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Cuatro familias tienen un denominador común: sus hijos murieron bajo las balas policiales y no hay nadie preso. Pero una protesta que ellos organizaron en la puerta de fiscalía alcanzó para que detuviera a 18 personas acusadas coacción agravada, amenaza calificada daño calificado y privación  de la libertad. Todos ellos quedaron detenidos en la comisaría 2ª. De prosperar estas acusaciones, el proceso legal sería extenso y deberían purgar una condena mucho mayor a la de los miembros de Los Monos,  una banda que fue difundida durante años como la más peligrosa de la ciudad, a la que se le atribuyen los peores delitos, pero firmaron un juicio abreviado.

Los cinco homicidios que reclaman las familias están en manos de un mismo fiscal, Miguel Moreno. Son casos que se repiten y que sólo tomaron en cuenta la versión policial y ni siquiera se imputó al sospechoso.

Desde que la muerte por linchamiento de David Moreira en marzo de 2014 quedó impune, se sucedieron homicidios en los que no aparecen responsables. Ladrones muertos en dudosos hechos defensa propia, con policías o con vecinos, o casos de gatillo fácil presentados como enfrentamientos. Casos que no tienen detenidos y un denominador común: las víctimas son pibes jóvenes de barrios humildes.

La protesta comenzó frente a la Unidad Fiscal de Homicidios de Montevideo y Alvear. Reclamaban la detención de los agresores de sus familiares y que el fiscal Moreno los atendiera; un objetivo que solo logró una de las familias: los Godoy. Pero no salieron contentos. Contaron que no hubo ningún avance en la investigación y que el fiscal les informó que debían esperar pericias y les solicitó que sumaran más testigos a los ocho que ya presentaron. Pero  la quema de neumáticos se había intensificado después de la entrevista de los Godoy. En ese contexto,  Moreno informó a través de un de los dos uniformados que no continuaría atendiendo si no se apagaba el fuego, lo que aumentó la tensión. Los familiares de Maximiliano Zamudio y Nahuel Delay, decidieron retirarse.

El ánimo no bajó y la única familia que quedó en el lugar, acompañada por algunas organizaciones sociales, fue la de Dante Fiori. Su madre sostuvo que no se retiraría sin hablar con el fiscal. Como respuesta se produjo un procedimiento policial, con unos 30 uniformados de la policía que cargaban a los manifestantes en patrulleros. Todo terminó con 18 detenidos en la comisaría 2ª, donde se trasladó la protesta. Primero se anunció la liberación de 14 personas, mientras que otros cuatro quedarían presos. Pero nadie quiso abandonar la comisaría en solidaridad con los reclusos, mientras las organizaciones sociales preparaban un acampe en la dependencia policial. Finalmente todos fueron liberados.

Gravísimo

El defensor general de la provincia, Gabriel Ganón, tildó como gravísimo el episodio y consideró que “expresa con claridad que este nuevo sistema de nuevo y de mejor tiene bastante poco”. Es que el sistema penal se renovó hace un año y medio, bajo las consignas de aportar mayor transparencia y lograr la participación de las víctimas en el proceso penal. “Eran víctimas que pedían ser recibidas por el fiscal, que pedían explicaciones. Y el fiscal reaccionó, en vez de dar explicaciones llamó a la Policía”, opinó. Con respecto a la acusación de privación ilegítima de la libertad, Ganón sostuvo: “No estaba privado de su libertad, estaba en su lugar de trabajo. Reaccionaron de una manera desmedida y fueron ellos los que privaron de la libertad a discapacitados, mujeres embarazadas, niños”, destacó. “En un estado democrático que un funcionario reaccione de esta manera es grave. Primero le dijeron que los iba a recibir, y en realidad estaba ganando tiempo para que llegara la Policía y los detuvieran a todos”. La intervención de la defensa oficial posibilitó que los detenidos fueran liberados.

Las víctimas por las que se inició la protesta fueron Nahuel Delay, Dante Fiori, Carlos Godoy, Mauricio Gómez y Maximiliano Zamudio.

Noemí mamá de Dante Fiori fue una de las personas que terminó detenida. Antes de los incidentes había explicado: “Estamos esperando, queremos que el fiscal detenga a éste asesino, el policía de la PDI que mato a mi hijo, pedimos justicia para que vaya detenido y que pague lo que tenga que pagar”. Por su parte  María, mamá Maximiliano Zamudio dijo: “Venimos para que se haga Justicia, para que el tipo que mató a mi hijo este preso, quiero que pague lo que hizo”. También estuvo Ramón, padre de Franco Casco, el joven que fue detenido el 7 de octubre del año pasado y cuyo cuerpo apareció un mes después, flotando en el río. Es familiar de Carlos Godoy y Mauricio Gómez, dos de los pibes por los que se reclamaba justicia.

Los casos

Nahuel Delay tenía 19 años. El 16 de marzo fue baleado por un hombre cuando, según la versión de un amigo de la víctima, intentaron entrar a la casa de un empresario. Delay recibió cuatro balazos. El empresario que le disparó fue imputado por la Fiscalía y permanece en libertad. Anteayer los familiares de Delay se constituyeron como querellantes en la causa.

Dante Fiori fue asesinado el 16 de abril por un uniformado que presta servicio en Policía de Investigaciones y que aseguró que el chico intentó robarle en La Paz entre Chacabuco y Esmeralda. Vecinos y testigos contradijeron la versión oficial y  la familia de Fiori sostiene que se trato de un caso de gatillo fácil.

Carlos Godoy fue ejecutado el 24 de mayo en Sorrento y Garzón.  Se encontraba sentado en una escalera cuando dos policías a los que le habían robado momentos antes lo balearon. Los testigos cuentan que con un balazo lo hicieron rodar, y una vez en el piso lo remataron. En uno de sus bolsillos tenía su DNI, su recibo de sueldo y su tarjeta de crédito. Godoy era primo de Franco Casco y de Mauricio Gómez. Este joven, de 24 años,  fue asesinado el 14 de septiembre de 2014 por dos balas policiales cuando quedó en medio de un hecho del que era ajeno. La versión oficial sostuvo que recibieron un llamado de que intentaban robar un centro de salud, cuando llegaron vieron a dos muchachos descolgarse del techo, uno de ellos fue detenido y al otro lo balearon mortalmente. Los testigos contradicen esa versión.

Maximiliano Zamudio tenía 16 años. Fue baleado por un prefecto el 27 de mayo en Patricias Argentinas y Ameghino. Un uniformado llegó en su auto, ingresó a un precario pasillo, llamó al chico y lo asesinó frente a varios testigos. Dijo que fue en el marco de un asalto difícil de explicar.