A partir de una denuncia anónima se realizó un operativo. Las mujeres rescatadas aseguran que ellas trabajaban de mozas y recurrieron al sindicato. Pero fuentes judiciales aseguran que investigan esta causa desde hace más de seis meses y que hay indicios certeros del delito.
El lunes por la madrugada la Justicia Federal allanó un club nocturno de la ciudad de Ushuaia en el marco de una investigación por trata de personas. A partir de una denuncia anónima se rescataron a doce mujeres. Entre ellas había argentinas, peruanas, dominicanas y paraguayas. Varias aseguraron que trabajaban como “mozas” y acudieron al sindicato para reclamar por su “fuente de trabajo”. Según el fiscal, las pruebas del delito de trata son contundentes.
Se trata del local “Candilejas”, ubicado en Antártida Argentina y Gobernador Paz, un sitio cabaret muy conocido de Ushuaia. El operativo estuvo a cargo de Gendarmería y contó con la participación de la Fiscalía Federal de Primera Instancia y de personal de la Oficina de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito de Trata de Personas, del Ministerio de Justicia de la Nación.
Los gendarmes allanaron también un domicilio particular, aledaño al club, que funcionaba como vivienda de las víctimas. Allí una de las habitaciones estaba destinada, presuntamente, a los “pases” por los que las mujeres abonaban un 50 por ciento al regente del lugar. En el operativo los oficiales secuestraron un Chevrolet Astra, dinero en efectivo, equipos informáticos y documentación.
Dos personas vinculadas a la administración del club quedaron detenidas. Una de ellas, un hombre apodado “Carlitos”, sospechado de gestionar el lugar. Las víctimas declararon en Cámara Gesell y contaron que si alguna noche faltaban al lugar debían pagar multas. Una de ellas relató que llegó a Ushuaia hace diez años con la idea de trabajar, después de que uno de los regentes le pagara el pasaje. Al llegar fue introducida al circuito de la prostitución.
Esta semana algunas de las mujeres que estaban allí en el momento del operativo negaron ser víctimas del delito de trata y se manifestaron frente a la municipalidad, donde las recibió el intendente. Insistieron en que ellas sólo se desempeñaban como mozas y mostraron sus recibos de sueldo actualizados. Además acercaron su reclamo a la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA), donde ayer se reunieron con el secretario general, Ramón Calderón.
“No veo cuál es el problema de que las trabajadoras reclamen por sus derechos.”, dijo Calderón a Infojus Noticias. “Ellas hacen de mozas, sabemos que no sirven comidas sino tragos, pero no hay ningún lugar que diga que sólo tienen que servir comida. Ahí adentro no hay actividad sexual. Ellas son mozas, si hay algún cliente y se quieren ir, es su vida personal”, apuntó.
“Es una causa que venimos investigando hace más de seis meses. Está bajo secreto, pero hay muchísimos elementos para sospechar que hubo no sólo explotación sino trata de personas”, explicaron aInfojus Noticias fuentes de la Fiscalía Federal de Primera Instancia de Ushuaia. “El recibo de sueldo de mozas es una fachada, les pusieron el título que se les antojó. En un lugar que tiene cinco mesas, veinte mozas parece un poco desproporcionado”, agregaron. Además de las que estaban en el club en la madrugada del allanamiento, trabajaban allí otras seis personas.
“Para que haya trata tiene que haber ciertos elementos. No es lo mismo regentear un cabaret que cometer el delito de trata. La diferencia fundamental es que hay mujeres que son trasladadas, captadas, alojadas, sacadas de su ámbito natural, y todo eso con un fin de explotación sexual. Está confirmado que estas chicas vivían todas juntas”, dijeron fuentes judiciales.
El fiscal Federal Juan Soria se pronunció en los medios locales en el mismo sentido: “Muchas veces las víctimas de este delito no tienen conciencia de lo que les está pasando. No asumen que alguien se está adueñando de sus cuerpos y que administra su dinero de manera inescrupulosa". Según el fiscal, no importa el rótulo: “Hay ciertas actividades que se ejercen en forma encubierta. Incluso si las condiciones de trabajo son denigrantes, podemos tener la misma figura delictiva. Todo ello se verá durante el desarrollo de la investigación", señaló. El juez interviniente en la causa es Federico Calvete, de la Secretaría Penal Nº 2.