El Consejo Deliberante de Chivilcoy aprobó ayer una ordenanza que pone fin a los concursos de belleza por considerarlos discriminatorios, sexistas y que promueven la violencia contra las mujeres. "Esto va a generar un cambio cultural en la sociedad y además sienta un precedente para otros municipios", dijo el concejal Joaquín Oteiza.
Mujeres altas, flacas y de una determinada edad desfilan en malla por la pasarela con un solo objetivo: ganar la corona. Pero no todas pueden llegar a ser reina del Girasol, del Trigo, del Sol, del Mar, de la Playa, de la Flor, del Zapallo, del Salmón, del Salame Quintero, del Dulce de Leche, del Jamón o de alguno de los casi 200 concursos de belleza que se hacen en el país alrededor de fiestas populares o para promocionar algún producto local. En Chivilcoy la monarquía se terminó con la última elección de 2014. El Concejo Deliberante de esa ciudad aprobó ayer, por mayoría, un proyecto que ordenó el fin de este tipo de eventos por considerarlos una práctica discriminatoria, sexista y que promueve la violencia contra las mujeres. Es la primera vez que se pone punto final con los certámenes para coronar una reina.
“Estos concursos de belleza entre niñas, adolescentes y jóvenes refuerzan la idea de que las mujeres deben ser valoradas y premiadas exclusivamente por su apariencia física, basada en estereotipos, promoviendo así, en muchos casos, una verdadera obsesión por la belleza corporal, por un ideal de perfección que nunca se alcanza e incluso disparando en enfermedades como bulimia, anorexia y otros trastornos alimentarios”, dice la iniciativa que fue presentada en noviembre por miembros de la Secretaría de Género y la Asamblea por los Derechos de la Niñez y Adolescencia de la CTA Regional Chivilcoy-Chacabuco-Alberti. La propuesta tuvo apoyo de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de la Violencia de Género (Consavig), que depende del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. "La belleza no es un hecho objetivable. Por lo tanto, calificarla y organizar un escenario de competencia es una situación discriminatoria y violenta", agrega la ordenanza.
“En Chivilcoy no se van a hacer más estos concursos. Ojalá esto se empiece a replicar”, dijo Claudia Marengo, periodista y una de las impulsoras del proyecto, a Infojus Noticias. Ella junto a sus compañeras Vanesa Girotti, Carolina Zunino y Sonia Cancro están exultantes. No pueden creer lo que consiguieron un mes después que presentaron el texto. Terminaron con una dinastía que data de 1954, cuando fue la primera elección de la reina en esa ciudad. En Chivilcoy esta selección se hacecada 22 de octubre, durante el aniversario del distrito y, también, en la época de carnaval, cuando se elige otra reina para ese festejo en particular. Las postulantes debían cumplir ciertos requisitos: tener entre 15 y 25 años y una altura mínima de 1,60 metros. El jurado valoraba distintos parámetros entre los que se destacaban cultura general, actitud, expresión oral, simpatía y el más cuestionado: “femeneidad”.
Para reemplazar el certamen, el proyecto que se aprobó el lunes presentó dos alternativas: "el reconocimiento a personas de entre 15 y 30 años que en forma individual o colectiva, se hayan destacado en actividades solidarias” y "la organización de un concurso de máscaras artesanales".
“Un cambio cultural”
“Este proyecto va a generar un cambio cultural en la sociedad de Chivilcoy pero también sienta un precedente. Muchos de los municipios de la provincia de Buenos Aires están consultando sobre este tema” dijo durante la discusión de la iniciativa el concejal Joaquín Oteiza del Frente para la Victoria (FpV), uno de los 12 legisladores que votó a favor. La ordenanza no tuvo posiciones en contra, pero sí contó con 5 abstenciones.
