objetivo principal del asesino. Los primeros testimonios de los vecinos y amigos alimentaron esa posibilidad. Bárbara tenía una relación conflictiva con Martínez y discutían seguido por los celos de él. Muchos aseguraban que había habido escenas de violencia, que él la había tomado del cuello en una oportunidad. Eso sumado a una serie de mensajes de textos que se enviaron el día del crimen, en los que él le recriminaba que fuera a salir con Marisol y que siempre lo dejara solo, lo terminaron de convertir en el principal sospechoso.

También fue clave el testimonio del remisero que llevó a Marisol la noche del crimen y que fue quien lo reconoció como el hombre que salió a decirle que la chica se quedaba. Su coartada era débil y no tenía nadie que la corroborara. Dijo que había estado viendo una película en su casa de Melchor Romero y que después se había quedado dormido. El mismo domingo en que se descubrieron los cuerpos, los policías allanaron su casa. Pocas horas después lo detuvieron por orden del fiscal del caso, Álvaro Garganta. Tanto él como el juez de Garantías que intervino, Guillermo Atencio, firmaron resoluciones en los que la “celotipia” figuraba como el móvil de la masacre. Para los funcionarios el caso debía enmarcarse dentro de la violencia de género. Otro de los puntos señalados es que las huellas encontradas en el domicilio corresponden con la numeración identificatoria de Martínez". “La imputación a Martínez es porque era la persona ideal para el cerrar el caso, del que estaba pendiente toda la opinión pública”, dijo a Infojus Noticias Marcelo Mazzeo, abogado defensor del hombre. 

Uno de los imputados, Osvaldo Martínez

La hiena y el karateca

Para los investigadores una sola persona no podría haber controlado  y asesinado a las cuatro. Sospechaban que había un cómplice. En mayo de 2012  esa sospecha tuvo nombre, apodo y apellido: Javier “la hiena” Quiroga, un albañil de 34 años. Su rastro genético coincidía con uno de los que se habían recolectado en la escena del crimen. Con ese dato los investigadores decidieron su arresto y que Martínez, que había sido excarcelado tras 38 días presos, fuera nuevamente detenido.

En una entrevista que dio a la revista Orsai en el penal de Magdalena donde está detenido desde entonces, Quiroga explicó que él ya había estado en la casa haciendo una serie de arreglos y que ese sábado 26 Martínez lo fue a buscar y le pidió que se presentara para hacer nuevos arreglos de forma urgente. Que llegó a las nueve y lo recibió Susana que no estaba al tanto de los arreglos pero que lo dejó pasar porque ya lo conocía. “Bárbara salió a recibirlo [a Martínez, después de que sonara el timbre] y se metieron a discutir en voz baja. Yo ya había dejado de tomar mate y estaba esperando a que Martínez se decidiera para que hablara de lo que había que hablar, porque ya eran como las diez de la noche. Hice un llamado a mi señora para avisarle que me iba a demorar y ella me recriminó que ya estaba de joda de nuevo… Y en eso fue que él dejó de hablar con Bárbara y ella se metió en el baño. Él vino para donde estaba yo y me preguntó si ya había visto lo del trabajo. ‘No’, le dije. Fui para el recibidor, intenté agarrar una silla para subirme y ahí fue que escuché un golpe. Ahí empezó todo”.

Quiroga afirmó que él fue un testigo de la masacre pero no un participante activo. Sin embargo hay muestras de su ADN debajo de las uñas de Susana y Marysol.  Él dice que sólo vio el momento en que Martínez mataba a Bárbara.  Durante la investigación, Garganta consideró probado que "por lo menos dos hombres, conocidos de la familia, mediante múltiples golpes y heridas de arma blanca, le dan muerte a Bárbara Santos, a Susana de Bartole y a Micaela Yamila Galle Santos con el fin de lograr su impunidad". Y detalló que "en dichas circunstancias, ante la llegada imprevista de Marisol Pereyra, el primero (Martínez) la recibe y el segundo (Quiroga) la última por idéntico motivo". 

“Hay pruebas que vamos a presentar en instrucción suplementaria, que es todo lo que rechazó Garganta para no descubrir que cometió un error al principio del caso y lo arrastró para sostenerlo. No hay ADN de Martínez en la escena del crimen, del que hay es de Quiroga, al que le armaron todo un speech para que incrimine a Martínez. Sobre eso hay una denuncia contra Garganta porque un policía vio como el manipulaba para poner el nombre de Martínez en esa declaración”, afirma el abogado. Y para avalarlo se refiere al último giro de la causa, la aparición de un testigo, Oscar Peña Devito. El hombre tiene 60 años y está alojado en la Unidad 34 de Melchor Romero desde hace más de diez, “él relató que Quiroga le explicó cómo mató a las mujeres y que había ido hasta ahí para robar.  La escena del crimen daba cuenta de eso. Había pisadas en todos los sentidos, las cajoneras estaban abiertas como que estaban buscando algo”.

Consultado sobre el punto del ensañamiento con Bárbara, Mazzeo explica que fue porque cuando Quiroga entró al baño para matarla “ella se zafó y le sacó el cuchillo, entonces él se ensañó”.

Testimonios y contradenuncia

Días después del múltiple crimen, apareció un testigo clave. El remisero Marcelo Tagliaferro que aseguraba haber visto a Martínez salir de la casa con el torso desnudo, y golpear la parte trasera de su auto. Lo sostuvo en su segunda declaración, cuando la foto del acusado había sido difundida. En la primera exposición realizada pocas horas después del hecho, dijo que no estaba en condiciones de reconocer a nadie.

El chofer había llevado hasta la casa de las víctimas a Marisol Pereyra, quien en la noche del 26 de noviembre de aquel año pensaba salir con Bárbara a tomar algo. Cuando Marisol entró vio lo que había pasado y se convirtió en la última víctima. “Entre las tres pruebas que hay contra Martínez, una es la declaración de Tagliaferro, la otra es la de la antena del sms (que impactó en tres antenas y por eso los investigadores asumieron que no estaba en su casa)  y la declaración de Quiroga, las tres se caen por su propio peso”, sostiene Mazzeo. 

El juicio

El juicio oral y público podría realizarse durante 2014. Sobre él, Mazzeo es contundente: “Nosotros vamos a pedir de todo, nulidades, vamos a ir a fondo contra lo que sea”. “Se trabajó mucho en la investigación y hasta ahora para la justicia Quiroga y Martínez son los responsables. Fue un proceso largo y peleado pero se llegó al momento del juicio. Yo estoy de acuerdo en cómo se manejó todo”, dijo Miguel Peryra, padre de Marisol, a Infojus Noticias. Él hombre, que vive en Rosario y viajará a La Plata para conmemorar la muerte de su hija explicó que “la justicia reunió muchas pruebas en contra de Martínez y Quiroga. Lo único que quiero es que sea un juicio justo. Que paguen los que tienen que pagar. En el juicio se va a ver eso. La justicia tiene muchas pruebas y testimonios. Yo no quiero perejiles en la cárcel, quiero a los culpables”.

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