La polémica sobre estas competencias en las que participan mujeres no es nueva. La mayoría de estos concursos tiene el aval de los gobiernos locales, sus secretarías de turismo y/o cultura. Uno de los casos que puso el foco sobre la discriminación y violencia que atraviesan estas elecciones fue el de la mendocinaYamila Estefanía Escudero. A los 18 años fue elegida reina de la vendimia 2013 y la destronaron por haber quedado embarazada. El reglamento del certamen también le impedía a la premiada casarse durante su reinado. Yamila acudió a la Justicia y demandó al Estado local por infringir la Ley de Violencia Contra la Mujer y por daño moral.
La organización Acciones Feministas, con base en Bahía Blanca, puso sobre el tema sobre la mesa hace dos años. El primer caso que hicieron visible fue en la localidad portuaria de Ingeniero White, donde se organizaba Fiesta Nacional del Camarón y Langostino en Semana Santa y, además, se elegía una reina. La celebración tenía el apoyo del Instituto Cultural de la Municipalidad de Bahía Blanca. La agrupación presentó el año pasado un escrito ante este organismo y consiguieron que dejen de apoyar estos concursos de manera oficial. “Comenzamos a investigar y nos encontramos con asombro que son casi 200 fiestas nacionales y provinciales. Es parte de una tradición muy fuerte, pero también es un fenómeno en crecimiento porque todos los años se crea en algún pueblo un festejo en torno a una producción local y siempre se enmarca con un concurso de belleza”, explicó Verónica Bajo de Acciones Feministas a Infojus Noticias
“Estas competencias trasgreden lo que es Ley N° 26.485 donde está tipificada la violencia simbólica. Una chica paseando en tanga delante de los funcionarios es discriminación, es cosificación. Que desde un municipio se encare esto es un mensaje ambiguo porque muchos de estos gobiernos locales tienen campañas para prevenir noviazgos violentos. Entonces, invitar a los varones a ver a una chica exponerse en malla es contradictorio”, sostuvo.
Bajo también planteó la explotación laboral que subyace en cada selección. “Las reinas son promotoras del producto. Le dan premios mínimos y están a disposición de los organizadores casi gratis. Tienen que ir a cada evento que las llaman”, reflexionó la integrante de Acciones Feministas.
En la vereda opuesta a estas premiaciones a los modelos de belleza estereotipados está Miss Trans Argentina, que se hace desde el año pasado. El objetivo de quienes organizan este concurso es apropiarse de un certamen hegemónico tradicional. “Para poner en crisis la cuestión de la identidad de género. Mostrar nuestras raíces latinoamericanas, hacer énfasis en que estamos orgullosas de descender de pueblos originarios. Y orgullosas no sólo de ser trans sino latinoamericanas, mestizas y morenas”, según explicó Claudia Vásquez Haro, presidenta de OTRANS hace unas semanas cuando se hizo Miss Trans Latinoamérica en La Plata.
Pequeñas Miss
Las coronas, los cetros y las capas no son sólo para las adolescentes y mujeres. Las nenas también pueden participar de estas competencias donde la belleza física es el eje. Los concursos de belleza para niñas no son sólo un reality show americano. Existen en nuestro país. “Las más chiquitas también son víctimas de la violencia que se ejerce en estos eventos”, contó Verónica Bajo.
Durante la fiesta provincial del Trigo en Tres Arroyos se elige a nenas de entre 4 y 6 años como Miss Espiguita. En Escobar, en el marco de la Fiesta Nacional de la Flor se selecciona Reina Nacional Infantil del Capullo. Las candidatas tienen que haber cumplido los 5 años. En Bella Vista, las nenas de entre 6 y 10 años pueden participar para ser Reinita del Azahar. También en Chubut, en paralelo a la reina del Salmón concursan pequeñas de entre 5 y 7 años como Miss Salmoncito. Las pequeñas postulantes caminan por la pasarela con vestidos y maquilladas como si fuesen adultas. Saludan con su mano en el aire con aspiraciones a un reinado que, muchas veces, ni siquiera comprenden.